Hablamos con Antonio Mazón, crítico, escritor, programador y curador cubano, tras abandonar el ICAIC
- por © Jon Apaolaza-NOTICINE.com
 
				Después de 56 años en el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica, el crítico, escritor, programador e historiador cubano Antonio Mazón Robau se ha jubilado. Quien fuera presentador del espacio cinematográfico televisivo "Toma 1" y organizador de festivales de cine francés y europeo en La Habana durante más de dos décadas (por ello le concedieron en Francia el título de Chevalier de la orden de las Artes y las Letras), a sus 77 años ha decidio dejar su trabajo "por diferencias en el método y estilo con la actual dirección del ICAIC", pero sigue sin embargo muy activo y dispuesto a seguir ejerciendo como escritor y crítico. Mazón ha sido testigo privilegiado de la evolución del cine cubano y por ello le entrevistamos en exclusiva. 
- ¿Cómo llegó usted al ICAIC? ¿Qué recuerda de sus inicios?
Bueno, yo desde niño tuve mucha vocación por el cine¡. Es decir, recuerdo que cuando yo veía una película se la contaba a mis amiguitos y se quedaban muy interesados en lo que yo les contaba, así que esa vocación seguramente vino también de mi papá, que era un cinéfilo increíble. Entonces, bueno, hice el servicio militar y cuando terminé, que no había terminado la enseñanza media por el servicio militar, pues me ofrecieron la posibilidad de pasar un curso para ser proyeccionista de cine. Era un curso avanzado de tres meses, hubo grandes profesores y cuando me gradué empecé a trabajar en el cine Acapulco. Ahí tuve mis primeras experiencias, que tú puedes imaginar, y posteriormente trabajé en las salas del ICAIC, que eran cuatro salas privadas, donde se le ofrecían proyecciones a determinados invitados. Ese fue el comienzo. Luego estuve en el Departamento de Revisado, me gradué en la universidad, trabaje en promoción, y en 1990 fallece Héctor García Mesa, comienza a trabajar en el 1991 de director de la Cinemateca Reinaldo González, quien, por cierto, había sido uno de los famosos parametrados, que así se llamaban aquí, aquellas personas que durante el quinquenio gris fueron imposibilitados de ejercer sus labores profesionales o intelectuales. Ese era un momento de recuperación de aquel terrible momento. Reinaldo es nombrado director de la Cinemateca y alguien de su propia oficina le sugirió que la plaza de programador que había quedado disponible me la diera, porque me conocían como cinéfilo, investigador, y entonces así entro en el mes de abril de 1991 en la Cinemateca de Cuba.
- ¿Cuál ha sido la importancia de la labor de la Cinemateca en Cuba?
Durante esos años y las décadas siguientes yo creo que fue muy importante el trabajo de divulgación de la Cinemateca, puesto que estamos hablando que en los 70 la Cinemateca de Cuba tenía sedes en todas las capitales de provincias y en muchos pueblos del país, además de una programación permanente en el cine La Rampa, bueno primero en el cine Chaplin, luego en el cine La Rampa y posteriormente en el cine Chaplin. Y tenía una programación diaria. Yo lo que hice fue intentar, y creo que lo logré, hacer un vuelco en el estilo, en el carácter de la programación. Cuando llegué a la Cinemateca, los programas de Cinemateca salían siempre tarde, los programas impresos, y esos programas solo tenían el nombre de la película y no tenían ni los intérpretes, ni tenían notas al programa. Es decir, era muy mala la promoción de Cinemateca en ese sentido. Desde mi primer programa, que fue en abril de 1991, introduje las fichas técnicas completas, las notas al programa, las sinopsis, los premios, etc., y empecé a crear ciclos atractivos que nunca se hubieran hecho en Cinemateca. Y entonces hubo un cambio muy importante en el público que empezó a movilizarse con mucha fuerza, con mucha frecuencia a las salas de Cinemateca. El público iba con bastante masividad en ciclos como las mejores películas de todos los tiempos. Es decir, que nunca se había hecho en Cinemateca. Los grandes momentos del Oeste, o Rock y cine, por poner ejemplos. Y así entonces la Cinemateca fue rompedora en ese aspecto y empezaron a asistir muchas personas. Y así fue durante muchos años. Era la época del 35mm. Después fuimos pasando de formatos hasta llegar hoy en día al DCP. Pero ya la Cinemateca desde hace años dejó de ser nacional por los problemas de equipamiento que tienen las salas del interior, cuando antes había sede en cada provincia cubana. Incluso durante el periodo especial de los 90, la Cinemateca tuvo buenas aceptaciones de público. Y además apoyaba eventos importantes como el taller de la crítica cinematográfica de Camagüey y otros eventos en el país.
