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South Series Festival: Fernando Trueba explora sonidos diferentes en "Bajañí"

por © Carolina G.Guerrero (Cádiz)
Trueba y El Niño Josele
Trueba y El Niño Josele
Fernando Trueba, el español ganador del Oscar, apasionado de la vida, del cine, de la música y la memoria histórica, ha mostrado desde hace décadas su interés por las músicas que seducen a notables minorías, así como por quienes las interpretan. De su admiración por el guitarista Niño Josele ha nacido "Bajañí", una docuserie cuyas primeras imágenes se desvelaron este sábado en el South International Series Festival de Cádiz.

"Hubo un poeta, Ángel González, que solía decir que hubiera dado toda su poesía por escribir la letra de una canción", recordó Trueba, arrancando su charla con una anécdota que para él resume el poder de la música. Ese mismo poder es el motor de "Bajañí", un proyecto que nació de una amistad de más de dos décadas con el guitarrista almeriense. "He ido viendo cómo Josele abría su cabeza, se interesaba por el jazz y la música brasileña, probaba cosas, se enriquecía como artista. Pensé que me encantaría hacer una película donde todo eso se pusiera de alguna forma. Antes de la pandemia ya estábamos hablando de ello".

El título, "Bajañí", significa guitarra en caló, y actúa como hilo conductor de un recorrido sonoro que atraviesa España, Brasil y Estados Unidos. La cámara de Trueba sigue a Josele por escenarios tan distintos como Nueva York, São Paulo, Madrid y su Almería natal, capturando encuentros con músicos de la talla de Caetano Veloso, Rubén Blades, Ron Carter, Kenny Barron, Marisa Monte, Soleá y Estrella Morente. "La idea siempre fue hacer algo para pasárnoslo bien nosotros, para ser felices y hacer felices a quienes la vean", confesó el director. "Es de un egoísmo incalculable, y esperamos que el público se beneficie de ese egoísmo nuestro".



Para Niño Josele, sentado a su lado, el proyecto representa algo más íntimo y personal. "Es un sueño que no me podía imaginar. Para mí Fernando es el mejor director del mundo, aunque buen guitarrista no es", bromeó. "Él escucha cosas que a los guitarristas se nos escapan. Saca de dentro el tope que creías que no tenías". El músico hizo hincapié en los orígenes de su sonido: "Vengo de una casa donde desde que tengo uso de razón se escucha la guitarra flamenca. Toda la gente de mi familia canta y baila. Pero mi padre tuvo la visión de que había que escuchar las músicas del mundo. Tenía que aprender que no era flamenco todo".

Trueba, cuya filmografía está jalonada de títulos musicales como "Calle 54", "El milagro de Candeal" o "Chico & Rita", describió el proceso como un lujo inusual. La productora, Womack Studios, les dio libertad total. "Nos ha dejado hacer la película como queríamos, con el tiempo que necesitábamos". Esa placidez creativa tuvo un efecto casi paradójico en el director. "A veces en la vida hay momentos en los que las cosas salen tan bien, que casi piensas que necesariamente después se te va a caer una cornisa en la cabeza para compensar. Esto es producto de esa educación judeocristiana que tenemos, que nos castigamos cuando somos felices". Acto seguido, se corrigió: "Yo la verdad nunca tengo complejo de culpa. La vida es muy corta y hay que disfrutar todo lo que se pueda".

Técnicamente, "Bajañí" se ha concebido como un desafío auditivo. "No hay nada más allá del nivel de audio que lo empleado en 'Bajañí'", aseguró Trueba. El objetivo era claro: que el público experimente la música "como nunca antes lo han hecho". En una era dominada por lo artificial, el director reivindicó la conexión humana. "Hemos buscado hacer arte natural en tiempos de inteligencia artificial. En el arte lo bonito es la conexión del corazón del artista con el público".

La serie, estructurada en tres capítulos con forma de largometraje, se encuentra actualmente en su fase final de montaje. Trueba avanza que será "una experiencia sensorial" donde la música guía la narración sin necesidad de grandes explicaciones. Es, según dijo, la última etapa, de momento, de una colaboración muy fructífera que incluye discos como "Paz", "Española" y "Rumba de la isla".

Mientras tanto, la ciudad de Cádiz, con su propio patrimonio melódico, le hizo una pregunta inevitable: ¿haría alguna vez una película sobre los Carnavales? Trueba se rió. "Nunca he estado en los Carnavales de Cádiz, pero uno de mis grandes amigos, El Gran Wyoming, viene muchísimo y es un loco de las chirigotas. Se las sabía de memoria y me las cantaba en cenas. El que tiene que hacer una película sobre el Carnaval es él. Yo vendría a ayudarle".

Con "Bajañí" a punto de ver la luz, Trueba mira hacia adelante. Anunció que su próximo proyecto será una comedia, y que ya tiene el guion escrito. Pero por ahora, su mente y sus oídos están puestos en el viaje de esa guitarra y el sonido que emana de sus cuerdas, un sonido que no conoce fronteras.

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