Melissa Barrera, Javier Bardem y Gael García Bernal, entre firmantes de manifiesto para boicotear a instituciones israelíes por genocidio en Gaza
- por © Lorena Hoyos-NOTICINE.com

Este lunes se difundió una carta abierta en Instagram, firmada por más de mil doscientos profesionales del cine y la televisión, que anuncian su decisión de boicotear instituciones israelíes. La iniciativa parte de la organización Film Workers for Palestine, que acusa a festivales, distribuidoras, productoras y canales de televisión de estar "implicados en genocidio y apartheid contra el pueblo palestino".
La lista de nombres atraviesa continentes y géneros. En ella figuran cineastas como Yorgos Lanthimos, Ava DuVernay, Adam McKay o Joshua Oppenheimer, y actrices y actores como Olivia Colman, Mark Ruffalo, Tilda Swinton, Cynthia Nixon, Josh O’Connor, Riz Ahmed, Ayo Edebiri y los hispanos Melissa Barrera, Javier Bardem y Gael García Bernal. También aparecen Susan Sarandon, Debra Winger, Ilana Glazer y Morgan Spector, entre otros. En total, Film Workers for Palestine habla de más de 1200 adhesiones, que incluyen ganadores del Oscar, del BAFTA, del Emmy y de la Palma de Oro.
El texto que todos ellos suscriben enlaza con una referencia histórica. "Inspirados por Filmmakers United Against Apartheid, que se negaron a proyectar sus películas en la Sudáfrica del apartheid, nos comprometemos a no proyectar películas, participar o colaborar de otra forma con instituciones cinematográficas israelíes —incluyendo festivales, cines, canales y productoras— que estén implicados en genocidio y apartheid contra el pueblo palestino", señala la carta. La organización detalla que esa implicación puede consistir en "blanquear o justificar el genocidio y el apartheid, y/o asociarse con el gobierno que los comete".
Los ejemplos concretos que citan abarcan certámenes como el Jerusalem Film Festival, el Haifa International Film Festival, Docaviv y TLVfest. Film Workers for Palestine sostiene que "la gran mayoría de compañías israelíes de producción y distribución cinematográfica, agentes de ventas, cines y otras instituciones nunca han respaldado los derechos plenos e internacionalmente reconocidos del pueblo palestino".
El manifiesto no surge en el vacío. Sus impulsores lo presentan como una continuación del movimiento que, en 1987, encabezaron Jonathan Demme, Martin Scorsese y un centenar de cineastas bajo el nombre de Filmmakers United Against Apartheid, que buscaba impedir que la industria estadounidense distribuyera películas en la Sudáfrica segregacionista.
La dimensión política y ética de este gesto se refleja en las palabras de Hannah Einbinder, actriz firmante: "Lo que hemos estado presenciando en Gaza en los últimos dos años conmueve a la conciencia. Como ciudadana judía estadounidense, cuyos impuestos financian directamente la ofensiva israelí, siento que debemos hacer todo lo posible para terminar con el genocidio. En este momento crucial, ante el fracaso de nuestros líderes, los artistas tenemos que dar un paso al frente y rechazar la complicidad".
No es la primera vez que un sector cultural adopta esta vía de presión. En 2023, más de siete mil escritores y trabajadores editoriales, entre ellos Sally Rooney y Viet Thanh Nguyen, se sumaron a un compromiso similar que buscaba boicotear a editoriales israelíes consideradas "cómplices".
Ahora, es el mundo del cine el que toma la palabra, con rostros conocidos y con una declaración que, al menos en intención, aspira a repetir el efecto de aquel precedente sudafricano.
Texto íntegro del manifiesto:
"Como cineastas, actores, trabajadores de la industria cinematográfica e instituciones, reconocemos el poder del cine para moldear percepciones. En este momento urgente de crisis, donde muchos de nuestros gobiernos están facilitando la carnicería en Gaza, debemos hacer todo lo posible para abordar la complicidad en ese horror implacable.
La corte más alta del mundo, la Corte Internacional de Justicia, ha dictaminado que existe un riesgo plausible de genocidio en Gaza, y que la ocupación y el apartheid de Israel contra los palestinos son ilegales. Defender la igualdad, la justicia y la libertad para todas las personas es un deber moral profundo que ninguno de nosotros puede ignorar. Así también, debemos alzar la voz ahora contra el daño infligido al pueblo palestino.
Respondemos al llamado de cineastas palestinos, quienes han instado a la industria cinematográfica internacional a rechazar el silencio, el racismo y la deshumanización, así como a "hacer todo lo humanamente posible" para terminar con la complicidad en su opresión.
Inspirados por Cineastas Unidos contra el Apartheid que se negaron a proyectar sus películas en la Sudáfrica del apartheid, nos comprometemos a no proyectar películas, presentarnos o trabajar de cualquier manera con instituciones cinematográficas israelíes —incluyendo festivales, cines, canales y productoras— que estén implicados* en el genocidio y el apartheid contra el pueblo palestino.
