Alejandro González Iñárritu celebra en Cannes los 25 años de "Amores perros"
- por © Michelle Dassum (Cannes)-NOTICINE.com

El mexicano Alejandro González Iñárritu ha vuelto a Cannes para conmemorar el 25 aniversario de "Amores Perros", la película que marcó el inicio de su carrera. El director, que acaba de finalizar el rodaje de su nueva película, protagonizada por Tom Cruise en Londres, habló sobre en Deadline sobre el impacto de su ópera prima, las condiciones del cine mexicano en aquella época y sus proyectos actuales. "Es curioso pensar que esta película, que hizo tanto ruido, casi no se estrena", confiesa el director mientras recuerda los obstáculos que enfrentó su opera prima.
"En aquel tiempo, en México se producían siete películas al año. Durante treinta años, nadie -salvo Arturo Ripstein una vez- había llevado una película a Cannes", relata Iñárritu. "El cine mexicano era invisible. No existía mercado nacional. Todas las películas dependían de subsidios gubernamentales. Para ser director de fotografía tenías que pertenecer al sindicato. Era un sistema absurdo".
El director describe cómo "Amores Perros" surgió de un raro momento de apertura: "Altavista, una productora nueva, decidió arriesgarse. Nos dieron 2 millones de dólares cuando nadie invertía en cine. Era nuestra única oportunidad: en México, si tenías suerte, hacías una película en la vida. Por eso le pusimos todo: ideas contradictorias, rabia, amor, la ciudad entera".
Las anécdotas del rodaje revelan el México de esa época: "Cuando estábamos buscando locaciones para las peleas de perros, unos narcos nos secuestraron. Tenía un arma en la cabeza mientras hablaba por teléfono. A mi director de arte lo tenían tirado en el piso con otra pistola".
La solución fue tan surrealista como la película: "El productor negoció con ellos. El trato fue que aparecerían como extras. Toda la gente que ves en las gradas durante las peleas son los mismos tipos que nos apuntaban con armas".
Aunque ahora el Festival de Cannes es el marco de la celebración de estos 25 años de "Amores perros", por aquel entonces la película no les interesó en primera instancia: "Cuando terminamos, el comité de selección de Cannes nos rechazó. El encargado de cine latinoamericano dijo: 'No, es muy larga, muy violenta'. Ni siquiera la pasó al comité principal", recuerda con ironía. "No había distribuidor en México, ningún interés. El cine latino estaba arrinconado en los festivales".
La salvación llegó de manera inesperada: "José María Arrivé, de la Semana de la Crítica, vio la película y nos mandó una carta de amor. Mi madre siempre me decía: 'Solo ve a las fiestas a las que te inviten'. Pues esta vez nos invitaron".
El estreno en Cannes estuvo marcado por el azar: "En mitad de la proyección, se quemó la mitad de la pantalla. Fumé un paquete de cigarrillos entero. Cuando Bertolucci me invitó a almorzar, llegué lleno de nicotina. Le dije: 'Fue terrible, insoportable. Envidio que tú ya no tengas este miedo'".
La respuesta del cineasta italiano nunca la ha olvidado: "Bernardo, tomando su martini, me dijo: 'Alejandro, tengo malas noticias para ti. Después del primer film, todo empeora'. Ahora, 25 años después, entiendo lo que quiso decir".
"Rodamos un millón de pies de película. La versión final usa solo 16 500 pies. Los otros 985c000 están guardados 'como vino' en la Filmoteca de la UNAM", revela. Parte de este material se exhibirá pronto en Milán y Ciudad de México. "Es curioso pensar que hay otra película escondida ahí, versiones alternativas de cada escena".
Sobre su próximo proyecto con Tom Cruise, que acaba de rodar, Iñárritu se muestra inusualmente entusiasta: "Es una comedia salvaje de proporciones catastróficas. Tom me hacía reír todos los días. Descubrí en él un registro que no conocía. Es algo totalmente nuevo para mí".
Cuando se le pregunta si el film trata sobre "un líder global que intenta convencer al mundo de que es su salvador" -rumor que ha circulado- el director niega con una sonrisa: "No, no es eso. Solo puedo decir que es una reflexión brutal y divertida sobre la naturaleza humana".
Iñárritu defiende las plataformas: "Sin Netflix, 'Bardo' no existiría. Nadie quería financiar una película en español sobre migrantes que no tuviera narcos o violencia. El streaming rompió esas barreras".
Mientras se prepara para editar su película con Cruise, el director reflexiona: "Cada film es más difícil que el anterior. Bertolucci tenía razón. Pero sigo buscando lo que no he hecho antes. Ese miedo al vacío es lo único que importa. No me interesa repetirme".
La sección Cannes Classics acoge este año a "Amores perros", película que inició hace 25 años la estelar trayectoria de Alejandro González Iñárritu. Escrita por Guillermo Arriaga, esta opera prima entrelaza tres historias que convergen en un accidente automovilístico en la Ciudad de México, explorando temas como el amor, la traición y la pérdida. Fue protagonizada por Gael García Bernal como Octavio, un joven que planea huir con la esposa de su hermano; Goya Toledo interpreta a Valeria, una modelo cuya vida cambia tras el accidente; y Emilio Echevarría da vida a El Chivo, un exguerrillero convertido en sicario.
