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Crítica: "Superman", vuela con brillo... pero no tan alto

por © NOTICINE.com
"Superman"
"Superman"
Por Santiago Echeverría         

James Gunn asume el riesgo de reinventar al ícono clásico más puro del cómic con una película que oscila entre el homenaje afectuoso y la necesidad de diferenciarse de versiones pasadas. "Superman" no es un relato de origen, sino un retrato del Hombre de Acero ya establecido en un mundo donde los superhéroes son parte del paisaje. El resultado es una cinta con momentos brillantes, lastrada por una ambición desmedida y algunos giros tonales discordantes.

David Corenswet encarna a un Clark Kent/Kal-El que logra equilibrar la nobleza clásica del personaje con un toque de vulnerabilidad juvenil. Su interpretación evoca la calidez de Christopher Reeve sin caer en la caricatura, aunque el guión no siempre le permite profundizar en su dualidad. A diferencia de Henry Cavill —cuyo Superman de Zack Snyder cargaba con el peso de la alienación—, este versión prioriza el optimismo, casi como una reacción contra el cinismo de épocas anteriores.

El problema es que, al evitar el conflicto interno, el personaje a veces se siente más símbolo que ser humano. Gunn opta por una estructura episódica donde Superman enfrenta múltiples amenazas (desde crisis geopolíticas hasta robots asesinos), pero el ritmo acelerado sacrifica escenas clave: apenas vemos a Clark como periodista o explorando su relación con los Kent. La película presume de acción, pero olvida que lo que hace memorable al personaje son sus momentos en tierra, no solo en el cielo.



Nicholas Hoult compone un Lex Luthor cerebral pero poco intimidante. Su versión del magnate oscila entre la arrogancia calculadora y cierta frivolidad, como si el guión no decidiera si quiere un villano siniestro o un empresario memeable. Hay destellos de genialidad (su manipulación mediática es un guiño pertinente a la era de las fake news), pero carece de la presencia aplastante de otros Luthor como los de Michael Rosenbaum o Gene Hackman.

En cambio, Rachel Brosnahan roba la película como Luisa / Lois Lane: aguda, audaz y libre de ser la "damisela" de turno. Su química con Corenswet es convincente, aunque el romance se resuelve con premura. Gunn evita el cliché del secreto identitario (Lois sabe quién es Superman desde el principio), pero ese acierto narrativo choca con un tercer acto donde su arco queda relegado por el bombardeo de efectos especiales.

Aquí yace el mayor defecto de la cinta: la obsesión por sentar bases para el nuevo DCU. Personajes como Green Lantern (Nathan Fillion), Hawkgirl (Isabela Merced) y Mr. Terrific (Edi Gathegi) aportan momentos divertidos, pero su inclusión se siente forzada. Sus escenas —cargadas del humor absurdo típico de Gunn— rompen el tono épico que el film busca en su mejor momentos. Peor aún, distraen del núcleo emocional: la crisis moral de Superman ante una guerra ficticia (claramente inspirada en conflictos reales), que pudo ser el eje de una historia más coherente.

Krypto, el superperro kryptoniano, es otro ejemplo de este desbalance. Divertido en dosis pequeñas, termina siendo un recurso cómico recurrente que trivializa escenas dramáticas. Gunn no puede resistirse a su estilo, y aunque funciona en "Guardianes de la Galaxia", aquí genera una extraña disonancia.

Visualmente, la película apuesta por un look cercano al cómic, con trajes coloridos y escenarios que huyen del realismo. Sin embargo, la fotografía de Henry Braham (a pesar de su talento) luce plana en comparación con el brillo mítico de "El hombre de acero / Man of Steel" (2013) o la nostalgia cálida de los films de Richard Donner. La banda sonora de John Murphy recurre demasiado a los temas de John Williams en lugar de forjar una identidad propia, otro síntoma de la inseguridad del proyecto ante su legado.

"Superman" cumple su misión de reiniciar el personaje con frescura, pero no sin tropiezos. Cuando se centra en el corazón del mito —la lucha por hacer el bien en un mundo que desconfía de lo extraordinario—, la cinta brilla. Pero el exceso de elementos, la tonaltidad irregular y la urgencia por expandir el universo diluyen su potencial. Es una película entretenida, bien actuada y repleta de acción, aunque le falta el aliento trascendente de los mejores cómics del personaje. Gunn demuestra que puede dirigir algo más que antihéroes cínicos, pero aún no logra que Superman vuele tan alto como debiera.

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