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Daniel Sánchez Arévalo escribe sobre el estreno de "Rondallas"

por © Redacción-NOTICINE.com
Sánchez Arévalo, con Javier Gutiérrez, rodando "Rondallas"
Sánchez Arévalo, con Javier Gutiérrez, rodando "Rondallas"
Por Daniel Sánchez Arévalo *

Un video. Ramón Campos, mi productor, me enseñó un video. Y me dijo: "Hagamos una peli de esto". Teclea en Google "Rondalla AC DC" y el primer video que te sale, ese es el video que me enseñó Ramón. Es una actuación de la rondalla de Santa Eulalia de Mos, una localidad al sur de Vigo, versionando "Thunderstruck" de AC/DC. Gaitas, tambores, bombos, charrascas, cruces, panderetas, castañuelas, cunchas,… Y sus abanderados, claro. Con sus trajes típicos. Todo muy tradicional. Pero tocando Heavy Metal. Me atrapó inmediatamente.

Me parece muy llamativo además que este tipo de rondallas ya no es que sean gallegas, es que son de una zona muy concreta de Pontevedra. Y muy desconocidas para el público. Siempre he pensado que para llegar a lo universal, hay que partir de lo local, de algo muy concreto y único. Al descubrir este mundo y el universo que se abrió ante mis ojos, sentí una poderosa necesidad de coger algo tan especial y darle la dimensión que se merece en la pantalla.

"Rondallas" es la historia de una pequeña población marinera, que fue sacudida hace dos años por el naufragio de un barco pesquero en el que murieron 7 de sus 9 tripulantes, entre ellos el director de la rondalla. Tras dos años de luto, deciden retomar la rondalla. Es una tradición muy arraigada a la comunidad, que aporta mucha alegría e ilusión en Navidad. Y eso es lo que necesitan, volver a ilusionarse.

Una película coral, de personajes, que habla de superación, de familia, de amistad, de amor, de pertenencia, de arraigo y de aprender a ser lo más feliz posible en el pequeño trozo de vida que te ha tocado.

Mi idea siempre fue hacer una peli muy en la tradición de las comedias británicas, que parte de una premisa dramática en un contexto social deprimido, para lanzarse en busca de la luz, no solo al final del camino, sino durante el camino.

Y es que siempre he pensado que las comedias, las que trascienden y las que realmente me interesan, son las que parten de una base dramática. Como espectador, lo que más me gusta es que en una película me emocionen y me hagan sonreír a la vez. Como cineasta tengo la misma obsesión, perfeccionarme en el arte de contar historias que toquen el corazón, lleguen al alma, sin dejar de lado la comedia.



Creo que esta película tiene todos los ingredientes necesarios para conseguirlo: Comedia, drama social, Galicia, mar, rondallas, tradición y Rock’n Roll.

Las referencias más claras que se me ocurren en cuanto a tono, historia y estructura podrían ser comedias dramáticas cargadas de humor y humanidad como "Full Monty", "El gran baño", o "Intocable".

Y menciono estas películas también en parte por su capacidad para llegar al gran público, porque eso es algo que me preocupa. La dificultad hoy día de hacer que la gente vuelva al cine, que vuelva a ser un hábito, una costumbre, y no algo extraordinario reservado a pelis evento y cine infantil. Después de dos proyectos para Netflix ("Diecisiete" y "Las de la última fila"), tenía claro que quería hacer una película con una distribución y exhibición clásica. Una película para salas. Y para el público.

Me gusta el cine. Me gusta la experiencia de ir al cine, de sentarme en una butaca a compartir un momento tan íntimo con más gente. Y como director quiero respetar ese momento. Mi compromiso con el cine es mi compromiso con el espectador. Por supuesto que, sin renunciar a mis principios, ni a mis historias, ni a mi manera de contarlas. Pero el cine es un arte muy caro como para hacerlo de espaldas al público.

Cuando me adentré en el universo de las rondallas, una de las cosas que más me enganchó es que no hubiera músicos profesionales, todos aficionados, y que hubiera desde niños y niñas muy pequeños hasta gente muy mayor. Esa ilusión, esa sensación de comunidad, de todos a una, de compartir, de pertenencia. Pensé: eso es lo que quiero que sea mi peli, quiero trasmitir esa misma energía contagiosa que desprenden. Una película popular, abierta, una peli adulta pero accesible para todos los públicos.

(*): Daniel Sánchez Arévalo inició su carrera como guionista en series de televisión como "Farmacia de Guardia", "Querido Maestro" y "Hospital Central". Tras formarse con un máster en cine en la Universidad de Columbia, se dedicó a la dirección de cortometrajes, con una veintena de obras que sumaron más de 300 premios y reconocimientos internacionales. Su debut en el largometraje fue "AzulOscuroCasiNegro" (2006), galardonado en los Venice Days y con tres premios Goya. Le siguieron "Gordos" (2009) y "Primos" (2011), esta última un éxito de taquilla. También dirigió el musical "40, El Musical" y el filme "La Gran Familia Española" (2013). Como escritor, fue finalista del Premio Planeta 2015 con "La isla de Alice". En años recientes, ha trabajado con Netflix en el largometraje "Diecisiete" (2019) y la serie "Las de la última fila" (2022). En 2026 regresa a la pantalla grande con "Rondallas".

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