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Entrevista en Huelva: Matías Rojas, la Colonia Dignidad como fuente de inspirador horror

por © Jon Apaolaza (Huelva)-NOTICINE.com
Matías Rojas
Matías Rojas
Premiado este pasado viernes con el premio a la mejor dirección, el chileno Matías Rojas, autor de "Un lugar llamado Dignidad", cuenta a NOTICINE.com cómo está enfrascado en un film -documental este vez- sobre dos personas reales, ya ancianas, que vivieron una historia de amor increíble en medio del horror y el régimen de esclavitud de la Colonia.  

- ¿Cómo surgió su interés por la Colonia Dignidad y contar una historia que se desarrolla en ese lugar?
Nació de mí, también soy el guionista de la película. Todo comenzó cuando era niño, porque fui con mi familia a este lugar que tenía para los visitantes una especie de restaurante. Fuimos ahí en 1996, y tenía 12 años. Deambulando por el lugar vi el rostro de una mujer, una colona alemana, que me impactó porque tenía la vista ida, los ojos perdidos. Esa imagen me acompañó por años, me quedé imaginando, dándole vueltas, y siempre quise hacer un proyecto que se inspirara en este caso real. Leí durante mucho tiempo. Después, cuando estudié cine, dije: ahora es el momento, pero decidí hacer otra película. Luego, seguí investigando y escribí el guion. Fueron como casi 8 o 9 años.

- Se han hecho varias películas, incluso fuera de Chile, sobre la Colonia Dignidad, supongo que eso le obligó a documentarte mucho y buscar un acercamiento distinto, ¿no?
Si, la verdad que me lo han preguntado bastante. A mí no me interesó mucho el hecho de que hubiera otras películas sobre ello. Creo que lo importante de mi película no es la revelación de un tema. Siento que si solo se sostiene en revelar un tema, se agota. La película, en ese sentido, en mi humilde opinión, se distancia de otras realizaciones porque lo importante no es solo contar esto que ocurrió, sino cómo ocurrió, y más importante aún, la sensación que provocó para ciertos colonos, que a través de los testimonios que me contaron vivían en una eterna ficción, en una realidad construida para ellos. Esta película de alguna forma propone un punto de vista diferente, y creo que deberían seguir haciéndose otras realizaciones con otros puntos de vista y que toquen otras aristas del tema.

- La película ya se estrenó en Chile, ¿generó algún tipo de controversia?
Si, por el tipo de película. Muchas personas me decían que estaban esperando una película más "clásica" y cuando se encontraron con esto fue una experiencia completamente distinta. Se generaron muchas preguntas y reflexiones, que era lo que me interesaba impulsar. Hubo críticas muy buenas, otras que no tanto, porque le pedían a la película que se tratara de más cosas, que contara más. Yo creo que la substracción y centrarnos solo en algunos aspectos de lo que ocurrió ahí es bueno, porque genera esa explosión de reflexión y es lo que a mí me interesa del cine.

- ¿Qué queda ahora de la Colonia Dignidad?
Ahora se mantiene igual. Es un espacio muy grande de hectáreas y kilómetros de terreno. Se mantiene igual, aunque se lo llaman Villa Baviera y es ahora hay un hotel, un resort de descanso, con restaurante, donde hacen celebraciones de matrimonio, la gente va a pasarlo bien... Paradójicamente eso ocurre en un lugar que funcionó como una secta esclavizante, donde hubo tortura, hubo sangre..., Textualmente, una excolona me dijo en una ocasión: la gente que va ahora no sabe que está caminando por campos de sangre, sin embargo para otros colonos, que no escaparon y siguen viviendo y trabajando ahí, hicieron este lugar para ganar dinero porque no tienen ni otro trabajo, ni otro lugar en que vivir. Por eso hay una contradicción muy fuerte.

- ¿Entonces de alguna manera son los herederos de los nazis que fundaron ese lugar y de los que colaboraron con las torturas durante la dictadura de Pinochet los que están gestionando eso?
Lo más complejo de Colonia Dignidad es que el creador, el líder fundamental, es una sola persona que fue Paul Schäfer. Sin embargo, sus jerarcas, su camarilla, mantuvieron, perpetuaron, esa forma de vivir. Imagínate que Schäfer escapó de Chile en 1997, después del final de la dictadura pinochetista. Yo fui al lugar, a este restaurante en el año anterior. Schäfer huyó a Argentina y no lo encontraron y detuvieron hasta 2005, después murió en el 2010. Los que se quedaron en la Colonia mantuvieron esa forma de vivir que les había indicado Schäfer, intentaron hacer un proceso de cambio pero muchos de ellos que son hijos y nietos, y vivieron en los tiempos de Schäfer mantienen ciertas cosas, otras no. Mientras, el estado chileno no ha generado una indemnización, una reparación, y el lugar sigue existiendo, ellos siguen viviendo allí porque necesitan trabajo. Es todo muy complejo, una herida que permanece abierta. Para mí, cuando hacemos cine, una película inspirada en un hecho real, no debemos centramos solo en revelar la historia, hay que ir más allá, ser punzante en ese sentido y generar reflexión. Porque cuántas más preguntas nos hagamos sobre este lugar mejor. Siento que hay una conexión universal, incluso. Hay lugares similares en todo el mundo, con historias que han ocurrido y pueden llegar a ocurrir,. La pregunta en la gente es cómo pasó durante 40 años sin que nadie hiciera nada.

