Hablamos con Andrés Clariond, que estrenó en Tallín: "'Versalles' es una película algo subversiva"
- por © Jon Apaolaza-NOTICINE.com
El mexicano Andrés Clariond acaba de estrenar mundialmente en el báltico Festival de Tallín "Versalles", su nueva película, una fábula con toques y simbología surrealistas en torno a un joven y ambicioso gobernador aspirante a la presidencia mexicana. NOTICINE.com habló con el por vía telemática sobre una cinta que asume tiene algo de subversiva y ha hecho en total libertad, porque prefiere pedir perdón que permiso...
- Usted no está metido en cuestiones de alta política, podríamos decir, ¿qué le inspiró entonces hacer esta película?
Pues mira, yo soy editorialista de Política del principal diario en México, el Reforma. Es un tema que me apasiona. He vivido de cerca el proceso de los políticos porque tengo familiares que se dedicaron a la política y me interesó mucho explorar la psicología de los políticos.
- Efectivamente, habla mucho de la psicología y de los problemas psicológicos, ¿no? Y de la enajenación, porque aquí estamos ante una enajenación auténtica. ¿Se puede decir que su personaje es una mezcla de varios políticos o se decanta claramente por uno en concreto?
Yo lo veo como una muestra de lo que le digo, de la psicología, de ese golpe anímico que viven los políticos cuando se les acaba el poder, que realmente, por lo menos, me parece que es mundial, pero al menos en México, en Latinoamérica, creo, pasan de ser personas comunes y corrientes a estos casi virreyes, ¿no?, a los que se les da un trato especial, que jamás esperan en una llamada de un teléfono, en una mesa, en un restaurante, todo el mundo se pliega ante ellos, ¿no?, los aduladores. Y así como el hechizo de Cenicienta, a los seis años o cuatro años, dependiendo de lo que dure el encargo, esto se esfuma y viene un golpe anímico muy duro. Por eso yo lo veo como una cosa muy presente en la mayoría de los políticos, no le diría que combina a ciertos políticos; yo creo que la gran mayoría sufre ese golpe, me parece algo generalizado.
- Seguramente, si su película se hubiera hecho hace diez años, por ejemplo, o más, habría gente que pensaría que ese tipo de personajes era como muy típico de países como el suyo o como el mío, ¿no?, en fin, digamos, no totalmente primer mundo, ¿no?, en algunas cuestiones. Y, sin embargo, hoy en día tenemos al presidente de Estados Unidos que nos demuestra que es una caricatura de cualquier caricatura que se pueda hacer de un político latinoamericano o de un presidente de la República Bananera, ¿no?
Sí, ya en el primer mundo también padecen estos personajes, ya están en todos lados, ¿no? Yo creo que siempre tuvieron esa pulsión, pero la disimulaban, ¿no? Y es un poco lo que yo quiero mostrar en esta película: que lo que generalmente vemos de los políticos es esa careta pública que cada vez se resquebraja más en casos como el de Trump, pero a fin de cuentas la mayoría quiere guardar la compostura y detrás hay toda una historia. Y eso es lo que yo quiero mostrar aquí, como esa intimidad de lo que pasa con los políticos tras bambalinas.
- Quería volver sobre si hay una inspiración personal en algún político concreto...
Bueno, yo no busqué inspirarme en políticos reales. La verdad, quise hablar de un partido político imaginario que además reúne características de varios partidos de México por los colores o por las siglas, pero no estaba yo pensando así en inspirarme. Le digo que yo más bien lo quise ver como un fenómeno psicológico general. Quise hablar también del racismo, por eso la selección o esta idea de un personaje moreno, pero no estaba yo pensando en políticos reales, tal o cual político para describir esto. Hay gente que lo relaciona, cuando ha visto la película, con el último presidente que tuvimos, triste, que se llamaba Enrique Peña Nieto, por el tipo, porque es joven, porque es guapo, por la forma de peinarse y todo eso. Pero realmente no estaba yo obsesionado en que la gente asocie esto con tal presidente o tal gobernador. Para mí es más bien como una cosa universal de la sensación que les queda a los políticos cuando dejan el poder y quiero pensar que es mundial, no solamente es de México.
- Es curioso que su película sea una mezcla de algo muy realista, como es esto que me está diciendo, el poder y la pérdida del poder, pero de repente se convierte en buñueliana, en surrealista.
