"El correcaminos", la divertida versión peruana de "Fast & Furious"
- por © Corresponsal (Perú)-NOTICINE.com
El proyecto comenzó con la imagen de un vehículo de tres ruedas, un mototaxi, atravesando el tráfico. Barney Elliott, un director estadounidense que lleva años trabajando en Perú y está casado con una peruana, tuvo la idea durante un viaje a Cuba para presentar su película anterior, "La deuda". Antes que un personaje o una trama, lo que existió fue el deseo de hacer una película ligera que orbitara alrededor de ese vehículo híbrido, poco estético y convertido en un símbolo de la vida peruana.
Ese deseo inicial tomó forma a lo largo de una década, un período que incluyó varias reescrituras del guion y un obstáculo mayor: la pandemia. El actor Emanuel Soriano, elegido para el papel principal, recuerda ese momento con precisión. "Pensábamos grabar el 16 de marzo del 2020, pero un día antes cerraron todo por la pandemia", dice. Lo que en un principio era un proyecto próximo a rodarse se transformó en una espera de varios años, hasta que finalmente, en octubre de 2024, la filmación pudo concretarse en un plazo de seis semanas.
La película, titulada "El correcaminos", se rodó entre el Callao y el Morro Solar, y sigue la historia de Jesús, un joven interpretado por Soriano que fue campeón de carreras de mototaxis pero que decidió alejarse de las pistas tras sufrir un accidente. Años después, una circunstancia familiar —la posibilidad de perder su casa— le obliga a volver al volante. En ese regreso, se reencuentra con un amor de su juventud, personificado por Ximena Palomino, y con su eterno rival, "el Tunche", encarnado por Óscar Meza.
Para darle autenticidad a su personaje, Soriano inició en 2020 un entrenamiento en el manejo del mototaxi. "La parte del barco se grabó en un astillero camino a Ventanilla", relata el actor a El Comercio, detallando las diversas locaciones de Lima que sirvieron de escenario. "Chorrillos fue el escenario principal, ahí estaban la casa y el taller de Jesús; los estacionamientos del Real Plaza Puruchuco se transformaron en una pista de entrenamiento con el estilo de la estética futurista de 'Tron'; y el Morro Solar se convirtió en el punto de partida y cierre de la gran carrera final".
En las escenas de mayor riesgo, los actores contaron con dobles y especialistas en conducción. "Todos los conductores tuvimos dobles. Más allá del riesgo, fue una decisión logística, para no extender el tiempo de filmación", explica Soriano. "Algunas maniobras las hice yo mismo, como subir una pendiente o salir de una curva cerrada, pero las secuencias más peligrosas estuvieron a cargo de profesionales. Practicamos con mototaxistas reales en el Morro Solar, ellos nos ayudaban a calcular giros, velocidades, a mantener el control".
El aspecto visual de la película contó con equipos técnicos de alcance internacional. Los efectos especiales estuvieron a cargo de Efectistas, el equipo argentino que trabajó en las secuencias de acción de la serie de Netflix "Senna". Por su parte, la compañía Makaco, que colabora con estudios de Hollywood, se encargó de los efectos visuales en la etapa de postproducción. El diseño de los propios mototaxis fue desarrollado por el mismo artista que participó en "Transformers: El despertar de las bestias". Además, la producción incorporó inteligencia artificial en sus procesos de rodaje y acabado visual, un hecho poco común en el cine peruano.
Soriano describe el tono de la película como un equilibrio entre acción y un humor particular. "Barney tiene un tipo de humor muy particular, que nace de la acción misma, de lo que sucede, de lo absurdo que puede tener la vida cotidiana. Esa mezcla le da a la película un tono propio, casi experimental dentro del cine peruano, donde la adrenalina convive con la ironía", reflexiona. El director le había dado como referencias el humor de películas como "Pasado de vueltas", con Will Ferrell. "Barney es un director estadounidense casado con una peruana, un enamorado de nuestra cultura. Su mirada le da mucha fuerza a la historia. Es una película peruana, sí, pero con una visión universal", añade.
El proceso creativo, según Soriano, fue colaborativo. "Volver a la comedia fue un desafío, sobre todo por encontrar el equilibrio entre nuestro humor y el que Barney maneja, que es más gringo. Reescribimos algunas escenas juntos para que funcionen con el público peruano. Él confiaba en lo que proponíamos y nosotros en su visión. Fue un trabajo de ida y vuelta, de mucha libertad y colaboración".