- ¿Cómo diría que ha sido la evolución del ICAIC en el más de medio siglo que ha estado trabajando?
Es difícil de imaginar. En primer lugar, porque creo que hay un concepto equivocado respecto al ICAIC y su producción. El Instituto nunca logró producir una película mensual. Es decir, nunca el ICAIC en toda su existencia logró hacer más de siete o ocho películas anuales en su mejor momento. Nunca fue una gran productora de largometrajes. Lo que sí siempre fue es una gran productora de documentales y, podría decirse, de animados, y tuvo algo muy interesante que fue un noticiero semanal que duró bastantes años también. Y además creo que hay también una exageración respecto a la supremacía del cine cubano y tal. Pienso que tuvimos una gran década, los 60, que se sigue recordando. Tuvimos dos grandes directores, que fueron Tomás Gutiérrez Alea y Humberto Solás. Hicieron sus obras maestras en esos tiempos y también en los 70 algunos de ellos. Y hubo aisladamente algunas películas interesantes a lo largo de la historia del ICAIC. Bueno, el ejemplo más reciente también es el de "Titón" (Gutiérrez Alea) y "Fresa y Chocolate". Pero el ICAIC nunca ganó el primer premio internacional en ningún festival categoría A. Ah, sí, en Moscú "Lucía" (de Solás), y un premio especial de jurado en Berlín por "Fresa y Chocolate" y una medalla que se la dieron a "La primera carga del machete" en el Festival de Venecia, que se la dieron a todos los participantes porque el festival estuvo en crisis. Por eso creo que ha habido una sobrevaloración de la producción del ICAIC. Lo importante es que en una pequeña isla haya habido una compañía cinematográfica que produjera con esa facilidad. Es decir, que siempre se mantuviera y que contribuyera de manera importante a la cultura cinematográfica de la gente. Pero tampoco hay que sobrevalorar demasiado.
- Cuáles son sus tres películas favoritas cubanas y de todo el mundo?
Para un cinéfilo que normalmente ve más de cien películas cada año como es mi caso es casi imposible decirte. Por lo menos en el cine internacional. En el cine cubano es muy evidente. "Memorias del subdesarrollo" es para todos los cinéfilos cubanos, para todos los expertos, la mejor película cubana de todos los tiempos. Eso es indiscutible. Y yo coincido con eso. Y en segundo lugar, siempre es obligado mencionar la "Lucía" de Humberto Solás. Esa también es una obra maestra, no cabe duda. Yo creo que "Fresa y Chocolate" por la significación que tuvo en su momento, y que puso el nombre de Cuba en muchos países, creo que también es una película que podría estar en tercer lugar perfectamente. En el cine internacional, no me atrevo a decir sólo tres. Quizás para mí las mejores serían "Ciudadano Kane", "Casablanca" y "Vertigo". Pero hay muchas más, muchas películas más que podría mencionarte que son importantes.
- ¿Cómo ve en general la evolución del cine, ahora que podemos ver cine en casa prácticamente a diario y a la carta a través de las plataformas?