- ¿Cuál es su teoría de por qué se permitió la creación de una colonia nazi en Chile y se ha mantenido tanto tiempo?
Pienso que muchas autoridades miraron hacia otro lado. Muchos políticos estuvieron involucrados. Schäfer llegó a Chile en el 61. El golpe de estado de Pinochet fue en el 73. O sea, hubo tiempo antes de la llegada al poder de los militares, con otros gobiernos, supuestamente democráticos, donde la colonia se permitió, porque se mantenía muy hermética. Cuando empezaron a conocerse los hechos, hubo políticos de derechas que la defendieron y la defienden hasta el día de hoy. Es un tema muy complejo, como una cueva de conejo que no termina, y por eso a mí me impacta.

- ¿Cómo cree que debería terminar?
La verdad, no lo sé. Una colona alemana, que escapó -vivieron bajo un sistema sectario, vigilados y semiesclavizados, sin poder salir de allí salvo por motivos muy excepcionales- me dijo que ese lugar lo deberían cerrar. No debería ir gente a disfrutar allí, a pasear. Se debería tratar como una especie de monumento, como otros centros de detención y tortura de la dictadura. Que se diga: aquí ocurrió esto, es un lugar de memoria. Lo que complica la cosa es que aún allí vive mucha gente allí, gente que trabaja en ese lugar y no tiene a dónde ir. No han tenido ayuda del gobierno chileno y tampoco del gobierno alemán. Es muy contradictorio, muy complejo.

- ¿Cree que todavía un tema como ese, tiene vigencia en Chile y puede generar interés en los jóvenes, o ignoran lo que pasó allí?
Hay muchas personas que lo ignoran, pero a a mí me impactó cuando la presentamos por primera vez en un festival en Chile, que la mayoría de los comentarios que me llegaron eran de gente joven. Decían: Nosotros no somos la generación que vivió con esto en la televisión, pero sí nos contaron nuestros padres, y lo que más nos impacta es que no fue hace tanto. Si uno se pone a pensar, yo nací en el 84, tengo 38 años. Recuerdo los 90, con todo esa información, y ahora los chicos están en otros temas, pero cuando ven eso es como ¡wow! Yo doy clase en la universidad, en tercer año de ficción, guion y dirección, y siempre hay cortometrajes o ideas que tienen que ver con la Dictadura, un tema tan agotado quizás, tan hablado, ¿Por qué les sigue interesando a los jóvenes? Porque cuando se rebela ante ellos es como cuando te encuentras en el cuerpo una cicatriz, y no ocurrió hace tanto. Creo que, en la perspectiva global de la historia de la humanidad, la II Guerra Mundial no fue hace tanto tiempo, la Guerra Civil española no fue hace tanto tiempo, la Dictadura chilena no fue hace tanto tiempo... son cicatrices que es bueno ir revisando, porque si no hay memoria no hay ni presente, ni futuro. Eso es universal y les va a seguir pasando a los jóvenes, creo yo.

- ¿Qué proyectos tiene?
Ahora estoy terminando una película, que es mi prime documental, aunque también se mezcla con una historia de ficción, es un híbrido, son dos historias que viajan en paralelo. Y es muy especial para mí. Se llama "Nuestra memoria", porque es sobre dos personas que conocí durante la investigación de todos estos años de Colonia Dignidad. El tiene 75 años y ella casi 80, y él fue el primer niño secuestrado por Paul Schäfer, el primer niño chileno del sector rural y que vivió toda su vida allí prisionero. Influenció mucho a mi personaje en la película. Y su pareja, es una colona alemana que llegó cuando era un bebé. Ambos son muy especiales porque vivieron casi toda la vida dentro de ese lugar. Se enamoraron y lograron escapar en 2003. El era un niño chileno que se llamaba Jorge, y fue rebautizado como Franz, y ahora habla alemán. En ellos dos está concentrada, no solo la historia de Colonia Dignidad, sino la memoria de ese lugar y de cómo resiste al olvido. Tiene que ver también con dos personas que resisten a través de una fuerza que les ha hecho sobrevivir, que es el amor. Y eso para mí es muy importante, porque "Un lugar llamado Dignidad" es una película muy distante, fría, fuerte, porque eso era lo que yo quería expresar sobre Colonia Dignidad. Sin embargo, este documental es sobre dos personas que han sobrevivido, han resistido al aislamiento en un lugar perdido en la Patagonia, gracias al amor. Eso les salvó.

