A Guillermo del Toro no le va la vida en ganar un Oscar sino más bien en terminar películas. Así al menos lo confesó el cineasta mexicano en una larga rueda de prensa celebrada en el marco del 15 Festival internacional de cine de Morelia, México, en donde el realizador presentó "La forma del agua / The Shape of Water", su última película que figura por sus excelentes críticas en lo más alto de las apuestas para ganar alguna estatuilla en la edición de los Oscars del año próximo.

"Los premios son bien importantes conforme hagas películas. Para mí el premio principal es que exista la película", comentó el director del film, premiado con el León de Oro en el pasado Festival de cine de Venecia, la Mostra, y cuya recaudación en Morelia está destinada a los damnificados por los recientes terremotos en México.

Del Toro explicó que "perdió años" de su vida escribiendo guiones y proyectos que no fueron finalmente llevados a la gran pantalla. Y precisó que a lo largo de su trayectoria solo logró dirigir diez películas de los 25 guiones que escribió.

El también productor afirmó ser "devoto" de "un género que manejo de manera poco convencional que conlleva expectativas buenas y malas". Así que "estoy acostumbrado a que a veces sucede y a veces no", comentó en referencia a los premios.

Con humor, "el gordo" como se llama a sí mismo y que ya fue nominado en 2007 en dos categorías a los Oscar por "El laberinto del fauno", explicó que la "ventaja" que tiene no ganar una estatuilla es  poder "quitarme los zapatos tres horas antes, porque aprietan de la chingada, además de que llegas a tu casa a cenar tres horas antes".

Durante la larga rueda de prensa, el realizador de Jalisco, también opinó sobre el  escándalo de acoso sexual de Harvey Weinstein pero más que hacer leña del árbol caído prefirió denunciar que el problema no es exclusivo del mundo del cine sino algo endémico y sistemático en todos los sectores laborales para desgracia de las mujeres.

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