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"Reversión": Un laberinto onírico que desafía al espectador

por © NOTICINE.com
Jaime Lorente, en "Reversión"
Jaime Lorente, en "Reversión"
Por Santiago Echeverría       

El español Jacob Santana llega a la dirección con una apuesta arriesgada y compleja: adaptar al cine español el thriller psicológico surcoreano "Forgotten". El resultado es un producto híbrido, un puzzle narrativo que se mueve entre el drama familiar, el suspense y el terror, y que no teme desorientar al público en su búsqueda de una identidad propia.

La cinta nos presenta a Mario, un joven con ansiedad que, tras mudarse con su familia a una casa misteriosa, presencia el secuestro de su hermano mayor. Cuando este regresa, aparentemente ileso pero con cambios inexplicables en su personalidad y su físico, Mario inicia una investigación que pondrá en entredicho todo lo que cree saber. La premisa, extraída del original coreano, sirve como trampolín para una exploración de temas profundos: la mentira, la manipulación, la memoria y la justicia como una versión subjetiva de los hechos.

Uno de los mayores aciertos del film es su potente ambición visual. La dirección de fotografía de David Azcano dota a la película de una estética cuidada y una atmósfera inquietante, a veces con un empaque setentero, que aprovecha los escenarios urbanos y la arquitectura para crear un trazado nocturno perfecto para el suspense. Esta capa visual ayuda a sostener un castillo de naipes argumental que, en ocasiones, se revela frágil y se estira hasta lo inverosímil, particularmente cuando introduce la hipnosis como método de investigación.



La narración, fiel a la estructura del original pero con una puesta en escena propia, es uno de sus puntos más debatibles. Por un lado, se agradece su pulso narrativo y su valentía al revelar el misterio principal a mitad de metraje, lanzándose de lleno a una segunda parte donde se explican las causas. Por otro, esta fidelidad es también su losa: quienes conozcan la película coreana encontrarán pocas sorpresas y reconocerán demasiados momentos calcados, lo que le resta frescura y capacidad de asombro.

El elenco, sin embargo, está a la altura del desafío. Jaime Lorente se desprende de sus roles más conocidos para ofrecer un arco interpretativo lleno de matices, construyendo a un protagonista vulnerable y determinado. Su química con Manu Vega, que interpreta a su hermano, es fundamental; si esta relación no funcionara, todo el engranaje emocional de la película se desmoronaría. Belén Rueda y Fernando Cayo completan el reparto con interpretaciones deliberadamente desapegadas y artificiales, cuya razón de ser se comprende a medida que avanza el guion.

"Reversión" es, por tanto, un debut intrigante y visualmente sólido que demuestra el potencial de Jacob Santana como director. Estamos ante un thriller que entretiene, pero sobre todo, que exige atención y invita a la reflexión sobre los límites de la realidad y la ficción. Aunque su excesiva fidelidad al original y su trama enrevesada pueden marear a los espectadores que busquen historias sencillas, se erige como una propuesta valiosa para quienes disfrutan descifrando las capas de un misterio bien construido. Un rompecabezas fascinante, aunque algunos ya conozcamos el dibujo de la caja.

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