Lois Patiño escribe sobre el estreno de "Ariel"
- por © Redacción-NOTICINE.com
Por Lois Patiño *
El proyecto surgió –junto a Matías Piñeiro (director argentino especializado en cine relacionado con las obras de William Shakespeare)– de querer explorar "La tempestad", de ese autor, desde la perspectiva del personaje de Ariel, el espíritu del aire. Pero poco a poco se fue abriendo al resto de la obra de su autor, para reflexionar sobre cómo, y desde dónde, la poesía, la humanidad y la profundidad de los textos de Shakespeare nos pueden interpelar hoy en día.
"La tempestad" es la última obra de su autor, y en ella hay un monólogo que ha sido interpretado como la despedida de Shakespeare de su público: un juego entre persona y personaje que exploramos en la película. Es también la obra donde hay una mayor presencia de la naturaleza, y esa relación entre palabra y paisaje es otra de las semillas de las que nace el proyecto.
Esta obra nos pareció un punto de encuentro natural porque es la que más presencia de la naturaleza tiene dentro de Shakespeare, pero no como un simple telón de fondo, sino como una naturaleza animista, poblada de espíritus. Ahí encontramos un territorio común donde dialogaban nuestros universos: Matías desde su exploración del teatro y yo desde mi trabajo con el paisaje y lo espectral. A partir de ahí, empezamos a extraer los elementos que nos interesaban para desarrollar la película. No queríamos una adaptación directa, sino un punto de partida desde el cual proyectar nuestras inquietudes y fantasías.
El objetivo de Ariel es lograr su libertad, y hay muchas reflexiones en torno a ese concepto en la obra –también desde lecturas colonialistas–. Nos interesaba girar sobre la idea de la libertad también desde la perspectiva del miedo a la libertad y la invitación a la aventura de vivir. Nuestros personajes, conscientes de la falta del libre albedrío y llenos de dudas existenciales, se debatirán en torno a esta idea.
Los juegos meta-narrativos entre realidad y ficción van entretejiendo nuestro relato con múltiples duplicidades. Habitamos una isla que se vuelve teatro y limbo, donde los personajes deambulan, como fantasmas, atrapados en el interior de la obra, en un tiempo suspendido, donde ni la muerte puede sacarlos de ahí.
"Cuando del mundo no percibamos ni un rumor, qué sueños vendrán en ese sueño de la muerte" (Shakespeare).
(*): Lois Patiño (Vigo, 1983) es un director y artista visual gallego cuya obra se sitúa en un territorio fronterizo entre el cine, la videocreación y el arte contemporáneo. Formado en psicología y cine, su mirada se ha caracterizado desde el inicio por una atención sostenida al paisaje y por una reflexión constante sobre la relación entre el ser humano y los espacios que habita, a menudo desde una perspectiva contemplativa y minimalista.Su debut en el largo, "Costa da Morte" (2013), presentado en festivales internacionales y premiado en Locarno, fijó algunas de las constantes de su cine: planos de larga duración, figuras humanas reducidas casi a siluetas y un paisaje que no actúa como fondo, sino como sujeto central del relato. Luego dirigió "Lúa vermella" (2020) y "Samsara" (2023). Esta semana estrena en España "Ariel".
El proyecto surgió –junto a Matías Piñeiro (director argentino especializado en cine relacionado con las obras de William Shakespeare)– de querer explorar "La tempestad", de ese autor, desde la perspectiva del personaje de Ariel, el espíritu del aire. Pero poco a poco se fue abriendo al resto de la obra de su autor, para reflexionar sobre cómo, y desde dónde, la poesía, la humanidad y la profundidad de los textos de Shakespeare nos pueden interpelar hoy en día.
"La tempestad" es la última obra de su autor, y en ella hay un monólogo que ha sido interpretado como la despedida de Shakespeare de su público: un juego entre persona y personaje que exploramos en la película. Es también la obra donde hay una mayor presencia de la naturaleza, y esa relación entre palabra y paisaje es otra de las semillas de las que nace el proyecto.
Esta obra nos pareció un punto de encuentro natural porque es la que más presencia de la naturaleza tiene dentro de Shakespeare, pero no como un simple telón de fondo, sino como una naturaleza animista, poblada de espíritus. Ahí encontramos un territorio común donde dialogaban nuestros universos: Matías desde su exploración del teatro y yo desde mi trabajo con el paisaje y lo espectral. A partir de ahí, empezamos a extraer los elementos que nos interesaban para desarrollar la película. No queríamos una adaptación directa, sino un punto de partida desde el cual proyectar nuestras inquietudes y fantasías.
El objetivo de Ariel es lograr su libertad, y hay muchas reflexiones en torno a ese concepto en la obra –también desde lecturas colonialistas–. Nos interesaba girar sobre la idea de la libertad también desde la perspectiva del miedo a la libertad y la invitación a la aventura de vivir. Nuestros personajes, conscientes de la falta del libre albedrío y llenos de dudas existenciales, se debatirán en torno a esta idea.
Los juegos meta-narrativos entre realidad y ficción van entretejiendo nuestro relato con múltiples duplicidades. Habitamos una isla que se vuelve teatro y limbo, donde los personajes deambulan, como fantasmas, atrapados en el interior de la obra, en un tiempo suspendido, donde ni la muerte puede sacarlos de ahí.
"Cuando del mundo no percibamos ni un rumor, qué sueños vendrán en ese sueño de la muerte" (Shakespeare).
(*): Lois Patiño (Vigo, 1983) es un director y artista visual gallego cuya obra se sitúa en un territorio fronterizo entre el cine, la videocreación y el arte contemporáneo. Formado en psicología y cine, su mirada se ha caracterizado desde el inicio por una atención sostenida al paisaje y por una reflexión constante sobre la relación entre el ser humano y los espacios que habita, a menudo desde una perspectiva contemplativa y minimalista.Su debut en el largo, "Costa da Morte" (2013), presentado en festivales internacionales y premiado en Locarno, fijó algunas de las constantes de su cine: planos de larga duración, figuras humanas reducidas casi a siluetas y un paisaje que no actúa como fondo, sino como sujeto central del relato. Luego dirigió "Lúa vermella" (2020) y "Samsara" (2023). Esta semana estrena en España "Ariel".