Creo que desde el punto de vista de la exhibición, de la facilidad para ver películas, estamos en el mejor momento posible de toda la historia del cine. Porque lo acabas de decir muy bien, "a la carta", es decir, puedo en estos mismos momentos sentarme en mi casa y ver cualquier clásico o casi todas las películas contemporáneas. Pero eso es una cosa y el estado de salud del cine es otra. El cine como tal no está en un buen momento. Creo que está hace tiempo que pienso que está en un momento de transición. Es decir, si miras la producción norteamericana, por ejemplo, que ha sido siempre la más vista en el mundo, te puedes dar cuenta al momento que está en una crisis insuperable. Remakes, secuelas... se vuelven a firmar las mismas historias una y otra vez. Solo se salvan Paul Thomas Anderson y poco más... Entonces lo único que me dan ganas de ver son las películas europeas en general. Especialmente el cine francés que es tan abierto y tiene tantas cosas que decir siempre. Es un cine europeo bien interesante aunque no todo es bueno ni mucho menos porque he visto muchas películas europeas en los últimos años. Entonces hay un culto exagerado a algunos directores, los favoritos de los festivales. Y creo que en general, aunque esto puede parecer muy atrevido o muy ignorante que realmente donde está ahora el talento es en las series de televisión. Por eso desde hace años yo he visto más de 300 series ya. Ahora mismo acabo de ver "Task" que me parece una obra maestra que desafía todos los estereotipos de los relatos policiales absolutamente para construir una historia humana impresionante. Trato de seguir las mejores series y al mismo tiempo estar al tanto del mejor cine que a veces hay que buscarlo con pinzas. Ese es mi percepción. Vivimos una transición, pienso, porque tiene que pasar el cine a nuevos modelos, a nuevas maneras de narrar las historias.
- Me da la sensación que desde hace años ese cine que vemos en los festivales, ese cine de autor, se está convirtiendo en una especie de objeto de museo. En los 60 o 70 llenaba salas de gente joven, de estudiantes, y ahora para ese cine te das cuenta de que la media del público son 60 años. Es decir, ya la juventud no se interesa por el cine de autor. ¿Eso significa que tarde o temprano va a desaparecer?
Pues antes de intentar responderte te diría que tienes absolutamente toda la razón. También he sentido eso. Es decir, me parece que el público medio se ha vuelto más inculto o no le interesan ya las historias que le hagan pensar, reflexionar, que hablan nuevos caminos estéticos. Y entonces habría que repetir la cínica importante frase de Hitchcock: "Al público siempre le gusta que le cuenten la misma historia". Es verdad que cuando se ponía aquí una película de Fellini en los cines, se llenaba. No tanto con Antonioni que era más hermético, ¿no? Pero con autores como Fellini o Bergman la gente hacía colas para ver esas películas. Y hoy en día, ya no. Yo las ponía en la Cinemateca y solo tienen interés para un grupito de personas. Y con los contemporáneos yo creo que pasa lo mismo.
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	- ¿Cómo llegó usted al ICAIC? ¿Qué recuerda de sus inicios?
Bueno, yo desde niño tuve mucha vocación por el cine¡. Es decir, recuerdo que cuando yo veía una película se la contaba a mis amiguitos y se quedaban muy interesados en lo que yo les contaba, así que esa vocación seguramente vino también de mi papá, que era un cinéfilo increíble. Entonces, bueno, hice el servicio militar y cuando terminé, que no había terminado la enseñanza media por el servicio militar, pues me ofrecieron la posibilidad de pasar un curso para ser proyeccionista de cine. Era un curso avanzado de tres meses, hubo grandes profesores y cuando me gradué empecé a trabajar en el cine Acapulco. Ahí tuve mis primeras experiencias, que tú puedes imaginar, y posteriormente trabajé en las salas del ICAIC, que eran cuatro salas privadas, donde se le ofrecían proyecciones a determinados invitados. Ese fue el comienzo. Luego estuve en el Departamento de Revisado, me gradué en la universidad, trabaje en promoción, y en 1990 fallece Héctor García Mesa, comienza a trabajar en el 1991 de director de la Cinemateca Reinaldo González, quien, por cierto, había sido uno de los famosos parametrados, que así se llamaban aquí, aquellas personas que durante el quinquenio gris fueron imposibilitados de ejercer sus labores profesionales o intelectuales. Ese era un momento de recuperación de aquel terrible momento. Reinaldo es nombrado director de la Cinemateca y alguien de su propia oficina le sugirió que la plaza de programador que había quedado disponible me la diera, porque me conocían como cinéfilo, investigador, y entonces así entro en el mes de abril de 1991 en la Cinemateca de Cuba.
