Hablamos en Huelva con Lucía Garibaldi sobre "Un futuro brillante"
- por © Jon Apaolaza (Huelva)-NOTICINE.com
La uruguaya Lucía Garibaldi lleva ya un periplo importante de festivales con su segunda realización, "Un futuro brillante", una historia retrofuturista en una sociedad amenazada por la contaminación, el calentamiento global y las plagas. Su protagonista, Emilia (Martina Passeggi) gracias a su inteligencia se ha ganado emigrar al Norte, sinónimo de éxito profesional pero también de separación de sus seres queridos. En conversación con NOTICINE.com, Garibaldi nos habla de su proceso creativo y de las dificultades que enfrenta para hacer la que será su tercera película.
- He leído por ahí que esta historia la lleva usted pensando incluso antes de su película anterior, "Los tiburones". ¿Es exacto?
Exactamente, sí. Un poco mi proceso de creación igual es como... voy con varias películas en paralelo, ¿no? Igual algunas triunfan y otras se quedan por el camino o después las vuelvo a retomar. Esto de la distopía retrofuturista en realidad no era una intención inicial. Se trataba de contar la historia de la última mujer en un lugar. Así de ingenua fue la semilla que luego desarrolló toda esta película. Porque yo estaba caminando de noche por una parte de la ciudad que a mí me gusta mucho, pero creo que es peligroso para una mujer caminar por ahí. Y entonces pensé cómo sería la vida si fuese yo la última mujer joven. Así empezó. Derivó, se fue formando también porque pasó la vida, pasó el COVID, tuve una hija, pasaron muchas cosas y para mantener el interés del relato se fue cambiando y cambiando muchas versiones de guion hasta llegar a lo que es.
- ¿El asunto de los olores siempre estuvo desde el principio o lo fue usted incorporando a última hora?
Fue bastante inicial, sí. Porque me parecía lógico que en un mundo donde no hay muchos jóvenes la juventud se cotice. Y la juventud se manifiesta por el olor. Y bueno, de repente venís bien, yo tengo una hijita ahora chiquita, y venís. Sí, los niños tienen como un olor en la cabeza o algo, pero no tienen el olor atrás. De repente los adolescentes empiezan a tener olores fuertes. Olor a tigre, ¿no? Claro, a tigre, a mono. Sí, sí, sí, tal cual. Entonces me parecía gracioso colocar un poco ese ingrediente.
- En el cine no se suele hablar de olores.
No, y muchas veces es cuando te das cuenta... Es difícil porque cómo transmites un olor. Tenés que recurrir a otros elementos. El color, la luz, el sonido, las expresiones de las personas, el maquillaje. Tenés que recurrir a otros lados. En un momento esta adolescente decide dejar de bañarse y comer mucho ajo. Y hacer mucho ejercicio muy abrigada para sudar todo lo más posible. Parecía gracioso también, es como una idea que me divertía.
- ¿Le gusta a usted mezclar elementos divertidos o insólitos con una trama que en general parece dramática?
Sí, claro, sí, me divierte, sí. Trato de divertirme mientras lo hago porque como dura una vida hacer una película. Trato de eso, de pasarlo bien y de generar también como que mirar la película sea una experiencia entretenida.
- ¿Cuál ha sido la trayectoria de la película hasta aquí?
Estrenamos en el festival de Tribeca y estuvimos por Guanajuato. Estuvimos en la Mostra de Sao Paulo. Estuvimos en el AFI en Washington, en Austin, Estocolmo, Malmo... Y ahora nos vamos para Compostela, para Suiza... Y luego para Viña del Mar. Ya estuvimos en Chile, segunda vez en Chile, todavía no estrenamos en Uruguay. Esa es la verdad. No sé qué pasa.
- Pero, ¿tiene usted distribución en Uruguay?
Sí, sí, tenemos planeado estrenar el año que viene.
- ¿Cree usted que esta película es significativamente uruguaya o podría ser de cualquier nacionalidad? Porque a mí me da la sensación de que si alguien no tiene en la copia que está viendo títulos de crédito, no sabría en qué país se está desarrollando la historia.