"El correcaminos", que llegará a los cines peruanos el 6 de noviembre, no solo es la materialización de una idea que tardó diez años en concretarse, sino que ya tiene a sus creadores pensando en la posibilidad de una secuela. La película, que muestra un campeonato que recorre diversas regiones del Perú como Iquitos, Cusco y Trujillo, aspira a convertirse en un recorrido audiovisual por la geografía del país, un proyecto que nació de la obsesión de un director por un vehículo de tres ruedas y que sobrevivió a una década de reescrituras y a una pandemia global.
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Ese deseo inicial tomó forma a lo largo de una década, un período que incluyó varias reescrituras del guion y un obstáculo mayor: la pandemia. El actor Emanuel Soriano, elegido para el papel principal, recuerda ese momento con precisión. "Pensábamos grabar el 16 de marzo del 2020, pero un día antes cerraron todo por la pandemia", dice. Lo que en un principio era un proyecto próximo a rodarse se transformó en una espera de varios años, hasta que finalmente, en octubre de 2024, la filmación pudo concretarse en un plazo de seis semanas.
La película, titulada "El correcaminos", se rodó entre el Callao y el Morro Solar, y sigue la historia de Jesús, un joven interpretado por Soriano que fue campeón de carreras de mototaxis pero que decidió alejarse de las pistas tras sufrir un accidente. Años después, una circunstancia familiar —la posibilidad de perder su casa— le obliga a volver al volante. En ese regreso, se reencuentra con un amor de su juventud, personificado por Ximena Palomino, y con su eterno rival, "el Tunche", encarnado por Óscar Meza.
Para darle autenticidad a su personaje, Soriano inició en 2020 un entrenamiento en el manejo del mototaxi. "La parte del barco se grabó en un astillero camino a Ventanilla", relata el actor a El Comercio, detallando las diversas locaciones de Lima que sirvieron de escenario. "Chorrillos fue el escenario principal, ahí estaban la casa y el taller de Jesús; los estacionamientos del Real Plaza Puruchuco se transformaron en una pista de entrenamiento con el estilo de la estética futurista de 'Tron'; y el Morro Solar se convirtió en el punto de partida y cierre de la gran carrera final".
En las escenas de mayor riesgo, los actores contaron con dobles y especialistas en conducción. "Todos los conductores tuvimos dobles. Más allá del riesgo, fue una decisión logística, para no extender el tiempo de filmación", explica Soriano. "Algunas maniobras las hice yo mismo, como subir una pendiente o salir de una curva cerrada, pero las secuencias más peligrosas estuvieron a cargo de profesionales. Practicamos con mototaxistas reales en el Morro Solar, ellos nos ayudaban a calcular giros, velocidades, a mantener el control".
El aspecto visual de la película contó con equipos técnicos de alcance internacional. Los efectos especiales estuvieron a cargo de Efectistas, el equipo argentino que trabajó en las secuencias de acción de la serie de Netflix "Senna". Por su parte, la compañía Makaco, que colabora con estudios de Hollywood, se encargó de los efectos visuales en la etapa de postproducción. El diseño de los propios mototaxis fue desarrollado por el mismo artista que participó en "Transformers: El despertar de las bestias". Además, la producción incorporó inteligencia artificial en sus procesos de rodaje y acabado visual, un hecho poco común en el cine peruano.
Soriano describe el tono de la película como un equilibrio entre acción y un humor particular. "Barney tiene un tipo de humor muy particular, que nace de la acción misma, de lo que sucede, de lo absurdo que puede tener la vida cotidiana. Esa mezcla le da a la película un tono propio, casi experimental dentro del cine peruano, donde la adrenalina convive con la ironía", reflexiona. El director le había dado como referencias el humor de películas como "Pasado de vueltas", con Will Ferrell. "Barney es un director estadounidense casado con una peruana, un enamorado de nuestra cultura. Su mirada le da mucha fuerza a la historia. Es una película peruana, sí, pero con una visión universal", añade.
El proceso creativo, según Soriano, fue colaborativo. "Volver a la comedia fue un desafío, sobre todo por encontrar el equilibrio entre nuestro humor y el que Barney maneja, que es más gringo. Reescribimos algunas escenas juntos para que funcionen con el público peruano. Él confiaba en lo que proponíamos y nosotros en su visión. Fue un trabajo de ida y vuelta, de mucha libertad y colaboración".
"El correcaminos", que llegará a los cines peruanos el 6 de noviembre, no solo es la materialización de una idea que tardó diez años en concretarse, sino que ya tiene a sus creadores pensando en la posibilidad de una secuela. La película, que muestra un campeonato que recorre diversas regiones del Perú como Iquitos, Cusco y Trujillo, aspira a convertirse en un recorrido audiovisual por la geografía del país, un proyecto que nació de la obsesión de un director por un vehículo de tres ruedas y que sobrevivió a una década de reescrituras y a una pandemia global.
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