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Hablamos con Laura Santullo por la singladura festivalera de "El otro Tom"

por © Mónica Uriel / Nuria Medina-NOTICINE.com
Laura Santullo
Laura Santullo
La guionista y escritora uruguaya Laura Santullo prosigue su prolífica colaboración profesional con su pareja, el cineasta Rodrigo Plá, en "El otro Tom", película que -estrenada en la Mostra de Venecia el pasado septiembre- sigue su periplo festivalero y pronto participará en el Festival de Morelia. NOTICINE.com habló en exclusiva con ella.

- ¿Cómo surgió la idea de "El otro Tom"?
Fue un proyecto muy largo en el que hubo mucha investigación. Los temas que cada uno elige tienen que ver con las etapas de la vida, también con que Rodrigo y yo tenemos 2 hijos y no empieza a mirar ciertas cosas que a lo mejor antes no veías o no te interesa mayormente. Pienso que de ahí viene un poco el interés en todo lo que es el mundo de la infancia, y en algún momento empezamos a ver esta inmensidad de niños medicados, de trastornos vinculados como el déficit de atención y la bipolaridad en la infancia. Empezamos a investigar en parte como un interés personal hasta que se fue convirtiendo en un interés artístico, acabando en una película, pero fue un proceso realmente muy extenso en el que leímos muchas cosas y fuimos incluso modificando nuestro punto de vista.

- ¿Cuál fue su punto de vista al final?
Creo que hay dos cosas en el diagnóstico que llaman la atención en torno al trastorno por déficit de atención e hiperactividad. Una es la manera en la que ocurre el diagnostico, a mí siempre me ha sorprendido que este basado en la observación de la conducta del niño, pero a partir de otros. Porque a fin de cuentas se les pegunta a los otros, a los padres, a los maestros, al mundo adulto como se comporta ese niño, me parece llamativo que ocurre a partir de la mirada ajena. También el hecho de que son preguntas alrededor de la conducta y no de la historia personal de ese niño, es decir la forma en la que aborda el trastorno. Además de que uno de los abordajes más rápidos sea la medicación psiquiátrica, es decir que una de las primeras reacciones sea medicar, eso también es llamativo.

- ¿A quién le interesa que estén medicados estos niños?
Siento que concurren muchos asuntos, no es uno solo, por un lado lo que consideremos salud mental está asociados a los prejuicios y valores de cada época. Creo que se vincula con una marca social, entonces los niños que no dan lo que se espera de ellos quedan fuera del sistema y no solo los niños también los adultos. Concurren otras cosas como un sistema escolar desgastado, con una forma en la que ocurren las clases que se ha desfasado y padres con poco tiempo. Hay intereses de otras naturalezas como las farmacéuticas que tratan de vender fármacos, de hecho debería haber otros controles institucionales y estatales para que se discuta y se vea la pertinencia de esa medicación en la infancia. Hay muchos asuntos y en ese sentido creo que fue muy difícil arribar a lo que queríamos contar de todo eso en la película, ahí fue la decisión de contar una historia singular sobre una familia pequeña.

- ¿Qué efecto le gustaría que provocara en la sociedad?
Lo mejor es que provoque preguntas porque en el cine no se trata de hacer declaraciones de principios ni de convencer a nadie. Opino que lo ideal es abrir preguntas y conversaciones, lo que más me gustaría es que ocurriera esa discusión. Yo he tenido a veces conversaciones con gente que piensa que es estúpido a estas alturas pensar que existe el trastorno por déficit de atención, que es un asunto cerrado y eso creo que no debería ocurrir con casi ningún asunto. Pienso que debe haber conversaciones abiertas, se habla mucho de la diversidad, pero ¿qué pasa con la diversidad psíquica y neurológica? Deberíamos aprender a convivir con esa clase de diferencia y de eso se está hablando poco.

- ¿Por qué cree que es un asunto incómodo?
Tal vez es porque apenas está indicando la conversación, no tengo una respuesta para eso. También influye la época en la que vivimos, lo relacionado con la inmediatez y creo que el mundo de las pastillas, de los fármacos dan salidas rápidas. No solo para el tema infantil, la gente adulta consume muchos psicofármacos para dormir, despertar, estar bien, pero solucionar cosas en la vida de uno toma más trabajo y tiempo, parece que no hubiera tiempo. El asunto es que convivir con uno mismo no es fácil ni cómodo.

- ¿Qué propondría en lugar de los fármacos?
No estoy segura de que los fármacos no funcionen en ningún caso ni en ningún sentido. Creo que cuando hablamos de infancia deberíamos tener una conducta ética que implicara primero atender cada caso y cada situación, cada persona se merece tiempo y cada situación se merece una atención específica. Por lo tanto, no debería ser el primer abordaje ni el único. Se debería hacer un análisis más profundo, a veces la medicina puede ayudar. Pero tomando en cuenta que incluso la propia gente que cree en los fármacos dice que en realidad no curan porque en realidad no es para curar sino para controlar el síntoma. Si eso no va a ser una cura deberíamos acompañarlos con otro tipo de estructuras y terapias que puedan ayudar a que las personas puedan vivir consigo mismo a largo plazo prescindiendo de los químicos. Creo que aunque no se puedan prescindir de los fármacos porque fuera indispensable deberíamos pensar un modo que no se vuelva a largo plazo esa solución.

- ¿Qué piensa de los efectos secundarios?
Hay efectos secundarios y biológicos, incluso algunos peligrosos, lo dicen los propios prospectos. Porque son químicos que entran al cuerpo por eso mismo hay que tomárselo con seriedad y medir el beneficio y el riesgo, eso habría que tomarlo en cuenta con cualquier medicina que uno vaya a tomar. Sobre todo si se va a tomar la decisión por un niño, la ética debería ser mas cuidadosa. Si yo me lo quiero tomar como adulto es mi asunto, pero cuando eres el adulto a cargo de la vida de otra persona pienso que hay que ser prudente.

- ¿Qué tal les fue en Venecia?
Muy contentos por estar por tercera vez. Ha sido muy complicado realizar la película en tiempos de pandemia. Por suerte habíamos logrado terminar el rodaje previo porque si no hubiera sido complicado, pero la postproducción se hizo en pandemia y eso hizo que se demorara. Ha sido un proyecto muy largo y muy deseado, estamos felices de presentarlo en los festivales y nerviosos también.

- ¿Cómo le afectó a usted personalmente la pandemia?
Resultó al principio desconcertante, me costaba incluso leer, y ahora logré volver a leer y escribir. Pero tengo la impresión de que la pandemia ha provocado una especie de ruido de fondo en la mente de las personas, como si el tiempo fuera algo inquietante que en mi caso no ha sido inspirador, ni me ha beneficiado para escribir, más bien lo he conseguido a pesar de todo. Me paralizó al principio, tengo dos hijos que tuvieron que tomar clases en línea y fue muy entristecedor.

- ¿Qué recibimiento cree que tendrá la película?
Estuvimos también en Toronto y en unas semanas en México, en Morelia. Iremos viendo y se irán aclarando festivales próximamente. Esperemos que llegue también a las salas, aunque en tiempo de pandemia hay menos salas, menos gente... Y ya veremos cómo le va.

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