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Crítica: "Mi obra maestra", arte y amistad, más allá de la farsa

por © NOTICINE.com
Francella y Brandoni, en "Mi obra maestra"
Por Eduardo Larrocha   

"Mi obra maestra", dirigida por Gaston Duprat, reflexiona sobre el valor de la amistad e indaga en los oscuros entresijos del mercado del arte. Guillermo Francella, conmovedor en "Corazón de león", da vida a Arturo: marchante que regenta una galería en el centro de Buenos Aires. Por amistad y sentido de empresa es capaz de todo para sacar adelante a Renzo Nervi, Luis Brandon,i un veterano actor menos conocido en España. Renzo es un pintor cascarrabias, petulante y en declive con un toque de amargura ante el ocaso de su vida. Tuvo su tiempo de gloria pero ahora está al borde de la ruina, el desahucio y el fracaso.

En una narración circular que comienza donde hora y media después termina, "Mi obra maestra" retrocede un lustro para seguir una trayectoria artística, la de Arturo, que parece condenada al olvido. En un momento del recorrido surge Alex, el iluso e idealista español interpretado con solvencia por Raúl Arévalo.
      
Del director, Gaston Duprat, conocemos su fina ironía por habernos hecho reír con "El ciudadano ilustre" e inquietar en "El hombre de al lado". "Mi obra maestra", comedia algo más previsible, toma la forma de thriller sobre el mercado del arte entendido como farsa.
Andrés, hermano del realizador y guionista sabe de lo que escribe ya que es director nada menos que del Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires, la principal institución en el ámbito de la pintura de la capital argentina. En parte abusando de tópicos y con algunos momentos centrales en los que decae el interés -porque quizá esté todo dicho- la película aún nos depara alguna sorpresa al dar un giro a la comedia. Memorable la belleza de los paisajes abruptos de Jujui en el norte de Argentina.
    
Ya  escribió Edurne Sarriegui en NOTICINE.com de esta producción argentina cuando se estrenó en su país. Ahora que llega a los cines de España, es buen momento de resaltar el papel de Alex y quedarse con la reflexión sobre ¿Qué es verdaderamente el arte? Una convención, un puro negocio, un cliché o encierra una verdad interior más allá de las modas y el mercado. Alex se presenta en el estudio del pintor para aprender las claves de su obra. Arturo se aprovecha para darle una lección inolvidable. Aunque algo estereotipado en su papel, este joven alternativo, utópico y solidario terminará siendo el espejo del fraude en el que están inmersos galerista y pintor. Dibuja un mundo de farsantes y millonarios, jeques árabes incluidos, que desvirtúan el sentido de la creación y convierten a la pintura en simple objeto de especulación de nuevo rico. Se pone en evidencia la relatividad de lo que es arte y lo que no es otra cosa que pose y mercado sin escrúpulos. "El arte trata de la vida; el mercado del arte, del dinero" frase atribuida al coleccionista británico Demian Hirst que identifica el trasfondo de esta película.
    
Al final nos queda el aroma de un relato divertido sobre el mundo del arte y sobre la amistad inquebrantable. La première internacional de "Mi obra maestra" tuvo lugar en la última Mostra de Venecia, eso sí fuera de competición. En la Seminci, la Semana de cine de Valladolid, consiguió el premio del público. Ahora se puede ver en salas comerciales españolas. Algo más que para echarse unas risas y pasar un rato agradable. La comedia nos hacer dudar ante la eterna pregunta ¿Qué es de verdad el arte?

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