Sí, bueno, eso es lo que muchos uruguayos dicen, no parece de acá. Pero sin embargo, culturas que conocen la uruguaya dicen qué uruguaya que es la película. Porque hay un tempo, un tono, un sentido del humor que parece que es muy uruguayo. No tengo la distancia como para poder darme cuenta yo misma. Si no aparece un termo y un mate, deliberadamente, eso no lo puse.
- Ya sé que no todas las películas tienen por qué tener un mensaje. ¿Qué quería usted transmitir al espectador al ver esta película?
No, esta sí que lo tiene. Puede ser claro, son como muchos, pero es un poco la invitación a conectar con el despropósito, la pérdida del tiempo, con no tener que ser productivo, con esta idea del descanso. Estamos en un sistema metido en el que perder el tiempo no le sirve al sistema. Estamos en la máquina, muy estresados, tratando de sacar un producto. Esta película reflexiona sobre eso, sobre parar un poco. Como que la vida no va tanto por ahí.
- ¿No es también una reivindicación de lo colectivo frente a lo individual? Quiero decir, a estos jóvenes dotados que van a ir al norte se les obliga de alguna manera a vivir completamente aislados.
Totalmente. Ayer me contaba un actor que conocí aquí que el formato vertical de hoy en día es el individualismo y el formato horizontal de antes es el colectivo. Sí, es una manera de verlo. Es una manera interesante, interesantísima de verlo.
- ¿Se ve usted haciendo una película en vertical?
No, en todo caso 4:3, como la tele de antes. Bueno, eso es un recurso que hacen muchos cineastas, ¿no? Sí, ese me gusta porque encuadra mejor la cara, porque la cara es 4:3. Pero vertical no me expande, no me mete adentro a un mundo. Por ahora no me interesa ese formato. Prefiero irme al clásico.
- ¿Tiene usted algún nuevo proyecto en ciernes?
Siempre estoy con proyectos en la mente, sí. Pero no estoy tomando el tiempo para entenderlo realmente.
- Cuando se le ocurre una idea, ¿qué hace? ¿La apunta? ¿La comenta con gente de su confianza y cuyo criterio reconozca?
Sí, tengo un par de amigos confidentes con quienes nos contamos las ideas y las trabajamos. También investigo, ahora estoy bastante con la literatura, leyendo cosas que rondan un poco las temáticas que intento abordar. Y eso, hago un poco de investigación también con películas, pero me sirve más atacarlo por otro lado, porque no es lo mismo, ¿no? La literatura te despierta mucha más imaginación. Hay como un trabajo más grande con la literatura que me parece que está bueno, que ayuda, me ayuda para crear mi mundo.
- ¿Y esa idea suele surgir en cualquier momento del día o suele aparecer más bien en sueños?
Muchas veces sueño y me grabo un audio en el medio de la noche, sí. Pero a veces sí, mi cerebro se pone activo durante la noche, lo cual no sirve...
- ¿Por qué no sirve?
Por el insomnio, si tenés que tener que rendir al otro día, no sirve tener insomnio. Yo tengo una hija de tres años. Sí, pero siempre es mejor, si uno piensa yo, ¿no? Por lo menos en mi caso.
- Dar vueltas en la cama tampoco tiene mucho sentido, es mejor levantarte y trabajar.
Es verdad, sí, sí, sí. Si tengo la idea es mejor levantarse y trabajar totalmente, sí. Pero bueno, también tengo que estar descansada para el otro día ser un soldado con la crianza.
- Supongo que ahora que ya tiene dos películas, todo el mundo pensará que es más fácil para usted hacer la tercera que lo que fue hacer la primera.
No lo sé, como que no empecé tampoco a navegar la búsqueda de financiación, porque tampoco tengo tan claro todavía de qué va la tercera. Pero si mirás un poco lo que es el mercado, la industria, los festivales, los apoyos, las residencias, son para primeras y segundas películas. No son para los que estamos un poco más establecidos.
- O sea, eso que dicen que la segunda película es bastante más jodida de hacer que la primera...¿resulta que la tercera es todavía peor?
