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Crítica: "Los sin nombre", un thriller extendido que se deshincha paulatinamente

por © NOTICINE.com
"Los sin nombre"
"Los sin nombre"
Por Santiago Echeverría       

En 1999 se estrenaba la opera prima del cineasta catalán Jaume Balagueró, "Los sin nombre", inicio de una carrera que se prolongaría en el género hasta nuestros días, con hitos tan importantes como la saga "REC". Este año, primero en junio en España (a través de Movistar+) y ahora en América Latina (Disney+), se lanza una nueva versión de la novela del británico Ramsey Campbell en formato serie.

La desaparición de un niño es el núcleo de las pesadillas más visceralmente humanas. "Los Sin Nombre", la adaptación seriada de la película de Jaume Balagueró, explora ese terror con una ambición expandida pero un ritmo desigual. La premia con la que juega es tan intrigante como efectiva: Ángela, una niña con un don aparentemente milagroso, es secuestrada y dada por muerta, solo para reaparecer siete años después mediante una desgarradora llamada telefónica que obliga a su madre, Claudia (Miren Ibarguren), y a un atribulado expolicía, Salazar (Rodrigo de la Serna), a reabrir una herida que nunca cicatrizó.

El mayor acierto de la serie reside en su potente motor dramático. Ibarguren ofrece una interpretación convincente y llena de matices, muy alejada de sus registros cómicos habituales, plasmando a la perfección la desesperación y la tenue esperanza de una madre destrozada. A su lado, De la Serna encarna con intensidad, a veces rayando en lo excesivo, al compañero de viaje atormentado por sus propios demonios y el fracaso de la investigación original. Juntos, sostienen emocionalmente una trama que, de otro modo, podría desinflarse.



A nivel estético, la producción es impecable. Movistar Plus+ dota a la serie de una fotografía expresionista y una dirección de arte cuidada que crea una atmósfera densa y angustiante, con claroscuros y localizaciones siniestras que recuerdan a thrillers nórdicos o a la primera temporada de "True Detective". Este es, sin duda, el mundo oscuro y melancólico que la historia merece.

Sin embargo, la transición de un film compacto a seis episodios le pasa factura. La narrativa sufre de una notable expansión, con un segundo acto que se antoja redundante y lastrado por subtramas y pistas falsas que, lejos de añadir profundidad, ralentizan el impulso inicial. La promesa de un elemento sobrenatural o sectario inquietante —tan potente en el arranque— acaba diluyéndose en favor de un thriller policiaco más convencional de lo esperado. El guión, aunque sólido en su base, recurre a giros y cliffhangers vistos cientos de veces en el género.

"Los sin nombre" es una serie de contrastes. Es una producción bien actuada y visualmente lograda que explora con acierto el drama de sus personajes principales y la psicológica de la pérdida y la fe. No obstante, su ritmo irregular y su incapacidad para mantener la intriga sobrenatural de su premisa inicial la condenan a ser un thriller digno y entretenido, pero que finalmente no consigue dejar una huella tan profunda como su escalofriante primer episodio prometía. Un viaje con un destino menos impactante de lo que el camino sugiere.

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