La narrativa no lineal y la representación cruda de la vida urbana fueron elementos distintivos de esta opera prima que tuvo precisamente en Cannes su debut, ganando el Gran Premio de la Semana de la Crítica, para luego ser nominada al Oscar y ganar 11 premios Ariel, incluyendo Mejor Película y Mejor Director. La película es considerada un hito en el cine mexicano contemporáneo y marcó el inicio de la llamada "Trilogía de la muerte" de Iñárritu, que incluye también 21 gramos y Babel. La copia que se proyectará en Cannes (en 4K) fue ya presentada hace cinco años en Morelia.
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"En aquel tiempo, en México se producían siete películas al año. Durante treinta años, nadie -salvo Arturo Ripstein una vez- había llevado una película a Cannes", relata Iñárritu. "El cine mexicano era invisible. No existía mercado nacional. Todas las películas dependían de subsidios gubernamentales. Para ser director de fotografía tenías que pertenecer al sindicato. Era un sistema absurdo".
El director describe cómo "Amores Perros" surgió de un raro momento de apertura: "Altavista, una productora nueva, decidió arriesgarse. Nos dieron 2 millones de dólares cuando nadie invertía en cine. Era nuestra única oportunidad: en México, si tenías suerte, hacías una película en la vida. Por eso le pusimos todo: ideas contradictorias, rabia, amor, la ciudad entera".
Las anécdotas del rodaje revelan el México de esa época: "Cuando estábamos buscando locaciones para las peleas de perros, unos narcos nos secuestraron. Tenía un arma en la cabeza mientras hablaba por teléfono. A mi director de arte lo tenían tirado en el piso con otra pistola".
La solución fue tan surrealista como la película: "El productor negoció con ellos. El trato fue que aparecerían como extras. Toda la gente que ves en las gradas durante las peleas son los mismos tipos que nos apuntaban con armas".
Aunque ahora el Festival de Cannes es el marco de la celebración de estos 25 años de "Amores perros", por aquel entonces la película no les interesó en primera instancia: "Cuando terminamos, el comité de selección de Cannes nos rechazó. El encargado de cine latinoamericano dijo: 'No, es muy larga, muy violenta'. Ni siquiera la pasó al comité principal", recuerda con ironía. "No había distribuidor en México, ningún interés. El cine latino estaba arrinconado en los festivales".
La salvación llegó de manera inesperada: "José María Arrivé, de la Semana de la Crítica, vio la película y nos mandó una carta de amor. Mi madre siempre me decía: 'Solo ve a las fiestas a las que te inviten'. Pues esta vez nos invitaron".
El estreno en Cannes estuvo marcado por el azar: "En mitad de la proyección, se quemó la mitad de la pantalla. Fumé un paquete de cigarrillos entero. Cuando Bertolucci me invitó a almorzar, llegué lleno de nicotina. Le dije: 'Fue terrible, insoportable. Envidio que tú ya no tengas este miedo'".
La respuesta del cineasta italiano nunca la ha olvidado: "Bernardo, tomando su martini, me dijo: 'Alejandro, tengo malas noticias para ti. Después del primer film, todo empeora'. Ahora, 25 años después, entiendo lo que quiso decir".
"Rodamos un millón de pies de película. La versión final usa solo 16 500 pies. Los otros 985c000 están guardados 'como vino' en la Filmoteca de la UNAM", revela. Parte de este material se exhibirá pronto en Milán y Ciudad de México. "Es curioso pensar que hay otra película escondida ahí, versiones alternativas de cada escena".
Sobre su próximo proyecto con Tom Cruise, que acaba de rodar, Iñárritu se muestra inusualmente entusiasta: "Es una comedia salvaje de proporciones catastróficas. Tom me hacía reír todos los días. Descubrí en él un registro que no conocía. Es algo totalmente nuevo para mí".
Cuando se le pregunta si el film trata sobre "un líder global que intenta convencer al mundo de que es su salvador" -rumor que ha circulado- el director niega con una sonrisa: "No, no es eso. Solo puedo decir que es una reflexión brutal y divertida sobre la naturaleza humana".
Iñárritu defiende las plataformas: "Sin Netflix, 'Bardo' no existiría. Nadie quería financiar una película en español sobre migrantes que no tuviera narcos o violencia. El streaming rompió esas barreras".
Mientras se prepara para editar su película con Cruise, el director reflexiona: "Cada film es más difícil que el anterior. Bertolucci tenía razón. Pero sigo buscando lo que no he hecho antes. Ese miedo al vacío es lo único que importa. No me interesa repetirme".
La sección Cannes Classics acoge este año a "Amores perros", película que inició hace 25 años la estelar trayectoria de Alejandro González Iñárritu. Escrita por Guillermo Arriaga, esta opera prima entrelaza tres historias que convergen en un accidente automovilístico en la Ciudad de México, explorando temas como el amor, la traición y la pérdida. Fue protagonizada por Gael García Bernal como Octavio, un joven que planea huir con la esposa de su hermano; Goya Toledo interpreta a Valeria, una modelo cuya vida cambia tras el accidente; y Emilio Echevarría da vida a El Chivo, un exguerrillero convertido en sicario.
La narrativa no lineal y la representación cruda de la vida urbana fueron elementos distintivos de esta opera prima que tuvo precisamente en Cannes su debut, ganando el Gran Premio de la Semana de la Crítica, para luego ser nominada al Oscar y ganar 11 premios Ariel, incluyendo Mejor Película y Mejor Director. La película es considerada un hito en el cine mexicano contemporáneo y marcó el inicio de la llamada "Trilogía de la muerte" de Iñárritu, que incluye también 21 gramos y Babel. La copia que se proyectará en Cannes (en 4K) fue ya presentada hace cinco años en Morelia.
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