La nueva "Bad lieutenant" aporta "glamour" pero no buen cine a Venecia
- por © E.E. (Venecia)-NOTICINE.com
El autodestructivo teniente que impactó hace 17 años de la mano de Abel Ferrara en su conocida cinta "Bad lieutenant / Teniente corrupto", no ha sido recreado de manera acertada por el alemán Werner Herzog en su secuela o "remake" "Bad lieutenant: Port of call New Orleans", presentada este viernes a concurso en la sección oficial de la Mostra veneciana. Así lo consideró de manera prácticamente unánime la prensa, aunque al menos los fotógrafos se alegraron de poder inmortalizar a Nicolas Cage y su coprotagonista Eva Mendes.
A partir de un guión de William Finkelstein más o menos inspirado en el del clásico de culto de Victor Argo, Paul Calderon, Zoë Lund y el propio Ferrara, Herzog ha dirigido un film que conserva algunas de las esencias de su personaje, un policía brutal y drogadicto, pero plantea una intriga delictiva más convencional, sin la magnética presencia de Harvey Keitel, sustituido por un Cage que a base de protagonizar subproductos de acción o fantásticos ha perdido buena parte de sus virtudes actorales y se ha llenado de "tics".
El cineasta alemán, que ha comentado en rueda de prensa que desconoce no sólo el film original sino la carrera entera del semi-underground Ferrara, pero está dispuesto a intercambiar ideas con él "junto a una botella de whisky", se ha esforzado en dar cierto toque comercial a un proyecto posiblemente nacido muerto, inutil, como tantas otras revisiones de películas que han marcado a un público, aunque fuera minoritario como el del film dirigido por Ferrara en 1992. Herzog ha querido aportarle algunas dosis de originalidad, y tocar elementos como la corrupción política y policial, pero el convencionalismo finalmente devora al todo.
No es descabellado pensar que sin Cage, Mendes y un buen puñado de destacados segundones en pantalla como Val Kilmer, Jennifer Coolidge, Brad Dourif y Fairuza Balk, el director del festival, Marco Müller, no habría tenido la osadía de seleccionar esta "Port of call New Orleans", que sólo se justifica en el Lido por la atención mediática de sus protagonistas.
La jornada en competencia se completó con "Lei wangzi" (Príncipe de las lágrimas), del taiwanés Yonfan, una más que digna cinta taiwanesa de intrigas, amores y traiciones en los primeros años de la década de los años 50 del pasado siglo, cuando la isla sufrió la represión contra los opositores por parte del perdedor de la guerra civil china y dictador taiwanés Chiang Kai-chek, una época conocida como la del "terror blanco".
En el film, Yonfan -con su estilo colorista y un tanto demodé- rememora ese momento convulso de su país desde el punto de vista de los que como él eran niños, por tanto con una óptica inocente y despolitizada que el realizador se encarga de matizar en un epílogo que pone las cosas en su sitio. Se trata de la historia de una familia cuyo padre es militar, y en la que las hijas, tras la arbitraria detención de los padres sospechosos de ser "rojos" acaban acogidas por el traidor que delató a sus progenitores.
Fuera del apartado oficial, la película española de Daniel Monzón "Celda 211" ha tenido una buena acogida crítica en el apartado Venice Days, el que cuenta con una mayor presencia iberoamericana.
A partir de un guión de William Finkelstein más o menos inspirado en el del clásico de culto de Victor Argo, Paul Calderon, Zoë Lund y el propio Ferrara, Herzog ha dirigido un film que conserva algunas de las esencias de su personaje, un policía brutal y drogadicto, pero plantea una intriga delictiva más convencional, sin la magnética presencia de Harvey Keitel, sustituido por un Cage que a base de protagonizar subproductos de acción o fantásticos ha perdido buena parte de sus virtudes actorales y se ha llenado de "tics".
El cineasta alemán, que ha comentado en rueda de prensa que desconoce no sólo el film original sino la carrera entera del semi-underground Ferrara, pero está dispuesto a intercambiar ideas con él "junto a una botella de whisky", se ha esforzado en dar cierto toque comercial a un proyecto posiblemente nacido muerto, inutil, como tantas otras revisiones de películas que han marcado a un público, aunque fuera minoritario como el del film dirigido por Ferrara en 1992. Herzog ha querido aportarle algunas dosis de originalidad, y tocar elementos como la corrupción política y policial, pero el convencionalismo finalmente devora al todo.
No es descabellado pensar que sin Cage, Mendes y un buen puñado de destacados segundones en pantalla como Val Kilmer, Jennifer Coolidge, Brad Dourif y Fairuza Balk, el director del festival, Marco Müller, no habría tenido la osadía de seleccionar esta "Port of call New Orleans", que sólo se justifica en el Lido por la atención mediática de sus protagonistas.
La jornada en competencia se completó con "Lei wangzi" (Príncipe de las lágrimas), del taiwanés Yonfan, una más que digna cinta taiwanesa de intrigas, amores y traiciones en los primeros años de la década de los años 50 del pasado siglo, cuando la isla sufrió la represión contra los opositores por parte del perdedor de la guerra civil china y dictador taiwanés Chiang Kai-chek, una época conocida como la del "terror blanco".
En el film, Yonfan -con su estilo colorista y un tanto demodé- rememora ese momento convulso de su país desde el punto de vista de los que como él eran niños, por tanto con una óptica inocente y despolitizada que el realizador se encarga de matizar en un epílogo que pone las cosas en su sitio. Se trata de la historia de una familia cuyo padre es militar, y en la que las hijas, tras la arbitraria detención de los padres sospechosos de ser "rojos" acaban acogidas por el traidor que delató a sus progenitores.
Fuera del apartado oficial, la película española de Daniel Monzón "Celda 211" ha tenido una buena acogida crítica en el apartado Venice Days, el que cuenta con una mayor presencia iberoamericana.