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Albert Serra, un "antisistema" candidato al Fénix: "Aparte del que yo hago, el cine me interesa más bien poco"

por © Redacción-NOTICINE.com
Serra (izq.) con Léaud, en el rodaje de "La muerte de Luis XIV"
Al cineasta español Albert Serra, sorpresivamente nominado a los Premios Fénix del Cine Iberoamericano, con una película - "La muerte de Luis XIV / La mort de Louis XIV"- dialogada en francés, con actores de ese país y de producción mayoritariamente gala, le encantaría recibir otro galardón: el del cineasta más iconoclasta, provocador y "antisistema", ya que sin ningún pudor asegura que no le gusta ni el cine, ni el de los más reconocidos directores de Hollywood, que apenas ve películas ajenas, no respeta a los actores (especialmente a los de su país) y que "En general, aparte del que yo hago, a mí el cine me interesa más bien poco".

En una extensa entrevista con PlayGround Magazine, el también autor de "Honor de cavalleria" e "Història de la meva mort", cuyas cintas casi nadie ha visto en su país de origen pero sí han recibido reconocimientos en el extranjero (el último en Cannes por "La muerte de Luis XIV", el Jean Vigo otorgado por cinéfilos franceses), Serra no deja títere con cabeza.

No es la primera vez que -con toda sinceridad- reconoce que "Yo nunca pienso en el público", y añade: "Que la película guste a mucha gente no me importa. Lo que me molesta es que no haya otra mucha a la que disguste". Su nuevo largometraje -ya adelanta- "aquí (por España) será un fracaso", algo que debe parecerle lógico, puesto que -agrega- "es el país más nefasto de todos". Al menos puede consolarle que "ya la hemos vendido a muchos países, pero aquí está siendo muy difícil encontrar cines que la quieran programar".

En realidad, Albert Serra no debería quejarse, ya que -quiera o no- pertenece a una cinematografía, en su opinión, carente de todo interés. "No me gusta absolutamente nadie del cine español", confiesa.

El gerundense es conocido por dirigir ferreamente, a pesar de habitualmente no trabajar con un guión digno de tal nombre. Algunos críticos han querido ver en "La muerte de Luis XIV" su película "más accesible", quizás porque por primera vez ha rodado con una mayoría de actores profesionales, entre ellos el mito de la Nouvelle Vague Jean-Pierre Léaud, el actor lanzado por Truffaut en los primeros años 60.

Esto ya significa cierto cambio para alguien que una vez dijo que los actores catalanes deberían estar todos en Guantánamo. En este sentido, detalla más su opinión general sobre los actores profesionales, de cualquier nacionalidad, en la citada entrevista con PlayGorund: "¿Qué lleva a alguien a hacerse actor? Explícamelo tú, porque yo no lo entiendo. ¿Quieren que les aplaudan? ¿Que les digan lo guapos que son? ¿Esta gente que aporta? No aporta nada".

Bueno, en realidad, toda regla tiene su excepción; "Los actores franceses no tienen nada que ver con los de aquí. En Francia los actores son gente cultivada y seria. Es algo que también sucede en Alemania: hay una tradición que hace que el actor no sea un idiota salido de una agencia de modelos".

No es difícil imaginar que este "cariño" por los actores sea recíproco, ya que reconoce que "El 90% de los diálogos de la película están improvisados sobre la marcha. Mi metodología se sigue basando en la incomunicación: casi nunca digo nada a los actores; nunca miro lo que pasa en el set; cuando miro lo que pasa, no escucho. La fricción que crea esta incomunicación hace que mi criterio sea lo único que pueda sacar a flote la película. Lo que hago es rodearme de elementos (guión, foto, actores) que tengo que salvar yo a la fuerza".

Evidentemente, para poder hacer cine, Serra tiene un talento, pero desde luego no heredado ni influenciado por nadie, porque "En general, aparte del que yo hago, a mí el cine me interesa más bien poco. No me gusta Orson Welles; Francis Ford Coppola y Stanley Kubrick me aburren". Es más, sostiene que odia todo lo que proviene de Hollywood: "Me prometí a mí mismo que nunca más iría a ver una película de Hollywood, y he cumplido. A, veces, en el avión, chequeo alguna cosa. El otro día vi un trozo de la última de Tarantino ("The Hateful Eigh"), que es malísima. Pero yo, ir por mi propio pie a ver una película de Hollywood, nunca más".

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