Ejemplos de complicidad incluyen blanquear o justificar el genocidio y el apartheid, y/o asociarse con el gobierno que los comete".
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La lista de nombres atraviesa continentes y géneros. En ella figuran cineastas como Yorgos Lanthimos, Ava DuVernay, Adam McKay o Joshua Oppenheimer, y actrices y actores como Olivia Colman, Mark Ruffalo, Tilda Swinton, Cynthia Nixon, Josh O’Connor, Riz Ahmed, Ayo Edebiri y los hispanos Melissa Barrera, Javier Bardem y Gael García Bernal. También aparecen Susan Sarandon, Debra Winger, Ilana Glazer y Morgan Spector, entre otros. En total, Film Workers for Palestine habla de más de 1200 adhesiones, que incluyen ganadores del Oscar, del BAFTA, del Emmy y de la Palma de Oro.
El texto que todos ellos suscriben enlaza con una referencia histórica. "Inspirados por Filmmakers United Against Apartheid, que se negaron a proyectar sus películas en la Sudáfrica del apartheid, nos comprometemos a no proyectar películas, participar o colaborar de otra forma con instituciones cinematográficas israelíes —incluyendo festivales, cines, canales y productoras— que estén implicados en genocidio y apartheid contra el pueblo palestino", señala la carta. La organización detalla que esa implicación puede consistir en "blanquear o justificar el genocidio y el apartheid, y/o asociarse con el gobierno que los comete".
Los ejemplos concretos que citan abarcan certámenes como el Jerusalem Film Festival, el Haifa International Film Festival, Docaviv y TLVfest. Film Workers for Palestine sostiene que "la gran mayoría de compañías israelíes de producción y distribución cinematográfica, agentes de ventas, cines y otras instituciones nunca han respaldado los derechos plenos e internacionalmente reconocidos del pueblo palestino".
El manifiesto no surge en el vacío. Sus impulsores lo presentan como una continuación del movimiento que, en 1987, encabezaron Jonathan Demme, Martin Scorsese y un centenar de cineastas bajo el nombre de Filmmakers United Against Apartheid, que buscaba impedir que la industria estadounidense distribuyera películas en la Sudáfrica segregacionista.
La dimensión política y ética de este gesto se refleja en las palabras de Hannah Einbinder, actriz firmante: "Lo que hemos estado presenciando en Gaza en los últimos dos años conmueve a la conciencia. Como ciudadana judía estadounidense, cuyos impuestos financian directamente la ofensiva israelí, siento que debemos hacer todo lo posible para terminar con el genocidio. En este momento crucial, ante el fracaso de nuestros líderes, los artistas tenemos que dar un paso al frente y rechazar la complicidad".
No es la primera vez que un sector cultural adopta esta vía de presión. En 2023, más de siete mil escritores y trabajadores editoriales, entre ellos Sally Rooney y Viet Thanh Nguyen, se sumaron a un compromiso similar que buscaba boicotear a editoriales israelíes consideradas "cómplices".
Ahora, es el mundo del cine el que toma la palabra, con rostros conocidos y con una declaración que, al menos en intención, aspira a repetir el efecto de aquel precedente sudafricano.
Texto íntegro del manifiesto:
"Como cineastas, actores, trabajadores de la industria cinematográfica e instituciones, reconocemos el poder del cine para moldear percepciones. En este momento urgente de crisis, donde muchos de nuestros gobiernos están facilitando la carnicería en Gaza, debemos hacer todo lo posible para abordar la complicidad en ese horror implacable.
La corte más alta del mundo, la Corte Internacional de Justicia, ha dictaminado que existe un riesgo plausible de genocidio en Gaza, y que la ocupación y el apartheid de Israel contra los palestinos son ilegales. Defender la igualdad, la justicia y la libertad para todas las personas es un deber moral profundo que ninguno de nosotros puede ignorar. Así también, debemos alzar la voz ahora contra el daño infligido al pueblo palestino.
Respondemos al llamado de cineastas palestinos, quienes han instado a la industria cinematográfica internacional a rechazar el silencio, el racismo y la deshumanización, así como a "hacer todo lo humanamente posible" para terminar con la complicidad en su opresión.
Inspirados por Cineastas Unidos contra el Apartheid que se negaron a proyectar sus películas en la Sudáfrica del apartheid, nos comprometemos a no proyectar películas, presentarnos o trabajar de cualquier manera con instituciones cinematográficas israelíes —incluyendo festivales, cines, canales y productoras— que estén implicados* en el genocidio y el apartheid contra el pueblo palestino.
Ejemplos de complicidad incluyen blanquear o justificar el genocidio y el apartheid, y/o asociarse con el gobierno que los comete".
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