Alberto Rodríguez escribe sobre "Los Tigres"
- por © NOTICINE.com
Por Alberto Rodríguez *
"Los Tigres" es la novena película que ruedo. La sexta que escribo junto a Rafael Cobos. Cada película que hemos hecho ha supuesto un viaje, un descubrimiento, una aventura. Esta tiene el mundo del buceo profesional como telón de fondo, un universo completamente desconocido para nosotros antes de que empezáramos a escribir. Hemos aprendido todo lo que hemos podido sobre ese fascinante mundo de los que trabajan bajo el agua en puertos, barcos, pantanos o en fondos cenagosos con visibilidad cero. Viven siempre al filo de la navaja. Son una extraña mezcla entre astronautas, fontaneros, soldadores, albañiles... Es un universo rico y muy interesante.
"Los Tigres" ha sido una película con un rodaje muy complejo en el que ha participado un equipo estupendo con el que llevo haciendo películas desde hace mucho tiempo. Les tengo que estar muy agradecido a todos por su implicación. También a todo el equipo subacuático que nos hizo entender lo lejos que quedaban nuestras ideas de cómo había que hacer las cosas.
Estoy también muy agradecido a la valentía que ha tenido la producción para abordar esta película. Apostamos desde el principio por hacer una película en el mar. Esa es toda una decisión. Rodar a mar abierto en superficie y bajo el agua, ha sido aprender a montar en bicicleta de nuevo. El mar tiene unas normas, las de un rodaje en tierra no sirven. Ha sido una película muy difícil de rodar, muy física para todos y cada uno de los miembros del equipo.
"Los Tigres" es una película de personajes con una trama muy sencilla. Eso sí, personajes especiales, enfrentados a esa extraña escala en la que se encuentra un ser humano cuando bucea frente a un petrolero de 300 metros. Personajes que se juegan a diario la vida, que descienden sesenta o setenta metros para trabajar unos minutos: cerrar una llave o soldar una pieza. Cuidar de que Bárbara Lennie, Antonio de la Torre, y el resto del elenco estuviesen protegidos y concentrados en sus personajes era mi tarea fundamental. Dirigirles ha sido muy fácil. Creo que ambos han hecho uno de sus mejores trabajos. Eran el corazón de la película.
"Los Tigres" siempre ha sido un thriller. Lo fue desde la primera vez que asistimos a una inmersión en alta mar, aún documentándonos para escribir. Los buzos y los marineros hacían bromas aquí y allá. De repente, el buzo entra en el agua y todo se tensa. Todo el mundo queda en silencio, concentrado y serio. Todos saben en superficie que hay alguien bajo el agua cuya vida depende de los que están arriba, de ellos. La tripulación queda suspendida en esa incertidumbre hasta que el buzo se quita el casco ya en cubierta. En ese momento regresan las bromas, todo se relaja. La tensión de una inmersión, aunque sea rutinaria, supone siempre un impasse, una espera inquietante. La vida de los buzos es de por sí un thriller. Un desafío continuo.
(*): El sevillano Alberto Rodríguez ha desarrollado en su tierra natal la mayor parte de su carrera fílmica, salvo su opera prima, codirigida por Santi Amodeo, "El factor Pilgrim". Luego vendría "El Traje" y su primer éxito popular, "Siete vírgenes". Menos suerte tuve con el drama existencialista de treintañeros inmaduros "After". Se consagró con "Grupo 7" y de nuevo con "La isla mínima", a la que siguieron "El hombre de las mil caras", la teleserie "La peste", "Modelo 77", la miniserie "Anatomía de un instante" y este viernes estrena "Los Tigres" en España.
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"Los Tigres" es la novena película que ruedo. La sexta que escribo junto a Rafael Cobos. Cada película que hemos hecho ha supuesto un viaje, un descubrimiento, una aventura. Esta tiene el mundo del buceo profesional como telón de fondo, un universo completamente desconocido para nosotros antes de que empezáramos a escribir. Hemos aprendido todo lo que hemos podido sobre ese fascinante mundo de los que trabajan bajo el agua en puertos, barcos, pantanos o en fondos cenagosos con visibilidad cero. Viven siempre al filo de la navaja. Son una extraña mezcla entre astronautas, fontaneros, soldadores, albañiles... Es un universo rico y muy interesante.
"Los Tigres" ha sido una película con un rodaje muy complejo en el que ha participado un equipo estupendo con el que llevo haciendo películas desde hace mucho tiempo. Les tengo que estar muy agradecido a todos por su implicación. También a todo el equipo subacuático que nos hizo entender lo lejos que quedaban nuestras ideas de cómo había que hacer las cosas.
Estoy también muy agradecido a la valentía que ha tenido la producción para abordar esta película. Apostamos desde el principio por hacer una película en el mar. Esa es toda una decisión. Rodar a mar abierto en superficie y bajo el agua, ha sido aprender a montar en bicicleta de nuevo. El mar tiene unas normas, las de un rodaje en tierra no sirven. Ha sido una película muy difícil de rodar, muy física para todos y cada uno de los miembros del equipo.
"Los Tigres" es una película de personajes con una trama muy sencilla. Eso sí, personajes especiales, enfrentados a esa extraña escala en la que se encuentra un ser humano cuando bucea frente a un petrolero de 300 metros. Personajes que se juegan a diario la vida, que descienden sesenta o setenta metros para trabajar unos minutos: cerrar una llave o soldar una pieza. Cuidar de que Bárbara Lennie, Antonio de la Torre, y el resto del elenco estuviesen protegidos y concentrados en sus personajes era mi tarea fundamental. Dirigirles ha sido muy fácil. Creo que ambos han hecho uno de sus mejores trabajos. Eran el corazón de la película.
"Los Tigres" siempre ha sido un thriller. Lo fue desde la primera vez que asistimos a una inmersión en alta mar, aún documentándonos para escribir. Los buzos y los marineros hacían bromas aquí y allá. De repente, el buzo entra en el agua y todo se tensa. Todo el mundo queda en silencio, concentrado y serio. Todos saben en superficie que hay alguien bajo el agua cuya vida depende de los que están arriba, de ellos. La tripulación queda suspendida en esa incertidumbre hasta que el buzo se quita el casco ya en cubierta. En ese momento regresan las bromas, todo se relaja. La tensión de una inmersión, aunque sea rutinaria, supone siempre un impasse, una espera inquietante. La vida de los buzos es de por sí un thriller. Un desafío continuo.
(*): El sevillano Alberto Rodríguez ha desarrollado en su tierra natal la mayor parte de su carrera fílmica, salvo su opera prima, codirigida por Santi Amodeo, "El factor Pilgrim". Luego vendría "El Traje" y su primer éxito popular, "Siete vírgenes". Menos suerte tuve con el drama existencialista de treintañeros inmaduros "After". Se consagró con "Grupo 7" y de nuevo con "La isla mínima", a la que siguieron "El hombre de las mil caras", la teleserie "La peste", "Modelo 77", la miniserie "Anatomía de un instante" y este viernes estrena "Los Tigres" en España.
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