Sí, a mí me gusta mucho eso, jugar con el absurdo. Esta es mi tercera película. En la primera película, que se llama "Hilda", sucede algo parecido. Me gusta presentar situaciones realistas que acaban yéndose y jugando con el absurdo. Obviamente hay un comentario aquí de la locura que pueden tener estos personajes con mucha exageración, pero que habla de algo real.
- Para un político que vea su película casi es una feel-good movie, ¿no? Porque parece que el tipo pierde la cabeza, pero al final todo se resuelve, ¿no?
Sí, ese es un poco el mensaje: pueden hacer lo que quieran y no les pasa nada. En México, por ejemplo, cada día salen escándalos nuevos de los políticos, cada vez más grandes y no sucede nada; al día siguiente se olvida y todo sigue como si nada.
- ¿La presencia de Maggie Civantos en la película es consecuencia de una coproducción con España o le interesó concretamente tener a una española en ese personaje?
Siempre quise una española porque en los mexicanos existe esta herida de la conquista que no sana y me quise burlar un poco de eso. Además, este personaje que sufre racismo, pero que él inevitablemente trae impregnado esa cuestión cultural de aspiracional, de ver para arriba a los blancos, los rubios, los europeos. O sea, él va y escoge a esta mujer que es como el prototipo de la belleza occidental. Fue a propósito eso. Además, una mujer obsesionada con la realeza y con los castillos. Todo eso tenía que ser europeo.
- ¿Cómo está siendo la acogida de la película en Tallin?
Hoy domingo apenas se acaba de proyectar por primera vez. Los organizadores están muy entusiasmados. Tenemos prácticamente la sala vendida toda, entonces creo que se ha generado una buena expectativa. Ojalá le den sentido acá a la temática y todo.
- ¿Qué trayectoria le espera inmediata a la película?
Tenemos una agencia de ventas francesa. Ellos la están moviendo en otros festivales. El estreno en México estamos estudiando dónde. Todavía no nos hemos acercado con plataformas. Es una película que se fue por la libre. Realmente tiene financiamiento público, pero no fue financiada por ninguna plataforma, nada. Yo prefiero pedir perdón a pedir permiso.
- En este caso, ¿por qué cree que debería pedir perdón?
Bueno, porque si vas con una plataforma con este guion, probablemente no pase muchos procesos, porque es políticamente incorrecto, porque es un tono diferente. Quiero pensar que es una película algo subversiva. Si yo me hubiera ido por el camino tradicional, quizá hubiera habido gente que se hubiera inmiscuido en el guion y le hubiera quitado ciertas cosas. No sé, estoy especulando, pero creo que cada vez más las plataformas se van por lo seguro. Entonces, preferí... Y así lo he hecho con las otras películas, más bien hacer lo que yo quiero y luego ver cómo la acomodo.
- ¿Tiene algún proyecto nuevo?
Muy en ciernes, algunas ideas, pero nada en concreto.
- Y hasta el año que viene no hay ningún otro festival cerrado.
No, estamos todavía analizando las otras opciones. Nosotros queríamos estrenar en un festival categoría "A" y conseguimos acá en Tallin. Entonces, eso ya es una gran salida para la película y ya lo que siga es lo que estamos viendo por dónde irnos.
- ¿Cómo ve la situación actual del cine en México? ¿Se está produciendo mucho? ¿Cómo está en cuanto a diversidad? Lo que usted decía, la presencia de las plataformas para bien y para mal. ¿Cómo lo ve?
Hay un auge muy fuerte. Ya tiene una década o más de que se hace mucho cine después de que se les ocurrió esta idea del Eficine que consigue financiamiento a través de empresas privadas a las que se les restan sus impuestos, y eso ha propulsado muchísimo al cine nacional. Es un cine muy exitoso en festivales. También hay un cine comercial exitoso. Yo un poco lo que me ha gustado hacer es buscar una cosa intermedia de un cine de propuesta, pero también para todo público. El problema en México, el embudo, es la distribución, como siempre. Conseguir salida es lo difícil. Para las películas mexicanas, muchas películas, aun las muy exitosas, se quedan sin conseguir dónde estrenarse o dónde verse y eso es lo triste.
- En su caso no tiene aún distribuidora en México...
