Finaliza la competencia en la Seminci con "su" clásico Egoyan y la necesaria "La buena nueva"
- por © J.A. (Valladolid)-NOTICINE.com
La Semana Internacional de Cine de Valladolid echa su cierre. Este sábado tendrá lugar la ceremonia de clausura y la entrega de premios, con la alemana "Cerezos en flor", la brasileña "Estômago" y la última en proyectarse, "Adoration", de Atom Egoyan, como máximas favoritas. En este última jornada competitiva, brilló la segunda obra de ficción de la navarra Helena Taberna, "La buena nueva", con una gran pareja protagonista de actores vascos, Unax Ugalde y Bárbara Goenaga.
Atom Egoyan es uno de los "niños bonitos" de la Seminci, quizás la máxima figura internacional "in situ" de este año y un cineasta que para el público español fue precisamente descubierto por el certamen castellano, que ha programado toda su obra y le ha entregado tres espigas por otras tantas obras. Quizás la cuarta le llegue con "Adoration", una reflexión sobre la incomunicación, la adolescencia y las nuevas tecnologías que no es para nada nada la mejor de sus cintas y aquí ha dividido a la crítica.
El peso que el cineasta canadiense de origen egipcio y armenio tiene en Valladolid justificó incluso que su película se cambiara de fecha para darle tiempo a llegar, este viernes, aunque lo hizo con retraso, que afectó en varias horas a su prevista rueda de prensa.
En "Adoration", que se lanzó el pasado mayo en Cannes, el autor de "Exótica" y "El dulce porvenir" reflexiona, a partir de la contemplación de su propia hijo adolescente, sobre las nuevas formas de fantasear de los adolescentes, que ocultan un siempre familiar sentimiento de soledad. Sin duda internet es un medio capaz de generar miles de historias aprovechables por el cine, pero Egoyan no es capaz de tocar el alma del espectador que permanece ajeno a la historia de un chaval que se inventa un padre terrorista islámico para animar el cotarro en la red de redes, y ha cosechado algunos aplausos pero también pitidos en Valladolid.
Si hubo estreno absoluto para "La buena nueva", una necesaria película de Helena Taberna sobre la "otra cara" de la Iglesia durante la Guerra Civil española. Es de sobra conocido que el clero "oficial" en la mayor parte del Estado apoyó la "Cruzada", pero en el País Vasco y Navarra hubo algunas excepciones señaladas. Quien suscribe nunca olvidará los comentarios de su abuelo respecto de las muertes de sacerdotes que se achacaban al bando republicano y sus elementos más anticlericales: "Aquí (se refería a Euskadi) los únicos que mataron curas fueron los "nacionales", por las fuerzas de Franco.
El protagonista de la cinta, Unax Ugalde, da vida a un voluntarioso y joven sacerdote que asume en vísperas del golpe militar que provocó el conficto fatricida la parroquia de un pueblo del norte de Navarra con importa presencia republicana y socialista. Las tropelías cometidas por los insurgentes y los requetés (Carlistas) locales le obligan a tomar partido y jugarse la vida por ello.
Taberna, en realidad, está contando la historia de su tío, un ex sacerdote que dejó los hábitos desencantado por la infidelidad al mensaje de caridad del Evangelio por parte de las autoridades religiosas y por el amor que sintió por una de sus feligresas, cuyo marido fue fusilado por los falangistas.
Ugalde, quien suena poderosamente para el premio de interpretación masculina de esta Seminci, dijo en rueda de prensa que este film le había marcado y que era oportuno, "no oportunista". Lo cierto es que Taberna (quien debutó con la brillante "Yoyes", la cinta dirigida por una mujer más premiada internacionalmente del cine español) la tuvo en mente durante más de una década y empezó a producirla hace dos años. Por suerte para ella y para todos, llega a los cines el próximo día 14 de noviembre en plena polémica nacional sobre la "Memoria histórica" y las víctimas del franquismo y los franquistas, muchas de las cuales yacen sin nombre en fosas comunes que no han sido tocadas desde entonces. Ahora, por la acción del juez Baltasar Garzón, hay posibilidades de que sus restos salgan a la luz.
Atom Egoyan es uno de los "niños bonitos" de la Seminci, quizás la máxima figura internacional "in situ" de este año y un cineasta que para el público español fue precisamente descubierto por el certamen castellano, que ha programado toda su obra y le ha entregado tres espigas por otras tantas obras. Quizás la cuarta le llegue con "Adoration", una reflexión sobre la incomunicación, la adolescencia y las nuevas tecnologías que no es para nada nada la mejor de sus cintas y aquí ha dividido a la crítica.
El peso que el cineasta canadiense de origen egipcio y armenio tiene en Valladolid justificó incluso que su película se cambiara de fecha para darle tiempo a llegar, este viernes, aunque lo hizo con retraso, que afectó en varias horas a su prevista rueda de prensa.
En "Adoration", que se lanzó el pasado mayo en Cannes, el autor de "Exótica" y "El dulce porvenir" reflexiona, a partir de la contemplación de su propia hijo adolescente, sobre las nuevas formas de fantasear de los adolescentes, que ocultan un siempre familiar sentimiento de soledad. Sin duda internet es un medio capaz de generar miles de historias aprovechables por el cine, pero Egoyan no es capaz de tocar el alma del espectador que permanece ajeno a la historia de un chaval que se inventa un padre terrorista islámico para animar el cotarro en la red de redes, y ha cosechado algunos aplausos pero también pitidos en Valladolid.
Si hubo estreno absoluto para "La buena nueva", una necesaria película de Helena Taberna sobre la "otra cara" de la Iglesia durante la Guerra Civil española. Es de sobra conocido que el clero "oficial" en la mayor parte del Estado apoyó la "Cruzada", pero en el País Vasco y Navarra hubo algunas excepciones señaladas. Quien suscribe nunca olvidará los comentarios de su abuelo respecto de las muertes de sacerdotes que se achacaban al bando republicano y sus elementos más anticlericales: "Aquí (se refería a Euskadi) los únicos que mataron curas fueron los "nacionales", por las fuerzas de Franco.
El protagonista de la cinta, Unax Ugalde, da vida a un voluntarioso y joven sacerdote que asume en vísperas del golpe militar que provocó el conficto fatricida la parroquia de un pueblo del norte de Navarra con importa presencia republicana y socialista. Las tropelías cometidas por los insurgentes y los requetés (Carlistas) locales le obligan a tomar partido y jugarse la vida por ello.
Taberna, en realidad, está contando la historia de su tío, un ex sacerdote que dejó los hábitos desencantado por la infidelidad al mensaje de caridad del Evangelio por parte de las autoridades religiosas y por el amor que sintió por una de sus feligresas, cuyo marido fue fusilado por los falangistas.
Ugalde, quien suena poderosamente para el premio de interpretación masculina de esta Seminci, dijo en rueda de prensa que este film le había marcado y que era oportuno, "no oportunista". Lo cierto es que Taberna (quien debutó con la brillante "Yoyes", la cinta dirigida por una mujer más premiada internacionalmente del cine español) la tuvo en mente durante más de una década y empezó a producirla hace dos años. Por suerte para ella y para todos, llega a los cines el próximo día 14 de noviembre en plena polémica nacional sobre la "Memoria histórica" y las víctimas del franquismo y los franquistas, muchas de las cuales yacen sin nombre en fosas comunes que no han sido tocadas desde entonces. Ahora, por la acción del juez Baltasar Garzón, hay posibilidades de que sus restos salgan a la luz.