Empieza con Rodrigo Plá la recta final latina en la Seminci
- por © J.A. (Valladolid)-NOTICINE.com
Con la presencia de dos títulos de México y Argentina empezaba este miércoles la recta final -muy latina- de la Semana de Cine de Valladolid, que incluirá el jueves una jornada casi monográfica argentina con los últimos trabajos de los consagrados cineastas Carlos Sorín y Alberto Lecchi. De momento, no ha habido demasiado entusiasmo. Rodrigo Plá cosechó algunos aplausos para su "Desierto adentro", mientras que "Villa", de Ezio Massa, pasó con bastante más pena que gloria.
Los que acudieron el año pasado a este mismo certamen español y descubrieron de la mano de "La zona" a un nuevo realizador mexicano -aunque nacido en el Uruguay-, llamado Rodrigo Plá, habrán quedado imaginamos sorprendidos por su segundo largo, que a pesar de contar nuevamente con un guión del propio Plá y su pareja Laura Santullo, no tiene demasiados paralelismos con la citada opera prima.
En esta ocasión ambos exploran el fanatismo religioso, personificado por un hombre que cree que ha sido castigado por Dios por un pecado de su pasado y la ira del cielo destruirá a sus descendientes.
Ganadora de numerosos premios en Guadalajara, y tras pasar por varios otros certámenes (Cannes, San Juan de Puerto Rico, Lima...), "Desierto adentro" llegó a la competencia vallisoletana sin la presencia de su autor o alguno de los actores. Podemos no obstante recordar palabras del cineasta suramericano formado en México: "Es una película bien compleja, porque en realidad partimos de algo abstracto, de la vida del filósofo danés Soren Kierkegaard, y lo trasladamos a México".
En efecto, estamos ante un trabajo bastante más denso y pesado que "La zona", por tanto más exigente para el espectador y también más arriesgado desde el punto de vista comercial. Plá apunta maneras y una carrera que por lo ecléctico podríamos comparar con la de Steven Soderbergh salvando todas las distancias, ya que está trabajando en su sucesivo tercer largo, "La espera", que ha anunciado tampoco se parece a sus dos precedentes creaciones.
Es curioso que una de las tónicas de la Seminci 2008, común a muchos de sus títulos, la sensación de abuso injustificado de metraje, la hayan tenido también este miercoles espectadores de "Villa", y eso que la cinta de Ezio Massa no llega ni a la hora y media. Esta historia de tres "pibes" de suburbio porteño que se las ingenian de las formas más peregrinas y arriesgadas para ver un partido del Mundial de Fútbol en color y en una tele decente, trufada de incontables "Concha-tu-madre" no ha conseguido conectar con la audiencia castellana.
Los que acudieron el año pasado a este mismo certamen español y descubrieron de la mano de "La zona" a un nuevo realizador mexicano -aunque nacido en el Uruguay-, llamado Rodrigo Plá, habrán quedado imaginamos sorprendidos por su segundo largo, que a pesar de contar nuevamente con un guión del propio Plá y su pareja Laura Santullo, no tiene demasiados paralelismos con la citada opera prima.
En esta ocasión ambos exploran el fanatismo religioso, personificado por un hombre que cree que ha sido castigado por Dios por un pecado de su pasado y la ira del cielo destruirá a sus descendientes.
Ganadora de numerosos premios en Guadalajara, y tras pasar por varios otros certámenes (Cannes, San Juan de Puerto Rico, Lima...), "Desierto adentro" llegó a la competencia vallisoletana sin la presencia de su autor o alguno de los actores. Podemos no obstante recordar palabras del cineasta suramericano formado en México: "Es una película bien compleja, porque en realidad partimos de algo abstracto, de la vida del filósofo danés Soren Kierkegaard, y lo trasladamos a México".
En efecto, estamos ante un trabajo bastante más denso y pesado que "La zona", por tanto más exigente para el espectador y también más arriesgado desde el punto de vista comercial. Plá apunta maneras y una carrera que por lo ecléctico podríamos comparar con la de Steven Soderbergh salvando todas las distancias, ya que está trabajando en su sucesivo tercer largo, "La espera", que ha anunciado tampoco se parece a sus dos precedentes creaciones.
Es curioso que una de las tónicas de la Seminci 2008, común a muchos de sus títulos, la sensación de abuso injustificado de metraje, la hayan tenido también este miercoles espectadores de "Villa", y eso que la cinta de Ezio Massa no llega ni a la hora y media. Esta historia de tres "pibes" de suburbio porteño que se las ingenian de las formas más peregrinas y arriesgadas para ver un partido del Mundial de Fútbol en color y en una tele decente, trufada de incontables "Concha-tu-madre" no ha conseguido conectar con la audiencia castellana.