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Ciclo en Cuba: Dramas de m(p)aternidad en el Cine español del nuevo milenio

por © Frank Padrón (Cuba)-NOTICINE.com
'Celda 211'
Luis Tosar, en 'Celda 211'
Con la proyección de la exitosa “Celda 211” (2009) de Daniel Monzón, dio inicio el sábado en la noche en la sala “Chaplin” de la Cinemateca de Cuba la segunda edición del ciclo Cine español del nuevo milenio, que se extenderá hasta el último día de mayo. A su vez, en el lobby del cine puede apreciarse la bien curada exposición “Juan de Orduña: locura de amor por el cine”, a cargo del cineasta Antonio Giménez-Rico y la diseñadora de vestuario Lourdes de Orduña. que dio paso el sábado a la proyección del film “Alba de América” (1951), de Juan de Orduña, tío de la profesional.

En realidad, ninguna opción mejor para dejar inaugurada esta muestra de cortos y largos recientes que llegan de la Madre Patria como “Celda…”,  adaptación de la novela de Francisco Pérez Gandul que obtuviera 8 premios Goya y varios galardones significativos allá.

Drama carcelario que hereda lo mejor del canon, “Celda 211” es sin embargo, mucho más que las peripecias habituales de reclusos rebeldes, policías corruptos y conflictos entre sumisión y poder; la cinta discursa sobre todo, acerca de la solidaridad humana en condiciones límite, a partir de un cambio de identidad: el joven funcionario Juan llega un día antes de lo asignado a la prisión y se ve enrolado en un motín donde la única solución que se le ocurre es hacerse pasar por preso; entre él y el líder de la prisión (Malamadre) surgirá a partir de entonces una relación de complicidad, admiración y creciente simpatía que trasciende incluso el descubrimiento final de la verdad.

Aunque la cinta es impecable en su morfología y funciona como una admirable muestra del género (ritmo sostenido, fluidez diegética,  inteligente tratamiento de cámara...) lo mejor a mi juicio radica en esa conformación de personajes y relaciones entre los mismos, pues más allá de los protagonistas están los otros reclusos con sus intrigas y luchas internas de poderes, los guardianes y funcionarios y hasta el conflicto con varios terroristas vascos también prisioneros que coloca muy sutilmente, pero de modo nada forzado, el tema político en medio del relato.

Como si fuera poco, están las actuaciones, y claro que el jefazo de los presos, el impecable Malamadre sube a la piel de un insuperable Luis Tosar, a quien secundan notablemente el debutante Alberto Ammann (Juan) y otros ya conocidos y de probada valía histriónica (Antonio Resines, Marta Etura...).

A propósito, la Etura (galardonada también en los Goya como actriz de reparto) es en el film la esposa embarazada del joven funcionario, y bien visto, prácticamente todo el panorama fílmico que se incluye en esta muestra está relacionado, de un modo u otro,  con el tema: “No-do” (2009, Elio Quiroga) sigue la vida de una pediatra que tras el nacimiento de su nuevo hijo comienza a sufrir una depresión posparto; en “Hierro” (2009, Gabe Ibáñez) María pierde a su hijo sin que nadie puede explicarle qué ha ocurrido; “La vergüenza”(2009, David Planell) toca el ítem desde el complejo lado de la adopción, cuando un matrimonio decide devolver el niño que recibieron un año atrás, mientras en “Fuera de carta” (2008, Nacho G. Velilla) Maxi es un chef "gay" que hace tiempo salió del armario y que desde la muerte de su esposa se ocupa de los dos hijos con los cuales  (sobre todo con el varón adolescente) lleva una relación conflictiva.

Claro que otros interesantes rubros conforman el resto de las propuestas: el terror clásico en “Rec” (2007, Jaume Balagueró y Paco Plaza), “horror minimalista” en “El rey de la montaña” (2007, Gonzalo López-Gallego) o un thriller relacionado con tasación de muebles antiguos (“La herencia Valdemar”, 2010, José Luis Alemán) están también presentes, junto con un documental  (“To shoot an elephant”) y varios cortos, de los cuales hablaremos en próximos comentarios.