- ¿Ellos eran conscientes de su situación y de que en lugar se torturaba y asesinaba a oponentes a la Dictadura?
Si, pero era lo que vivían. El control mental de las sectas es de lo más complejo de entender cuando se está fuera. Era un control muy grande de seguridad de gente leal a Pinochet. Había casi una policía dentro, todos tenían que vivir separados, no podías tener familia, si llegaba a haber descendencia los separaban de las madres, los niños no podían decir ni papá, ni mamá, era monstruoso, una colonia, un campo de concentración...

- ¿Era entonces más una secta política que religiosa?
Resultaba muy extraño, porque Paul Schäfer partió construyendo esto desde un punto de vista religioso, pero luego lo cambió a algo más esotérico, político... Y el punto álgido de la colonia es cuando llega el golpe de Estado y los oficiales de Pinochet generan contacto con esta colonia y se convierte, entre comillas, en un "centro de élite" de tortura. Allí llevan a muchos presos y presas políticas, los torturaron en el hospital de Colonia Dignidad, y yo me enteré de primera mano porque Franz fue confinado por Schäfer a vivir en un cuartucho del hospital, 30 años encerrado, y su pared daba al lugar donde torturaban. Él escuchó todo. Entonces, es una herida muy profunda.

- Antes decía que el amor de esta pareja duró décadas antes de escapar, pero.... ¿No estaban prisioneros y separados?
¿Cómo pudo ocurrir? A base de miradas, en la distancia. Tras escapar Schäfer, Franz fue liberado del hospital y pudo empezar a trabajar como el resto. De eso se habla en el documental que estamos haciendo. A las semanas de llegar a la Colonia, con diez años, lo acusan de que robó una llave, y lo torturan. Lo lanzan desde un segundo piso y piensan que se murió, porque muchos murieron allí dentro y la policía chilena nunca supo nada. No podían entrar. Entonces lo meten a ese cuarto pensando que estaba muerto, pero sobrevive, aunque lo siguieron sometiendo a todo tipo de vejaciones, incluyendo experimentos médicos. Estaba siempre bajo vigilancia, solo lo sacaban para ir a trabajar y le metían de vuelta de nuevo. Fue el más esclavo de todos los esclavos. Y cuando Schäfer escapa, él empieza a salir a trabajar más. Era el carpintero de la Colonia, y empezó a mirar a Ingrid, y ella a él, en la distancia y en silencio, una relación de sólo miradas. Nunca se hablaron, hasta el día en que por fín pueden hacerlo, él le pide matrimonio, Ellos no sabían nada de sexo, ni cómo se hacían los bebés. Es muy fuerte, pero no sabían nada... Escaparon y ahora viven juntos, apartados en un lugar aislado de la Patagonia, con muy escaso contacto social. Nunca les ha ido bien, ha habido gente que ha querido aprovecharse de ellos... Me dijeron eso: "Lo único que nos salvó fue el amor".

- ¿Por qué se planteó hacer un documental, pudiendo dramatizar su historia y hacer una gran película de ficción?
Me interesó hacer un documental. Yo filmé con ellos, lo recuerdan todo el tiempo, todos los días les vuelven vivencias y se lo cuentan. Les da mucho temor caer en el olvido. Es una metáfora que me parece impresionante: recordar, recordar, recordar... Quiero que en contraste con "Un lugar llamado dignidad", "Nuestra memoria" sea una película cercana, afectiva y que de alguna forma exprese que existe la redención, que es parte de la condición humana y de la búsqueda del perdón. Es cierto que podría ser una gran película de ficción, pero yo necesitaba tenerlos a ellos. volví a hacer un par de arreglos, los últimos, y ya en diciembre.

- Podría hacer una trilogía...
Me encantaría, pero sería muy difícil conseguir financiamiento. Con "Un lugar llamado Dignidad" fue muy difícil, pero es un tema que me alucina y que siento que es una metáfora de la historia reciente. Imagínate... vivimos en un mundo, actualmente, bastante de Tik Tok, Instagram y estas redes sociales, donde tú estás dando con el dedo así, y de repente te aparece una noticia y no sabes si es veraz o falsa, en cuyo caso suele haber un interés político detrás. Muchos años antes, en Colonia Dignidad se daba eso, hubo una manipulación para que los colonos hicieran y pensaran cosas, y su fundador fue un director de orquesta, un manipulador, un especulador... Es decir, su historia es muy actual. 

Transcripción: Jesús Sánchez

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