Bajo la estructura que se alza en el recinto de Autocine Madrid, en el distrito de Fuencarral-El Pardo, se celebró la noche del miércoles la apertura de The Lenovo Garage. Se trata de un espacio nuevo, completamente cubierto y climatizado, que ha sido diseñado para funcionar como sede de conciertos, eventos y diversas experiencias.

Al llegar al autocine, que se publicita como el más grande de Europa con capacidad para 260 vehículos, una pantalla de 250 metros cuadrados y un proyector de última generación, la mirada se dirigía hacia la derecha, donde una gran carpa insonorizada dominaba una parte del terreno. En la entrada, el logo de Lenovo identificaba el lugar. Después de pasar por el punto de acreditación, los asistentes accedían al interior de la carpa, un área con capacidad para alrededor de 4800 personas.

Dentro, la disposición mostraba un gran escenario situado en el centro. A ambos lados se extendían varias barras de bar, y en distintos puntos, cortadores de jamón servían raciones de forma continua. Los invitados, con una copa de vino o una cerveza en la mano, comenzaban a desplazarse por el lugar, entablando conversaciones mientras observaban los detalles de la nueva instalación.



El acto inaugural comenzó con una intervención de nueve bailarinas de ballet, que ejecutaron fragmentos de "El lago de los cisnes" sobre el escenario. A continuación, tomaron la palabra las fundadoras del autocine y el CEO de Lenovo España. Sus intervenciones se centraron en la versatilidad del nuevo espacio y en la intención de que se convierta en un punto de referencia para la celebración de grandes eventos en la capital.

Una vez concluidas las palabras, el sonido ambiente llenó el recinto. Camareros comenzaron a circular con bandejas de aperitivos que contenían quesos, embutidos y otros bocados, los cuales se consumían durante el transcurso de las conversaciones. Aproximadamente tras media hora, dio comienzo uno de los segmentos más dinámicos de la velada: un tributo al cantante Freddie Mercury a cargo de Alex Magna. Durante treinta minutos, la actuación sirvió para que se pudiera percibir la acústica del lugar, al tiempo que un número considerable de asistentes comenzaba a cantar y bailar.

En el momento en que el ritmo de la noche parecía decaer, se produjo la intervención final. El DJ Nano subió al escenario para ofrecer una sesión que alteró por completo la atmósfera del lugar. El sistema de sonido operó entonces a plena capacidad, llenando el espacio de ritmo y energía, con un juego de luces que se movía al compás. Fue el cierre de una presentación que mostraba a The Lenovo Garage como una nueva opción dentro del ocio madrileño.

El Autocine Madrid, que rememora la estética de la década de 1950, complementa esta nueva instalación con una oferta que incluye proyecciones de estrenos, clásicos del cine y taquillazos, junto con un diner que sirve comida americana como hamburguesas y perritos calientes, además de varias food trucks que ofrecen pizza, palomitas o cubos de pollo.

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