Ha estrenado esta semana Netflix su nueva película mexicana, "Reviviendo la Navidad", una comedia de temporada que ha protagonizado Mauricio Ochmann, quien representa a un personaje que odia la Navidad, ya que coincide con su aniversario anual, pero, todo está por cambiar.

El estadounidense-mexicano Ochmann interpreta a Chuy, un esposo y padre malhumorado que cada año se queja de celebrar su cumpleaños justo el 25 de diciembre. Un hechizo será el que hará que Chuy comience a valorar lo importante de estas fechas debido a que estará condenado a despertar cada día justo en su cumpleaños, es decir, todos los días serán 25 de diciembre para él. Esto hará que él empiece a reconectarse con sus seres queridos en la época navideña.

El actor considera que Chuy es el reflejo de mucha gente que ha quedado atrapada en la rutina y el consumismo de la temporada. Ya que el deseo de que termine rápido la víspera navideña, hacen que se olviden de lo importante que es realmente la familia y el compartir.  "Al ver a Chuy, mi personaje, habrá muchas personas que digan ‘claro, tiene razón, hay hipocresía, parasitismo, como él dice’. Siento que se conjuga esa parte de las diferentes posturas dentro de la Navidad y pasamos de largo. Es el sentimiento", dijo Ochmann a la agencia Reforma.

Durante la acción de la cinta, Chuy comparte con un simpático personaje llamado Diva Madrina, interpretado por el comediante Manu Nna, quien se aparece al protagonista como un hada madrina, encarnando en diferentes personas.

"Es que nos la pasamos de maravilla, y lo divertido que es trabajar con él es lo que se refleja en la película. La verdad, fue un gran acierto tenerlo a él para el personaje, y le queda a la perfección", agregó el actor.

Este es un largometraje que pretende contagiar buen humor y magia navideña, dirigido por Mark Alazraki y con un elenco que se complementa con el trabajo de los actores Ana Brenda Contreras (como Daniela), Romina Poza (Paola), Jose Sefami (Néstor) y Bastián Calva (Óscar).

"Creo que encontré en Mark Alazraki a un amigo más allá de un director. Conectamos y constantemente sacábamos bromas entre él y yo, haciendo las escenas. De repente jugábamos a pelearnos. Era muy divertido", dijo Ochmann. "Un reto muy fuerte, que no se nota mucho, fue la caracterización. Fue difícil y complicado, para hacerme más arrugado y viejito, me ponían una cosa de 12 o 14 horas al día, que sufrí muchísimo. La peluca pegada de tal manera, era cansado. Ya casi pedía los ibuprofenos", agregó.

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