Por Carolina G. Guerrero       

La 95 edición de los Oscar, comenzó de manera espectacular con dos aviones caza sobrevolando el teatro Dolby de Los Ángeles, y a  continuación, se vio en el escenario "aterrizar", a Jimmy Kimmel con paracaídas, compartiendo escena en pantalla con Tom Cruise, correspondientes a "Top Gun Maverick". Esto lo saben hacer muy bien en Hollywood, especialistas en ensalzar sus películas comerciales, y lo cierto es que esta cinta ha sido una de las mas taquilleras del año.

El maestro de ceremonias, estuvo toda la gala correcto y convincente, aunque nos parece excesiva la alusión, un poco bajo manga de la mítica bofetada de la edición pasada de la mano de Will Smith, bueno en principio con cierta elegancia, para luego resultar demasiado reiterativa.

Los números musicales de las canciones nominadas estuvieron a la altura, desde la toliwodiense "Naatu Naatu" de la película "RRR",que se llevo el Oscar, con una coreografía espectacular, pero sobre todo por la desgarradora interpretación de Lady Gaga del tema "Hold my hand", incluida en la banda sonora de "Top Gun". Subió a interpretar la canción sin apenas maquillaje y un atuendo casual total, en una actuación que parecía improvisada no por su resultado, sino porque a Lady G. en principio no se le esperaba con camiseta y jeans rasgados, aplaudida y con el auditorio en pie por el recuerdo del décimo aniversario de la muerte de Tony Scott, responsable de la primera "Top Gun", paradójicamente un director maldito para la academia, pero ya se sabe, que después de que uno se muere, todo cambia.

Este año, la alfombra no fue roja, sino de color champaña, queriendo emular a una decoración elegante como la de "El Grant Gatsby". Por esa ruta, tan bien iluminada, y tan difícil de cubrir, pararon celebrities de todas las épocas. Parejas de entregadores maravillosos, como Antonio Banderas y Salma Hayek, o la mítica de Andie McDowell y Hugh Grant.

Emocionante y muy aplaudido fue el Oscar a mejor actriz de reparto para Jamie Lee Curtis, que menciono a sus padres, injustamente tratados por el organismo durante su carrera actoral.



La ceremonia no tuvo demasiada emoción, fue correcta, un poco aburrida y lineal, sin sorpresas. Se hizo eterna, ya que todos los premios incluso los técnicos se dieron en vivo y en directo. Y los premios gordos se hicieron esperar ...

Jessica Chastain, la única a la que se vio con mascarilla durante la gala, se la retiró en una ronda de preguntas que realizó el presentador mientras cambiaban la decoración del escenario, eso nos gustó.

John Travolta presentó en solitario el emocionante y desgarrador in memoriam con lagrimas en los ojos, y con un nudo en la garganta, con música en directo de Lenny Kravitz.

Tampoco hubo sorpresas en los premios, casi todo se lo llevo la insufrible y ensalzada ya como película de culto , "Todo a la vez en todas partes / Todo a la vez en todas partes al mismo tiempo/ Everything Everywhere All At Once", de la que solo se salva Jamie Lee.

Otra pareja estupenda de entregadoras fue la que componían Hally Berry y Jessica Chastain, bellísimas y glamourosas, quienes otorgaron el premio a mejor actor, que recayó en Brendan Fraser.

En definitiva, una gala correcta, sin sorpresas y demasiado larga...

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