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La cubana Yahima Torres se enfrenta al veredicto del público francés con "Vénus noire"

por © Redacción-NOTICINE.com
Yahima Torres, en 'Vénus noire'
Yahima Torres, en 'Vénus noire'
La poderosa figura de Yahima Torres puede verse desde esta semana en carteles y fotos de un centenar largo de salas francesas, donde se proyecta la controvertida cinta del francotunecino Abdellatif Kechiche "Vénus noire" (Venus negra), basada en una cruel historia real acaecida en el siglo XIX, y estrenada el pasado septiembre con notable eco en la Mostra de Venecia. Residente desde hace más de siete años en el país europeo, la actriz cubana ha saltado del anonimato gracias a un film que ha requerido una notable entrega física y emocional.

Torres, que enseñaba español a niños franceses, logró el papel de una forma casual, porque su voluminoso físico podía parecerse al del personaje real, una africana de opulentas formas y organos sexuales muy desarrollados que causó sensación entre científicos europeos de la época y que acabó como "fenómeno de feria", encerrada, prostituída e incluso diseccionada y expuesto su cadáver en un museo parisino tras su prematura muerte, hasta que en 2002 por intercesión de Nelson Mandela sus restos fueron repatriados a Suráfrica para descansar por fin en su tierra.

"Yo andaba por la calle en el barrio parisino de Belleville, donde vivo, cuando la asistente de Abdel Kechiche me paró. Aunque aún estaba enfrascado en su anterior película, "La Graine et le mulet", ya tenía en la mente la historia de Saartjie Baartman, y ese fue nuestro primer encuentro. Luego volvimos a cruzarnos en 2008, cuando ya estaba haciendo el "casting" pero no encontraba a la protagonista, y ahí fue cuando me dieron el papel", recuerda Torres en entrevista con Il était une fois le cinéma.

Dada su falta de experiencia, Yahima tuvo que recibir clases de actuación, raparse el pelo, engordar 13 kilos y asumir que en la película debía desnudarse y ser manoseada como el personaje real en exhibiciones públicas, lo que representó para ella un sacrificio justificado. "No me preocupaba demasiado la transformación física -comenta- porque para un papel así estaba dispuesta a todo. Lo más duro fueron las cenas en las que la gente toca mis partes íntimas, pero Abdel se preocupó de protegerme y de crear un ambiente especial en el rodaje, con actores y técnicos que siempre me apoyaron. De todas formas, fue una experiencia dura, y al terminar me sentí vacía. Por suerte tenía ya previsto irme a Cuba justo después de la filmación para ver a mi familia y allí digerir todo lo que acababa de pasarme".

Torres es consciente de que "Vénus noire", cuya puesta de largo en Venecia ya la hizo sentirse como una verdadera estrella, va a cambiarle la vida a partir de ahora. "Todavía no tengo agente, aunque he recibido varias propuestas en ese sentido. La verdad es que en este momento no tengo claro qué tipo de personajes me interesan. Por un lado me gustaría hacer algo completamente diferente, pero por otro, después de interpretar un papel tan poderoso se hace difícil hacer otra cosa... Creo que siempre desee dedicarme profesionalmente a la actuación, pero sin ser consciente de ello. Cuando era pequeña, en Cuba, cantaba y bailaba todo el tiempo. Ahora, gracias a Abdel he encontrado mi camino".

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