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Juan Cáceres habla de "Kaye" y crecer en la pobreza

por © Corresponsal (Chile)-NOTICINE.com
Antonella Bravo, Juan Cáceres y el cartel de la película
Antonella Bravo, Juan Cáceres y el cartel de la película
En el Litoral Central de Chile, entre los cerros de Cartagena y San Antonio, se desarrolla la historia de "Kaye". La película, escrita y dirigida por Juan Cáceres, que este jueves llega a los cines del país, sigue a Yeka, una niña de doce años cuya vida se fractura tras la muerte de su mejor amiga. En su camino por comprender lo sucedido, la niña se enfrenta a verdades que alteran su percepción de la familia y del mundo precario que la rodea.

El film fue rodado en locaciones concretas: la Villa Las Loicas, parte de la megatoma que atraviesa los cerros, así como en la Playa Chica, la Terraza de Cartagena, el Colegio Peumayén, el Estero de San Sebastián y distintos barrios de San Antonio, Llolleo, Costa Azul, Algarrobo y Tunquén. Estos espacios otorgan a la película un arraigo territorial específico.

"La idea -explica Cáceres en Culturizarte- surge desde el interés de intentar contar historias que sean de interés público, de interés masivo, que puedan resultar atractivas para las personas del Chile actual, en un contexto en que el cine chileno lamentablemente no está siendo muy visto, salvo lindas excepciones". Cáceres añade que su motivación personal llegó al ser "testigo del nacimiento del fenómeno de la música urbana, que desde el 2018, con fuerza empezó a agarrar un lugar importante en esta sociedad y de ahí surge mi interés principal".



Inicialmente interesado en los cantantes que se convierten en "héroes de la clase obrera", el director encontró su historia al desplazar el foco. "Me empecé a interesar por estos personajes que están alrededor, por estas familias que rodean un poco el éxito, que en silencio acompañan este éxito. Ahí surgió este personaje de la hermana como la protagonista y eso ya nos abrió las puertas para tocar otros temas también para poder hablar, por ejemplo, del tema del adultocentrismo en esta sociedad, es decir, una niña que intenta encontrar respuesta y que esta sociedad no se las da porque no la cree capaz de enfrentar como el peso de esa verdad".

El proceso de casting fue fundamental para la película. Sobre el descubrimiento de su protagonista, Cáceres relata: "A Antonella, que es la protagonista, el primer casting se lo hice cuando ella tenía 8 años y cuando filmó ya tenía 12. Apenas le hice el primer casting supe que ella tenía algo especial y, en mi interior, supe que ella era la protagonista". El director y su equipo entrevistaron a "más de 150 niños y niñas del Litoral Central" en un proceso que comenzó durante la pandemia.

Sobre el trabajo con las jóvenes actrices, el director reflexiona: "Fue súper importante durante todo el proceso recordarles a todas las chiquillas que nosotros hacemos arte popular, hacemos un cine que no tiene otra pretensión más que generar debate, generar memoria. Ellas fueron súper inteligentes y súper maduras también para entenderlo así, para aceptar sumarse a este proceso de esa manera".

El elenco combina actrices debutantes con profesionales como Paola Lattus y Marcela Salinas. Cáceres explica que buscaban "actores o actrices que tuviesen un origen o un arraigo popular. Queríamos como iban a representar a personajes que viven en un entorno popular, evitar traer personas que tuviesen que fingir demasiado; queríamos traer actores o actrices que tuviesen esto en sus identidades o en sus memorias".

Respecto al tema principal del duelo adolescente, el director comenta: "Principalmente, lo que me interesó es cómo se viven estas situaciones en estos entornos populares, en estos entornos que están a la sombra de este desarrollo macroeconómico chileno. Porque, lamentablemente, en los entornos populares toca endurecerse, toca sobrevivir, toca salir adelante, no importa cómo, porque cada día es una lucha, y lamentablemente a nuestra protagonista le toca vivir eso, no tiene espacio ni siquiera para llorar, no tiene espacio ni siquiera para explotar y dejar llevar o dejar que fluyan todas esas emociones".

La decisión de filmar en el Litoral Central fue significativa para Cáceres, quien vive en la zona. "No pensaba grabarla particularmente en el Litoral Central, yo sentía que era una historia que quizás podría ocurrir en distintos lugares. Pero naturalmente, como yo vivo allá, obviamente me hacía mucho sentido filmar allá porque son los paisajes que yo veo día a día".

"Nos invitaron -comenta sobre rodar en Las Loicas- a grabar en la toma del campamento Villa Las Loicas. Nos invitó una de las dirigentes, Gabriela Almuna. Ella, con mucho conocimiento y con mucho amor también hacia el cine, o con mucho respeto hacia el cine, entendió lo de guardar la memoria que puede tener el cine. Nos invitó porque decía: 'A mí me encantaría poder dejar registro de cómo es el inicio de la Villa Las Loicas, para que en 20 años más se pueda ver cómo era'".

La música urbana juega un papel importante en la película, particularmente el género del mambo chileno. "Queríamos que hubiese un cantante en esta película, queríamos que las canciones fuesen buenas, que fuesen como reales, que tuviesen ritmo. Ahí fue que conocimos a Benji Gramito". Sobre la inclusión de estos géneros musicales, Cáceres expresa: "Mi intención también es poder incorporar a esta memoria del cine chileno este fenómeno tan importante de la música urbana, y dejar registro de cómo es entonces este arte popular que surge ahí, de los sectores más, más vivos".

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