La mendocina Jimena Monteoliva es una de las pocas pero casi siempre brillantes directoras del género de terror latinoamericano, como las mexicanas Issa López y Gigi Saúl Guerrero. Mientras ya está en la plataforma Vix, disponible en toda Latinoamérica y EEUU, su película "Matar al dragón", la cineasta argentina está en la recta final de la postproducción de su siguiente trabajo, "Bienvenidos al infierno".

Protagonizado por Justina Bustos, Guillermo Pfening, Luis Machín y Cecilia Cartasegna, "Matar al dragón", que se vio primero en la plataforma argentina Cine.Ar y ahora en Vix, es un cuento fantástico con elementos de terror, en el que Elena es secuestrada de niña y confinada al infierno. Años después reaparece y se reencuentra con Facundo, su hermano, pero Elena llevará a su familia al terror de su pasado.

"Cuando Diego (Fleischer) me trajo en guion, me pareció que lo rico de esta historia era que fuera una mujer la que desapareciera. Había mucho más para contar en esa trama. Me interesaba contarlo en términos de fantasía y de cuentos de hadas, no de una manera realista. Además me parecía divertido contarlo como un cuento, con elementos de la fantasía como la bruja", explicó Monteoliva a GPS Audiovisual.

"Entiendo que puede estar englobado dentro del cine de terror (todo lo que yo hago tiene elementos del género), aunque en el inicio de todo hay una historia fantástica, y creo que entra dentro de esta categoría. También, porque cuando pienso en una historia lo asocio con lo que vi en mi adolescencia, que es el terror. Lo que más utilizamos como referencia es 'El laberinto del fauno", de Guillermo del Toro. Sobre todo en la paleta de colores. Es inevitable, es el cine que veo", añadió.

Sobre el hecho de que "Matar al dragón" no haya podido tener una carrera "normal" en salas por culpa de la pandemia, Jimena Monteoliva prefiere ver su lado bueno: "Por ahí hay directores y directoras que son más consagrados y que ven al streaming como algo que les puede perjudicar por la venta de películas o lo que sea, en mi caso es al contrario. Yo quiero que mis películas se vean desde cualquier parte del mundo y me gustaría que haya gente que espere después a ver mi siguiente película. Eso no lo hubiera conseguido si no fuera por el streaming, esto no hubiera podido pasar antes, no veo el aspecto negativo en mi caso"

Y esa siguiente película es "Bienvenidos al infierno", en cuya producción -abrupta por el cese de actividades- también influyó el COVID-19. Gracias a la ralentización del proceso de producción, la cineasta argentina pudo replantearse ideas y detalles, factores que, además, la ayudaron a redescubrir su esencia como directora. La nueva cinta sigue a Lucía, una joven embarazada que vive recluida en una alejada cabaña en medio de un bosque con su abuela, una misteriosa y sombría anciana muda, que se comunica con ella mediante enigmáticas notas. Lucía llegó a la inhóspita casa de su abuela escapando de un tortuoso pasado: formaba parte de una secta integrada por satánicos fanáticos del Black Metal, que cometieron una serie de crímenes. Pero, más que de ese pasado, lo hizo huyendo de un peligro inminente: el Monje Negro, el oscuro y despiadado líder de esa secta y padre del hijo que espera, planeaba asesinarla tanto a ella como a su bebé, en el marco de un ritual diabólico.

Protagonizaron la película Constanza Cardillo, Demián Salomón, Marta Lubos, Willy Prociuck, Emiliano Carrazzone, Chino Vigna, Andrés Loreti y Lalo Rotaveria.

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