Yo creo, no sé, quizás es un temor, pero a mí me está resultando así. Yo ahora estoy queriendo quedarme en una residencia para poder irme de mi casa, para poder estar tranquila y escribir, y no encuentro residencias de festivales o instituciones. Son muy pocas, son siempre para primeras y segundas obras de cineastas.
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- He leído por ahí que esta historia la lleva usted pensando incluso antes de su película anterior, "Los tiburones". ¿Es exacto?
Exactamente, sí. Un poco mi proceso de creación igual es como... voy con varias películas en paralelo, ¿no? Igual algunas triunfan y otras se quedan por el camino o después las vuelvo a retomar. Esto de la distopía retrofuturista en realidad no era una intención inicial. Se trataba de contar la historia de la última mujer en un lugar. Así de ingenua fue la semilla que luego desarrolló toda esta película. Porque yo estaba caminando de noche por una parte de la ciudad que a mí me gusta mucho, pero creo que es peligroso para una mujer caminar por ahí. Y entonces pensé cómo sería la vida si fuese yo la última mujer joven. Así empezó. Derivó, se fue formando también porque pasó la vida, pasó el COVID, tuve una hija, pasaron muchas cosas y para mantener el interés del relato se fue cambiando y cambiando muchas versiones de guion hasta llegar a lo que es.
- ¿El asunto de los olores siempre estuvo desde el principio o lo fue usted incorporando a última hora?
Fue bastante inicial, sí. Porque me parecía lógico que en un mundo donde no hay muchos jóvenes la juventud se cotice. Y la juventud se manifiesta por el olor. Y bueno, de repente venís bien, yo tengo una hijita ahora chiquita, y venís. Sí, los niños tienen como un olor en la cabeza o algo, pero no tienen el olor atrás. De repente los adolescentes empiezan a tener olores fuertes. Olor a tigre, ¿no? Claro, a tigre, a mono. Sí, sí, sí, tal cual. Entonces me parecía gracioso colocar un poco ese ingrediente.
- En el cine no se suele hablar de olores.
No, y muchas veces es cuando te das cuenta... Es difícil porque cómo transmites un olor. Tenés que recurrir a otros elementos. El color, la luz, el sonido, las expresiones de las personas, el maquillaje. Tenés que recurrir a otros lados. En un momento esta adolescente decide dejar de bañarse y comer mucho ajo. Y hacer mucho ejercicio muy abrigada para sudar todo lo más posible. Parecía gracioso también, es como una idea que me divertía.
- ¿Le gusta a usted mezclar elementos divertidos o insólitos con una trama que en general parece dramática?
Sí, claro, sí, me divierte, sí. Trato de divertirme mientras lo hago porque como dura una vida hacer una película. Trato de eso, de pasarlo bien y de generar también como que mirar la película sea una experiencia entretenida.
- ¿Cuál ha sido la trayectoria de la película hasta aquí?
Estrenamos en el festival de Tribeca y estuvimos por Guanajuato. Estuvimos en la Mostra de Sao Paulo. Estuvimos en el AFI en Washington, en Austin, Estocolmo, Malmo... Y ahora nos vamos para Compostela, para Suiza... Y luego para Viña del Mar. Ya estuvimos en Chile, segunda vez en Chile, todavía no estrenamos en Uruguay. Esa es la verdad. No sé qué pasa.
- Pero, ¿tiene usted distribución en Uruguay?
Sí, sí, tenemos planeado estrenar el año que viene.
- ¿Cree usted que esta película es significativamente uruguaya o podría ser de cualquier nacionalidad? Porque a mí me da la sensación de que si alguien no tiene en la copia que está viendo títulos de crédito, no sabría en qué país se está desarrollando la historia.
Sí, bueno, eso es lo que muchos uruguayos dicen, no parece de acá. Pero sin embargo, culturas que conocen la uruguaya dicen qué uruguaya que es la película. Porque hay un tempo, un tono, un sentido del humor que parece que es muy uruguayo. No tengo la distancia como para poder darme cuenta yo misma. Si no aparece un termo y un mate, deliberadamente, eso no lo puse.