- ¿Cuál ha sido la importancia de la labor de la Cinemateca en Cuba?
Durante esos años y las décadas siguientes yo creo que fue muy importante el trabajo de divulgación de la Cinemateca, puesto que estamos hablando que en los 70 la Cinemateca de Cuba tenía sedes en todas las capitales de provincias y en muchos pueblos del país, además de una programación permanente en el cine La Rampa, bueno primero en el cine Chaplin, luego en el cine La Rampa y posteriormente en el cine Chaplin. Y tenía una programación diaria. Yo lo que hice fue intentar, y creo que lo logré, hacer un vuelco en el estilo, en el carácter de la programación. Cuando llegué a la Cinemateca, los programas de Cinemateca salían siempre tarde, los programas impresos, y esos programas solo tenían el nombre de la película y no tenían ni los intérpretes, ni tenían notas al programa. Es decir, era muy mala la promoción de Cinemateca en ese sentido. Desde mi primer programa, que fue en abril de 1991, introduje las fichas técnicas completas, las notas al programa, las sinopsis, los premios, etc., y empecé a crear ciclos atractivos que nunca se hubieran hecho en Cinemateca. Y entonces hubo un cambio muy importante en el público que empezó a movilizarse con mucha fuerza, con mucha frecuencia a las salas de Cinemateca. El público iba con bastante masividad en ciclos como las mejores películas de todos los tiempos. Es decir, que nunca se había hecho en Cinemateca. Los grandes momentos del Oeste, o Rock y cine, por poner ejemplos. Y así entonces la Cinemateca fue rompedora en ese aspecto y empezaron a asistir muchas personas. Y así fue durante muchos años. Era la época del 35mm. Después fuimos pasando de formatos hasta llegar hoy en día al DCP. Pero ya la Cinemateca desde hace años dejó de ser nacional por los problemas de equipamiento que tienen las salas del interior, cuando antes había sede en cada provincia cubana. Incluso durante el periodo especial de los 90, la Cinemateca tuvo buenas aceptaciones de público. Y además apoyaba eventos importantes como el taller de la crítica cinematográfica de Camagüey y otros eventos en el país.
- ¿Cómo diría que ha sido la evolución del ICAIC en el más de medio siglo que ha estado trabajando?
Es difícil de imaginar. En primer lugar, porque creo que hay un concepto equivocado respecto al ICAIC y su producción. El Instituto nunca logró producir una película mensual. Es decir, nunca el ICAIC en toda su existencia logró hacer más de siete o ocho películas anuales en su mejor momento. Nunca fue una gran productora de largometrajes. Lo que sí siempre fue es una gran productora de documentales y, podría decirse, de animados, y tuvo algo muy interesante que fue un noticiero semanal que duró bastantes años también. Y además creo que hay también una exageración respecto a la supremacía del cine cubano y tal. Pienso que tuvimos una gran década, los 60, que se sigue recordando. Tuvimos dos grandes directores, que fueron Tomás Gutiérrez Alea y Humberto Solás. Hicieron sus obras maestras en esos tiempos y también en los 70 algunos de ellos. Y hubo aisladamente algunas películas interesantes a lo largo de la historia del ICAIC. Bueno, el ejemplo más reciente también es el de "Titón" (Gutiérrez Alea) y "Fresa y Chocolate". Pero el ICAIC nunca ganó el primer premio internacional en ningún festival categoría A. Ah, sí, en Moscú "Lucía" (de Solás), y un premio especial de jurado en Berlín por "Fresa y Chocolate" y una medalla que se la dieron a "La primera carga del machete" en el Festival de Venecia, que se la dieron a todos los participantes porque el festival estuvo en crisis. Por eso creo que ha habido una sobrevaloración de la producción del ICAIC. Lo importante es que en una pequeña isla haya habido una compañía cinematográfica que produjera con esa facilidad. Es decir, que siempre se mantuviera y que contribuyera de manera importante a la cultura cinematográfica de la gente. Pero tampoco hay que sobrevalorar demasiado.
