Crítica: "La llegada del hijo", Maricel Álvarez y los dilemas de la maternidad
- por © EscribiendoCine-NOTICINE.com

Por Emiliano Basile
Las argentinas Valeria Pivato y Cecilia Atán estrenan su segunda colaboración tras "La novia del desierto", en la que profundizan el universo femenino asociado a la maternidad. "La llegada del hijo" (2024), presentada en el Festival de San Sebastián, pone en cuestionamiento la idea del amor incondicional asociado a la maternidad.
La historia sigue a Sofía (Maricel Álvarez), una madre que espera a su hijo adolescente (Angelo Mutti Spinetta) a la salida de prisión. El encuentro, lejos de ser cálido, revela una relación fracturada que responde a hechos del pasado. A medida que se esclarecen los motivos detrás del crimen del joven, la película construye, casi como un rompecabezas, las causas de esa distancia emocional y los conflictos internos de la protagonista.
El relato propone un juego de contrastes: amor y frustración, libertad y dependencia, deseo personal y mandato social. Estas tensiones dan forma a una trama que sigue el proceso del duelo de la protagonista, profundizando en aspectos simbólicos. Elementos como el agua –de la pileta o de la lluvia–, el fuego y los espacios laberínticos del cementerio aportan una dimensión metafórica que invita a una lectura introspectiva.
Esto se manifiesta en la decisión de priorizar el lenguaje audiovisual por sobre las palabras. Las imágenes y los sonidos se convierten en herramientas esenciales para expresar emociones profundamente ligadas al universo femenino, emociones que muchas veces han sido silenciadas o reprimidas por mandatos culturales.
El trabajo actoral sorprende por su atención a los detalles: gestos, posturas y actitudes que transmiten más que cualquier diálogo. Este aspecto en la corporalidad aporta una autenticidad notable, permitiendo que las relaciones y los conflictos sucedidos en diferentes temporalidades se desarrollen de forma orgánica.
Pivato y Atán presentan una producción técnicamente sólida, donde cada decisión artística parece cuidadosamente pensada para abordar un tema complejo con sensibilidad y profundidad. La llegada del hijo confronta tabúes y explora las contradicciones del deseo femenino, planteando preguntas que resuenan mucho más allá de su duración en pantalla.
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Las argentinas Valeria Pivato y Cecilia Atán estrenan su segunda colaboración tras "La novia del desierto", en la que profundizan el universo femenino asociado a la maternidad. "La llegada del hijo" (2024), presentada en el Festival de San Sebastián, pone en cuestionamiento la idea del amor incondicional asociado a la maternidad.
La historia sigue a Sofía (Maricel Álvarez), una madre que espera a su hijo adolescente (Angelo Mutti Spinetta) a la salida de prisión. El encuentro, lejos de ser cálido, revela una relación fracturada que responde a hechos del pasado. A medida que se esclarecen los motivos detrás del crimen del joven, la película construye, casi como un rompecabezas, las causas de esa distancia emocional y los conflictos internos de la protagonista.
El relato propone un juego de contrastes: amor y frustración, libertad y dependencia, deseo personal y mandato social. Estas tensiones dan forma a una trama que sigue el proceso del duelo de la protagonista, profundizando en aspectos simbólicos. Elementos como el agua –de la pileta o de la lluvia–, el fuego y los espacios laberínticos del cementerio aportan una dimensión metafórica que invita a una lectura introspectiva.
Esto se manifiesta en la decisión de priorizar el lenguaje audiovisual por sobre las palabras. Las imágenes y los sonidos se convierten en herramientas esenciales para expresar emociones profundamente ligadas al universo femenino, emociones que muchas veces han sido silenciadas o reprimidas por mandatos culturales.
El trabajo actoral sorprende por su atención a los detalles: gestos, posturas y actitudes que transmiten más que cualquier diálogo. Este aspecto en la corporalidad aporta una autenticidad notable, permitiendo que las relaciones y los conflictos sucedidos en diferentes temporalidades se desarrollen de forma orgánica.
Pivato y Atán presentan una producción técnicamente sólida, donde cada decisión artística parece cuidadosamente pensada para abordar un tema complejo con sensibilidad y profundidad. La llegada del hijo confronta tabúes y explora las contradicciones del deseo femenino, planteando preguntas que resuenan mucho más allá de su duración en pantalla.
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