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Escribe Gutiérrez Aragón: Actores, personajes, una realidad de ida y vuelta

por © Sogecine / NOTICINE.com
Fernando Fernán Gómez
Fernando Fernán Gómez
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Por Manuel Gutiérrez Aragón

De todo el trabajo de "Visionarios", el recuerdo más vívido que me ha quedado en la memoria es el desarrollado por los actores. Hay en la película actores nuevos, actores veteranos, incluso personas que nunca se habían puesto anteriormente ante una cámara. No me creo, o no me gusta, la definición de película coral. La vida, el trabajo, la interpretación son individuales. El rodaje de una película es como la breve vida de algunas criaturas, sólo hay dos meses para nacer, para conocerse, para tener relaciones, y luego extinguirse... hasta la próxima vida. Yo dejo a los personajes con sus razones -a veces razones oscuras- y pido a los actores que defiendan sus personajes como si fueran positivos, hermosos, razonables. Todo "Visionarios" es un choque de emociones entre personajes que quizá mientan cuando dicen que ven a la Virgen, que lanzan mensajes irracionales o tendenciosos, y otros personajes que defienden la razón, la democracia, las instituciones republicanas. Un choque entre personajes que no han tenido ocasión de rebelarse contra su destino, porque ni siquiera saben que exista tal cosa. Un choque entre personajes que no saben distinguir entre el horror y el amor.

No estimulo en los actores el choque de las ideas, sino el choque de las emociones, y ahí necesito rodearme de actores cómplices.

Junto a actores veteranos como Fernán-Gómez o Karra Elejalde, hay actores muy intuitivos como Ingrid Rubio o Emma Suárez, que son muy rápidas a la hora de captar una situación o un sentimiento. lngrid Rubio incorpora un sentido de rebeldía a su personaje. lngrid hace un papel místico y a la vez sensual, una especie de ángel de la perversión que muy pocas actrices podrían hacer. Con Emma Suárez se me quedó la idea de hacer algún día la película que ella merece.

Eduardo Noriega fue muy generoso a la hora de interpretar un personaje difícil, que asiste a un drama que rechaza pero en el que se ve comprometido. De alguna manera, Eduardo (Joshe) es quien me es más cercano. De los nuevos, debo decir que el personaje de Jimmy Barnatán (Patxi) fue creciendo en importancia durante el rodaje, hasta añadir para él la escena final; y que Leire Ucha (Edurne, la primera novia de Joshe) tiene una escena más, nacida en las pruebas, al hacer el casting. Cuando vi a Leire hacer la prueba, decidí añadir ese texto -en el que Edurne confiesa a Joshe que se siente querida por la Virgen- que no figuraba en el guión.

Y luego están esos excelentes actores vascos, que dieron una gran verosimilitud a sus personajes y cuya ayuda fue esencial para a película. Los padres o los parientes de algunos de ellos habían asistido a los sucesos de Ezkioga, y me brindaron sugerencias, anécdotas y simpatía. Si hubiera una dedicatoria, no me cabe duda de que sería a ellos a quienes dedicaríamos la película.