- Cuáles son sus tres películas favoritas cubanas y de todo el mundo?
Para un cinéfilo que normalmente ve más de cien películas cada año como es mi caso es casi imposible decirte. Por lo menos en el cine internacional. En el cine cubano es muy evidente. "Memorias del subdesarrollo" es para todos los cinéfilos cubanos, para todos los expertos, la mejor película cubana de todos los tiempos. Eso es indiscutible. Y yo coincido con eso. Y en segundo lugar, siempre es obligado mencionar la "Lucía" de Humberto Solás. Esa también es una obra maestra, no cabe duda. Yo creo que "Fresa y Chocolate" por la significación que tuvo en su momento, y que puso el nombre de Cuba en muchos países, creo que también es una película que podría estar en tercer lugar perfectamente. En el cine internacional, no me atrevo a decir sólo tres. Quizás para mí las mejores serían "Ciudadano Kane", "Casablanca" y "Vertigo". Pero hay muchas más, muchas películas más que podría mencionarte que son importantes.
- ¿Cómo ve en general la evolución del cine, ahora que podemos ver cine en casa prácticamente a diario y a la carta a través de las plataformas?
Creo que desde el punto de vista de la exhibición, de la facilidad para ver películas, estamos en el mejor momento posible de toda la historia del cine. Porque lo acabas de decir muy bien, "a la carta", es decir, puedo en estos mismos momentos sentarme en mi casa y ver cualquier clásico o casi todas las películas contemporáneas. Pero eso es una cosa y el estado de salud del cine es otra. El cine como tal no está en un buen momento. Creo que está hace tiempo que pienso que está en un momento de transición. Es decir, si miras la producción norteamericana, por ejemplo, que ha sido siempre la más vista en el mundo, te puedes dar cuenta al momento que está en una crisis insuperable. Remakes, secuelas... se vuelven a firmar las mismas historias una y otra vez. Solo se salvan Paul Thomas Anderson y poco más... Entonces lo único que me dan ganas de ver son las películas europeas en general. Especialmente el cine francés que es tan abierto y tiene tantas cosas que decir siempre. Es un cine europeo bien interesante aunque no todo es bueno ni mucho menos porque he visto muchas películas europeas en los últimos años. Entonces hay un culto exagerado a algunos directores, los favoritos de los festivales. Y creo que en general, aunque esto puede parecer muy atrevido o muy ignorante que realmente donde está ahora el talento es en las series de televisión. Por eso desde hace años yo he visto más de 300 series ya. Ahora mismo acabo de ver "Task" que me parece una obra maestra que desafía todos los estereotipos de los relatos policiales absolutamente para construir una historia humana impresionante. Trato de seguir las mejores series y al mismo tiempo estar al tanto del mejor cine que a veces hay que buscarlo con pinzas. Ese es mi percepción. Vivimos una transición, pienso, porque tiene que pasar el cine a nuevos modelos, a nuevas maneras de narrar las historias.
- Me da la sensación que desde hace años ese cine que vemos en los festivales, ese cine de autor, se está convirtiendo en una especie de objeto de museo. En los 60 o 70 llenaba salas de gente joven, de estudiantes, y ahora para ese cine te das cuenta de que la media del público son 60 años. Es decir, ya la juventud no se interesa por el cine de autor. ¿Eso significa que tarde o temprano va a desaparecer?
Pues antes de intentar responderte te diría que tienes absolutamente toda la razón. También he sentido eso. Es decir, me parece que el público medio se ha vuelto más inculto o no le interesan ya las historias que le hagan pensar, reflexionar, que hablan nuevos caminos estéticos. Y entonces habría que repetir la cínica importante frase de Hitchcock: "Al público siempre le gusta que le cuenten la misma historia". Es verdad que cuando se ponía aquí una película de Fellini en los cines, se llenaba. No tanto con Antonioni que era más hermético, ¿no? Pero con autores como Fellini o Bergman la gente hacía colas para ver esas películas. Y hoy en día, ya no. Yo las ponía en la Cinemateca y solo tienen interés para un grupito de personas. Y con los contemporáneos yo creo que pasa lo mismo.
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