Mariano Cattaneo estrena el slasher argentino "Nadie va a escuchar tu grito"
- por © Redacción (Argentina)-NOTICINE.com

Black Mandala estrena esta semana en la Argentina la producción local "Nadie va a escuchar tu grito", nuevo film del director Mariano Cattaneo. El pueblo de Bernal, durante los días del Mundial de Italia 90, es un lugar donde el sonido de los goles se mezclaba con el silencio de las calles vacías. En una disquería local, la adolescente Micaela pasa sus horas armando compilados en cassette, curando soundtracks para vidas ajenas. Fuera, alguien aprovecha el embobamiento colectivo, ese hipnótico estado de encierro frente a la pantalla, para cometer brutales asesinatos.
Cattaneo, también autor de la novela "No hay verano para los muertos", explora el subgénero slasher con una historia donde el asesino está vinculado a las cassettes que la propia Micaela crea y vende. Cada nuevo partido de la selección anuncia una nueva víctima, y la joven, interpretada por Sol Wainer, se da cuenta de que debe descifrar la identidad del criminal antes de que el torneo termine y sea su turno.
El director define su película -en declaraciones a La Capital- como "una película física y de carga emocional. El fútbol como trasfondo, la música como conducto de emociones y un coming of age que se entrelaza con los slashers clásicos y de la nueva era". El elenco lo completan Byron Barbieri y German Baudino, entre otros.
La fascinación de Cattaneo por el slasher no es nueva. Así explica su atracción por esa temática: "Soy un gran fanático de este subgénero, quizás por haber sido una de las primeras películas de terror que vi, a mis 9 años. También porque creo que es un estilo que pone en el eje de la historia a los jóvenes". Para él, la clave reside en que estas historias le suceden a "alguien como vos, tu hermano, éramos el centro de la trama y eso siempre me fascinó".
Este interés se traslada también a su faceta como escritor. "No hay verano para los muertos", publicada por VR Editoras, comparte ADN con su obra cinematográfica. La novela, que el autor sugiere leer con un soundtrack de Pearl Jam o Nirvana, sitúa su acción en el verano de 1998 en un pueblo de la costa atlántica llamado Santo Blas, inspirado en Santa Teresita. Allí, el adolescente Nahuel comienza a recibir emails amenazantes de un asesino que se hace llamar QWAS, quien le revela quién será su próxima víctima.
Sobre la elección de la época, Cattaneo argumenta que no fue caprichosa. "Los 90 fueron una década marcada por el paso de lo analógico a lo digital, por la apertura de internet y la hiperconectividad, que generó un desconcierto y fascinación por igual por ese mundo nuevo que se abría ante nuestra mente". Ese "gris tecnológico", donde rastrear un email era mucho más difícil, le permitió esconder la identidad del psicópata de manera orgánica.
Ambos proyectos, la película y la novela, reflejan una obsesión por la adolescencia como territorio de horror y descubrimiento. "Me gusta esa etapa de la vida donde conviven el realismo y la fantasía. Aún hay espacio para creer que el mundo tiene magia, magia de verdad", comenta el autor. Reconoce que su experiencia como director de cine influye en su literatura: "Trato de escribir de manera muy visual, manteniendo el ritmo cinematográfico sin perder el estilo literario. No es algo buscado, me siento cómodo escribiendo de esa manera".
Para Cattaneo, el terror funciona como un espejo. "El terror siempre es un reflejo de los tiempos que se viven y, a su vez, es un canal para descubrir los miedos propios, exponerse a preguntas e ideas". Su amor por el género comenzó en la infancia, con dos hitos que lo marcaron: un regalo de su padre, una versión ilustrada de "Corazón delator" de Poe, y una noche viendo "The Fog" de John Carpenter. "En ambos casos, sentí terror y fascinación por igual".
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Cattaneo, también autor de la novela "No hay verano para los muertos", explora el subgénero slasher con una historia donde el asesino está vinculado a las cassettes que la propia Micaela crea y vende. Cada nuevo partido de la selección anuncia una nueva víctima, y la joven, interpretada por Sol Wainer, se da cuenta de que debe descifrar la identidad del criminal antes de que el torneo termine y sea su turno.
El director define su película -en declaraciones a La Capital- como "una película física y de carga emocional. El fútbol como trasfondo, la música como conducto de emociones y un coming of age que se entrelaza con los slashers clásicos y de la nueva era". El elenco lo completan Byron Barbieri y German Baudino, entre otros.
La fascinación de Cattaneo por el slasher no es nueva. Así explica su atracción por esa temática: "Soy un gran fanático de este subgénero, quizás por haber sido una de las primeras películas de terror que vi, a mis 9 años. También porque creo que es un estilo que pone en el eje de la historia a los jóvenes". Para él, la clave reside en que estas historias le suceden a "alguien como vos, tu hermano, éramos el centro de la trama y eso siempre me fascinó".
Este interés se traslada también a su faceta como escritor. "No hay verano para los muertos", publicada por VR Editoras, comparte ADN con su obra cinematográfica. La novela, que el autor sugiere leer con un soundtrack de Pearl Jam o Nirvana, sitúa su acción en el verano de 1998 en un pueblo de la costa atlántica llamado Santo Blas, inspirado en Santa Teresita. Allí, el adolescente Nahuel comienza a recibir emails amenazantes de un asesino que se hace llamar QWAS, quien le revela quién será su próxima víctima.
Sobre la elección de la época, Cattaneo argumenta que no fue caprichosa. "Los 90 fueron una década marcada por el paso de lo analógico a lo digital, por la apertura de internet y la hiperconectividad, que generó un desconcierto y fascinación por igual por ese mundo nuevo que se abría ante nuestra mente". Ese "gris tecnológico", donde rastrear un email era mucho más difícil, le permitió esconder la identidad del psicópata de manera orgánica.
Ambos proyectos, la película y la novela, reflejan una obsesión por la adolescencia como territorio de horror y descubrimiento. "Me gusta esa etapa de la vida donde conviven el realismo y la fantasía. Aún hay espacio para creer que el mundo tiene magia, magia de verdad", comenta el autor. Reconoce que su experiencia como director de cine influye en su literatura: "Trato de escribir de manera muy visual, manteniendo el ritmo cinematográfico sin perder el estilo literario. No es algo buscado, me siento cómodo escribiendo de esa manera".
Para Cattaneo, el terror funciona como un espejo. "El terror siempre es un reflejo de los tiempos que se viven y, a su vez, es un canal para descubrir los miedos propios, exponerse a preguntas e ideas". Su amor por el género comenzó en la infancia, con dos hitos que lo marcaron: un regalo de su padre, una versión ilustrada de "Corazón delator" de Poe, y una noche viendo "The Fog" de John Carpenter. "En ambos casos, sentí terror y fascinación por igual".
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