Todavía no nos hemos acercado con gente. Estamos viendo a partir de la experiencia de festivales. Mi productora, que es Pimienta Films, tiene su brazo de distribuidor y es muy exitosa en eso, entonces también esa es una opción. Pero es para salir a cines, ahí no es de plataforma, entonces estamos todavía viendo qué hacer.
- Usted no está metido en cuestiones de alta política, podríamos decir, ¿qué le inspiró entonces hacer esta película?
Pues mira, yo soy editorialista de Política del principal diario en México, el Reforma. Es un tema que me apasiona. He vivido de cerca el proceso de los políticos porque tengo familiares que se dedicaron a la política y me interesó mucho explorar la psicología de los políticos.
- Efectivamente, habla mucho de la psicología y de los problemas psicológicos, ¿no? Y de la enajenación, porque aquí estamos ante una enajenación auténtica. ¿Se puede decir que su personaje es una mezcla de varios políticos o se decanta claramente por uno en concreto?
Yo lo veo como una muestra de lo que le digo, de la psicología, de ese golpe anímico que viven los políticos cuando se les acaba el poder, que realmente, por lo menos, me parece que es mundial, pero al menos en México, en Latinoamérica, creo, pasan de ser personas comunes y corrientes a estos casi virreyes, ¿no?, a los que se les da un trato especial, que jamás esperan en una llamada de un teléfono, en una mesa, en un restaurante, todo el mundo se pliega ante ellos, ¿no?, los aduladores. Y así como el hechizo de Cenicienta, a los seis años o cuatro años, dependiendo de lo que dure el encargo, esto se esfuma y viene un golpe anímico muy duro. Por eso yo lo veo como una cosa muy presente en la mayoría de los políticos, no le diría que combina a ciertos políticos; yo creo que la gran mayoría sufre ese golpe, me parece algo generalizado.
- Seguramente, si su película se hubiera hecho hace diez años, por ejemplo, o más, habría gente que pensaría que ese tipo de personajes era como muy típico de países como el suyo o como el mío, ¿no?, en fin, digamos, no totalmente primer mundo, ¿no?, en algunas cuestiones. Y, sin embargo, hoy en día tenemos al presidente de Estados Unidos que nos demuestra que es una caricatura de cualquier caricatura que se pueda hacer de un político latinoamericano o de un presidente de la República Bananera, ¿no?
Sí, ya en el primer mundo también padecen estos personajes, ya están en todos lados, ¿no? Yo creo que siempre tuvieron esa pulsión, pero la disimulaban, ¿no? Y es un poco lo que yo quiero mostrar en esta película: que lo que generalmente vemos de los políticos es esa careta pública que cada vez se resquebraja más en casos como el de Trump, pero a fin de cuentas la mayoría quiere guardar la compostura y detrás hay toda una historia. Y eso es lo que yo quiero mostrar aquí, como esa intimidad de lo que pasa con los políticos tras bambalinas.
- Quería volver sobre si hay una inspiración personal en algún político concreto...
Bueno, yo no busqué inspirarme en políticos reales. La verdad, quise hablar de un partido político imaginario que además reúne características de varios partidos de México por los colores o por las siglas, pero no estaba yo pensando así en inspirarme. Le digo que yo más bien lo quise ver como un fenómeno psicológico general. Quise hablar también del racismo, por eso la selección o esta idea de un personaje moreno, pero no estaba yo pensando en políticos reales, tal o cual político para describir esto. Hay gente que lo relaciona, cuando ha visto la película, con el último presidente que tuvimos, triste, que se llamaba Enrique Peña Nieto, por el tipo, porque es joven, porque es guapo, por la forma de peinarse y todo eso. Pero realmente no estaba yo obsesionado en que la gente asocie esto con tal presidente o tal gobernador. Para mí es más bien como una cosa universal de la sensación que les queda a los políticos cuando dejan el poder y quiero pensar que es mundial, no solamente es de México.
- Es curioso que su película sea una mezcla de algo muy realista, como es esto que me está diciendo, el poder y la pérdida del poder, pero de repente se convierte en buñueliana, en surrealista.
Sí, a mí me gusta mucho eso, jugar con el absurdo. Esta es mi tercera película. En la primera película, que se llama "Hilda", sucede algo parecido. Me gusta presentar situaciones realistas que acaban yéndose y jugando con el absurdo. Obviamente hay un comentario aquí de la locura que pueden tener estos personajes con mucha exageración, pero que habla de algo real.