- Ya sé que no todas las películas tienen por qué tener un mensaje. ¿Qué quería usted transmitir al espectador al ver esta película?
No, esta sí que lo tiene. Puede ser claro, son como muchos, pero es un poco la invitación a conectar con el despropósito, la pérdida del tiempo, con no tener que ser productivo, con esta idea del descanso. Estamos en un sistema metido en el que perder el tiempo no le sirve al sistema. Estamos en la máquina, muy estresados, tratando de sacar un producto. Esta película reflexiona sobre eso, sobre parar un poco. Como que la vida no va tanto por ahí.
- ¿No es también una reivindicación de lo colectivo frente a lo individual? Quiero decir, a estos jóvenes dotados que van a ir al norte se les obliga de alguna manera a vivir completamente aislados.
Totalmente. Ayer me contaba un actor que conocí aquí que el formato vertical de hoy en día es el individualismo y el formato horizontal de antes es el colectivo. Sí, es una manera de verlo. Es una manera interesante, interesantísima de verlo.
- ¿Se ve usted haciendo una película en vertical?
No, en todo caso 4:3, como la tele de antes. Bueno, eso es un recurso que hacen muchos cineastas, ¿no? Sí, ese me gusta porque encuadra mejor la cara, porque la cara es 4:3. Pero vertical no me expande, no me mete adentro a un mundo. Por ahora no me interesa ese formato. Prefiero irme al clásico.
- ¿Tiene usted algún nuevo proyecto en ciernes?
Siempre estoy con proyectos en la mente, sí. Pero no estoy tomando el tiempo para entenderlo realmente.
- Cuando se le ocurre una idea, ¿qué hace? ¿La apunta? ¿La comenta con gente de su confianza y cuyo criterio reconozca?
Sí, tengo un par de amigos confidentes con quienes nos contamos las ideas y las trabajamos. También investigo, ahora estoy bastante con la literatura, leyendo cosas que rondan un poco las temáticas que intento abordar. Y eso, hago un poco de investigación también con películas, pero me sirve más atacarlo por otro lado, porque no es lo mismo, ¿no? La literatura te despierta mucha más imaginación. Hay como un trabajo más grande con la literatura que me parece que está bueno, que ayuda, me ayuda para crear mi mundo.
- ¿Y esa idea suele surgir en cualquier momento del día o suele aparecer más bien en sueños?
Muchas veces sueño y me grabo un audio en el medio de la noche, sí. Pero a veces sí, mi cerebro se pone activo durante la noche, lo cual no sirve...
- ¿Por qué no sirve?
Por el insomnio, si tenés que tener que rendir al otro día, no sirve tener insomnio. Yo tengo una hija de tres años. Sí, pero siempre es mejor, si uno piensa yo, ¿no? Por lo menos en mi caso.
- Dar vueltas en la cama tampoco tiene mucho sentido, es mejor levantarte y trabajar.
Es verdad, sí, sí, sí. Si tengo la idea es mejor levantarse y trabajar totalmente, sí. Pero bueno, también tengo que estar descansada para el otro día ser un soldado con la crianza.
- Supongo que ahora que ya tiene dos películas, todo el mundo pensará que es más fácil para usted hacer la tercera que lo que fue hacer la primera.
No lo sé, como que no empecé tampoco a navegar la búsqueda de financiación, porque tampoco tengo tan claro todavía de qué va la tercera. Pero si mirás un poco lo que es el mercado, la industria, los festivales, los apoyos, las residencias, son para primeras y segundas películas. No son para los que estamos un poco más establecidos.
- O sea, eso que dicen que la segunda película es bastante más jodida de hacer que la primera...¿resulta que la tercera es todavía peor?
Yo creo, no sé, quizás es un temor, pero a mí me está resultando así. Yo ahora estoy queriendo quedarme en una residencia para poder irme de mi casa, para poder estar tranquila y escribir, y no encuentro residencias de festivales o instituciones. Son muy pocas, son siempre para primeras y segundas obras de cineastas.
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