Imprimir

Martin Mauregui habla sobre el estreno argentino de "Vieja Loca"

por © Redacción (Argentina)-NOTICINE.com
Maura, en "Vieja Loca"
Maura, en "Vieja Loca"
La coproducción argentino-española "Vieja Loca", una película de terror dirigida y escrita por el cineasta argentino Martín Mauregui ("El amor"), que cuenta también con un elenco estelar encabezado por la española Carmen Maura y el uruguayo Daniel Hendler, y con Juan Antonio Bayona, director de "La sociedad de la nieve" entre sus coproductores, llega esta semana a salas australes.

"Vieja Loca" se presenta como un intrigante relato de terror psicológico centrado en Pedro, interpretado por Hendler, quien recibe una petición inesperada de su exnovia para cuidar a su madre, Alicia, encarnada por Maura, afectada por un cuadro de senilidad. Los adelantos argumentales sugieren que lo que comienza como una tarea aparentemente sencilla se transforma rápidamente en la peor pesadilla de Pedro, quien se ve atrapado por Alicia en un juego psicológico perturbador.

La producción, a cargo de La Trini, la empresa de Bayona, representa una ayuda en la actualidad cinematográfica argentina, marcada por la incertidumbre por cambios en la política del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) y la crisis económica que afecta al sector. "El guion de Mauregui me enganchó desde el principio. Utiliza con maestría el género para sumergir al espectador en el perverso delirio de una mujer con un pasado tan oscuro como ciertos acontecimientos recientes de la historia de su país", contó Bayona.

La cinta se destaca por ser financiada en un 95% de manera privada, desafiando la parálisis que afecta a la industria local.

Para el director Martín Mauregui, "Vieja Loca" representa su opera prima tras la cámara tras una larga carrera como guionista. Explicó en Rubik que la idea inicial era hacer una película de escala reducida. "Yo quería hacer una película de producción pequeña y posible, eso me llevó a pensar en pocos personajes y en una locación casi única. Y, a su vez, eso me llevó a pensar en relaciones íntimas, cotidianas, y en cómo, dentro de ese ámbito familiar, irrumpe la fuerza de lo siniestro, de aquello que se esconde bajo la alfombra y molesta, eso que queremos olvidar y no podemos, traumas que muchas veces constituyen el núcleo psicológico de una familia", relató. El proyecto, sin embargo, creció con la incorporación de Maura y los productores españoles.



Mauregui describió la estructura de la historia en dos capas. "Una manera esquemática de pensar cualquier relato, es encontrar dos fuerzas, una 'superficial' y otra 'profunda', que vayan jalonando la narración. Una es la excusa para contar la otra, pero las dos tienen la misma importancia", afirmó. "En VL, la demencia de Alicia, su negación a medicarse y lo que eso provoca, son la excusa, el 'mcguffin', que sirve para desenterrar el pasado asesino de esta anciana, para poner de manifiesto esa violencia que va traspasando las generaciones, que se hereda, como si fuera una enfermedad o una maldición, de madres y padres a hijos y nietos". Para trabajar esta tensión, el director recurrió al género fantástico, aproximándolo a una historia de fantasmas. "Me gustan las historias de fantasmas porque tienen un tono alucinado e insistente, que pueden resultar en un mal viaje y, al mismo tiempo, en una experiencia de auto conocimiento", dijo.

El trabajo con Carmen Maura fue un aspecto central del proceso. "Maura trabaja. Es casi como si todo el tiempo estuviera trabajando, inventando, indagando en el personaje. Ensayamos mucho. En Figueras, cuando nos conocimos, antes de que ella aceptara el papel, ya estábamos ensayando. Luego, ensayamos en Madrid. Luego, en Buenos Aires, junto a Daniel Hendler", contó Mauregui. Describió la dinámica entre los actores como de "mutua generosidad" y destacó el compromiso de Maura. "La entrega de Carmen, su vocación de trabajo, hizo que me olvidara de la figura icónica, para verla como una compañera, como alguien con quien inventar un personaje y compartir un mundo. No sólo me olvidaba de la figura icónica, sino que también me olvidaba de su edad, y le proponía desafíos actorales y físicos arriesgados", relató. "La experiencia de trabajar con ella ha sido una de las mejores de mi vida".

La construcción de una atmósfera opresiva fue clave. Mauregui detalló la colaboración con los equipos de fotografía, arte, sonido y música para generar el ambiente de "casa embrujada". "Pensar la lluvia como si fuera una música de orquesta, con distintos momentos y pulsiones. Pensar los rincones de la casa de Alicia como si fueran espacios de su mente, como si fueran expresiones de su deseo y de su bronca", explicó. El uso de lentes específicos buscaba crear una visión inquietante, y la casa misma fue modificada. "Utilizamos la casa como si fuera un set, tiramos paredes, construimos escaleras y falsos fondos, para que la edificación se fuese cerrando sobre los personarios". La lluvia, dijo, fue un desafío técnico, y la música se concibió como un personaje más que expresa los deseos y el terror de la situación.

Sobre el trabajo con productores de la trayectoria de Bayona y Belén Atienza, Mauregui expresó: "He aprendido muchísimo trabajando con Belén y Bayona, desde antes de esta película, en la experiencia de "La sociedad de la nieve"". Y agregó: "Más allá de su enorme talento, ellos se relacionan con los proyectos a través de una total entrega, de una constante tenacidad en la búsqueda de lo que consideran mejor para la obra. Ya desde la etapa de guión, están indagando y apuntalando en la profundidad de los personajes, en el corazón de lo que se pretende narrar. Me llevaron a trabajar de forma más comprometida, a exigirme, a cuestionarme, a no contentarme, a buscar y encontrar, y a no rendirse".

La película ha sido presentada en Fantastic Fest y en el Festival de Sitges. Para Mauregui, mostrar la película en estos espacios dedicados al género es una "gran alegría". "Tuve la oportunidad de estar en varios festivales, y los de género, como Fantastic Fest y Sitges, se distinguen por tener un público con hambre de cine, ávido de conocer nuevos puntos de vista, con ganas de atravesar experiencias cinematográficas profundas y divertidas. Esa hambre es felizmente contagiosa, es como un fuego alimentado por el deseo de ver, hacer y sentir cine", afirmó.

Sigue nuestras últimas noticias por INSTAGRAM, BLUESKY o FACEBOOK.