- Para un político que vea su película casi es una feel-good movie, ¿no? Porque parece que el tipo pierde la cabeza, pero al final todo se resuelve, ¿no?
Sí, ese es un poco el mensaje: pueden hacer lo que quieran y no les pasa nada. En México, por ejemplo, cada día salen escándalos nuevos de los políticos, cada vez más grandes y no sucede nada; al día siguiente se olvida y todo sigue como si nada.
- ¿La presencia de Maggie Civantos en la película es consecuencia de una coproducción con España o le interesó concretamente tener a una española en ese personaje?
Siempre quise una española porque en los mexicanos existe esta herida de la conquista que no sana y me quise burlar un poco de eso. Además, este personaje que sufre racismo, pero que él inevitablemente trae impregnado esa cuestión cultural de aspiracional, de ver para arriba a los blancos, los rubios, los europeos. O sea, él va y escoge a esta mujer que es como el prototipo de la belleza occidental. Fue a propósito eso. Además, una mujer obsesionada con la realeza y con los castillos. Todo eso tenía que ser europeo.
- ¿Cómo está siendo la acogida de la película en Tallin?
Hoy domingo apenas se acaba de proyectar por primera vez. Los organizadores están muy entusiasmados. Tenemos prácticamente la sala vendida toda, entonces creo que se ha generado una buena expectativa. Ojalá le den sentido acá a la temática y todo.
- ¿Qué trayectoria le espera inmediata a la película?
Tenemos una agencia de ventas francesa. Ellos la están moviendo en otros festivales. El estreno en México estamos estudiando dónde. Todavía no nos hemos acercado con plataformas. Es una película que se fue por la libre. Realmente tiene financiamiento público, pero no fue financiada por ninguna plataforma, nada. Yo prefiero pedir perdón a pedir permiso.
- En este caso, ¿por qué cree que debería pedir perdón?
Bueno, porque si vas con una plataforma con este guion, probablemente no pase muchos procesos, porque es políticamente incorrecto, porque es un tono diferente. Quiero pensar que es una película algo subversiva. Si yo me hubiera ido por el camino tradicional, quizá hubiera habido gente que se hubiera inmiscuido en el guion y le hubiera quitado ciertas cosas. No sé, estoy especulando, pero creo que cada vez más las plataformas se van por lo seguro. Entonces, preferí... Y así lo he hecho con las otras películas, más bien hacer lo que yo quiero y luego ver cómo la acomodo.
- ¿Tiene algún proyecto nuevo?
Muy en ciernes, algunas ideas, pero nada en concreto.
- Y hasta el año que viene no hay ningún otro festival cerrado.
No, estamos todavía analizando las otras opciones. Nosotros queríamos estrenar en un festival categoría "A" y conseguimos acá en Tallin. Entonces, eso ya es una gran salida para la película y ya lo que siga es lo que estamos viendo por dónde irnos.
- ¿Cómo ve la situación actual del cine en México? ¿Se está produciendo mucho? ¿Cómo está en cuanto a diversidad? Lo que usted decía, la presencia de las plataformas para bien y para mal. ¿Cómo lo ve?
Hay un auge muy fuerte. Ya tiene una década o más de que se hace mucho cine después de que se les ocurrió esta idea del Eficine que consigue financiamiento a través de empresas privadas a las que se les restan sus impuestos, y eso ha propulsado muchísimo al cine nacional. Es un cine muy exitoso en festivales. También hay un cine comercial exitoso. Yo un poco lo que me ha gustado hacer es buscar una cosa intermedia de un cine de propuesta, pero también para todo público. El problema en México, el embudo, es la distribución, como siempre. Conseguir salida es lo difícil. Para las películas mexicanas, muchas películas, aun las muy exitosas, se quedan sin conseguir dónde estrenarse o dónde verse y eso es lo triste.
- En su caso no tiene aún distribuidora en México...
Todavía no nos hemos acercado con gente. Estamos viendo a partir de la experiencia de festivales. Mi productora, que es Pimienta Films, tiene su brazo de distribuidor y es muy exitosa en eso, entonces también esa es una opción. Pero es para salir a cines, ahí no es de plataforma, entonces estamos todavía viendo qué hacer.