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Hablamos con la colombiana Lina Rodríguez sobre su presencia en el Forum de la Berlinale con "Mis dos voces"

por © J.A. (Berlín)-NOTICINE.com
Lina Rodríguez
Lina Rodríguez
La cineasta colombiana Lina Rodríguez, afincada en Canadá, cuenta de alguna forma una historia muy propia, la de la emigración al país norteamericano, a través de experiencias ajenas pero comunes, la de otras mujeres latinoamericanas. La alternancia entre ficción y realidad ha sido una constante en la carrera de esta cachaca, cuyo nuevo trabajo, el documental de creación "Mis dos voces", se estrenó mundialmente en el Forum de la Berlinale. NOTICINE.com habló con ella.

- ¿Cómo surgió la necesidad de hacer "Mis dos voces"?
"Mis dos voces" surge de un encuentro con una mujer maravillosa, Claudia Montoya, quien trabaja para ayudar a los inmigrantes latinos que llegan a Toronto a asentarse. A raíz de conocerla y de ver su trabajo como tejedora de comunidad quise hacer un documental para celebrarla. Le pedí que me presentara dos mujeres que había acompañado en ese camino y me presentó a Ana Garay Kostic y Marinela Piedrahita, Ana es mexicana y Mariela es colombiana. Las invite a ser parte de este proyecto, el cual es un retrato del recorrido de ellas como inmigrantes llegando a Canadá.

- ¿En qué se diferencia de su propia historia de inmigrante?
Se llama "Mis voces" y ese "mis" me incluye porque mi presencia en la película además de la forma como está filmada, en la que está tejida, en cierta manera es como una especie de colcha de fragmentos de voces, de historias y de experiencias. Pero a pesar de que mi historia es distinta yo también soy inmigrante. Aunque a veces me siento asentada caminando sobre piso solido en Toronto a los 10 minutos me noto como una extraña. Esta oscilación de pensar que perteneces a un lugar y sentirte fuera de él forma de mi vida diaria pese a que las historias son diferentes comparto ese sentimiento de estar constantemente caminando sobre tierra movediza.

- Ese mismo sentimiento suele repetirse con el tiempo en inmigrantes cuando regresan a su propio país, como si ya hubieran perdido la pertenencia al lugar...
En efecto dicen que cuando uno se va de casa no alcanza ni a llegar ni a regresar, te quedas en un limbo entre geografías, países, recuerdos, es el espacio que yo habito. Pero creo que lo he convertido en un territorio fértil para pensar mi identidad, pero también reflexionar ideas a través del cine desde ese espacio que en efecto me hace sentir a veces fuera de lugar tanto en mi propio país como en mi nuevo país.

- ¿Cuál diría que es su posición como realizadora ante este fenómeno?
Creo que mi posición como realizadora, en general, es que nunca me interesa plantear un conocimiento cerrado y seguro. Quería ofrecer la oportunidad a la audiencia a descubrir las complejidades y matices de estas mujeres que no solo son inmigrantes, son mujeres que trabajan, son madres. En lugar de mostrar pronto el rostro, ya que es una de las cosas más fascinantes del cine porque nos dice muchas cosas y nos generaría una gran cantidad de expectativas quise en cambio tejer y buscar una forma de evocar su esencia a través de gestos, texturas. También porque me interesa retratar nuestras identidades no solo en rostros sino en la forma en que habitamos nuestras casas, como nos vestimos, nos movemos, para mí los gestos, el lenguaje corporal y el movimiento son formas de retratar una identidad que es compleja.  
 
- Pese a tratar un tema muy real como es la inmigración, su óptica huye del reportaje para buscar una estética más vanguardista...
"Mis dos voces" es un documental donde lo estético, es decir, la imagen es algo que estaba muy planeado, tenía decidido hacer primeros planos y paneos, era muy claro. Pero se podría decir que la imagen es mas ficción y el voice over más documental porque fueron conversaciones que tuve con Ana, Marinela y Claudia. Por ejemplo, lo que usan Ana y Claudia fue una conversación que tuve con ellas donde no les tuve que decir que ponerse, simplemente capturé el momento. Fue un trabajo juntas de como querían presentarse ellas.

- ¿Cómo está siendo la experiencia de estrenar en Berlín?
Para mí, El Forum, que es el apartado donde está la película, es el lugar perfecto para una cinta que toma riesgos formales como estéticos. Está invitando a la audiencia a pensar de una forma distinta. Un recorrido inmigrante no es una forma tradicional sino una forma de repensar como podemos acercarnos a reflexionar en una experiencia debida en un retrato y El Forum da ese contexto. Me parece que los festivales durante el coronavirus encontraron una forma de hacer cine, verlo juntos, aprender los unos de los otros en un contexto como El Forum, que tiene esa tradición de cine más radical y de vanguardia. Es súper emocionante y estamos muy contentos de estar aquí.

- ¿Ha recibido ya propuestas para otros festivales?
Sí, no los puedo compartir todavía, pero va a empezar un recorrido muy lindo en Norteamérica, Canadá, esperamos que en México y en Colombia. Va a estar muy bien que la película se encuentre con otras audiencias de otros lugares del mundo.

- ¿Usted como cineasta ha tocado ambos géneros, ficción y documental, en cuál se siente más cómoda?
Este es mi tercer largometraje. Yo hice dos ficciones en Bogotá. Mi primer largometraje lo rodé en Canadá, lo cual me convierte en realizadora canadiense oficialmente y estoy terminado una ficción, "So Much Tenderness", que sería mi cuarta película y fue filmada en Toronto, es como una prima de "Mis dos voces", hay muchos ecos entre las dos películas. Aunque hay un elemento documental en mi trabajo, mi madre, por ejemplo, en las ficciones tiene roles, en la primera de madre y la segunda de tía.

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