Soderbergh, Paskaljevic y Mehta: Ambiciones rotas y sin patria en el ecuador de la Seminci
- por © J.A. (Valladolid)-NOTICINE.com
Las aspiraciones vitales, muchas veces relacionadas con el dinero y la mejora en las condiciones de vida, arriesgadas y que chocan con realidades no siempre receptivas han sido el denominador común de las tres cintas presentadas este miércoles en la Semana de Cine de Valladolid, que ya ha superado su ecuador con un balance irregular. Los personajes de la norteamericana "The girlfriend experience", de Steven Soderbergh; la canadiense "Cooking with Stella", de Dilip Mehta, y la serbia-albanesa "Honeymoons", de Goran Paskaljevic, a pesar de sus muy diferentes culturas y clases, coinciden en el "todo vale", o sea que el fin justifica los medios...
Steven Soderbergh es un cineasta con inclasificable -y febril- carrera. Es capaz de tardar años en levantar un proyecto tan ambicioso como su díptico del "Che" pero también de fabricar cintas comerciales como rosquillas (léase la saga "Ocean's") y de embarcarse en proyectos independientes y "de autor", sin pestañear apenas. "The girlfriend experience", presentada con la mayor expectación del día este miércoles en Valladolid sin invitados que la defendieran, levantó mucha polvareda en su día cuando el cineasta norteamericano anunció que contaba para protagonizar la historia de una puta de lujo con una joven estrella del porno, Sasha Grey, quien corrió a abrirse de piernas ante una cámara nada más apagar las velitas de su 18 cumpleaños.
De eso han pasado muy pocos años, pero Grey ya cuenta con una filmografía digna de Meryl Streep... en cantidad de títulos, por supuesto. Con esos antecedentes, los morbosos y/o aficionados al cine "X" esperaban ansiosos a ver el partido que le sacaba el director de "Traffic" y "¡El soplón !/ El desinformante" (filmada después pero estrenada en muchos países antes). El papel, en principio, le iba al pelo: una "call girl" de lujo, que cree manejar con habilidad su "empresa" particular con pericia de CEO corporativo, ofreciendo por un puñado de billetes de los grandes no simplemente sexo a la carta, sino cariño, compañía y devoción propias de una novia (de ahí el título) enamorada.
Soderbergh nos cuenta su historia con un pudor tal que hasta podría haber participado en este festival castellano cuando, en sus inicios franquistas, se llamaba "de cine religioso y de valores humanos". O sea, que poco o nada de voyeurismo. Al contrario, lo que le interesa son los diálogos entre la prostituta de altos vuelos y bajas avaricias y sus clientes y otros personajes que la rodean. Aunque al final la "girlfriend" cae desde su ciego ego que considera lo material como sinónimo de felicidad, el director opta por evitar obvios mensajes moralistas, y no sólo el personaje de Grey vende su cuerpo y su alma por el vil metal, sino casi todo hijo de vecino que se pone ante la cámara.
Por lo demás, "The girlfriend experience" forma parte de películas soderberghianas como la ya citada "¡El soplón !/ El desinformante" o "Full frontal" difíciles de digerir, confusas y que definitivamente saben a poco. Pasó sin pena ni gloria por Tribeca y se estrenó en unos pocos cines norteamericanos para no llegar ni a los 700.000 dólares. Aquí en Valladolid tampoco levantó pasiones, dejando unos tímidos aplausos y algunas sonoras muestras de disgusto.
Viejo amigo de la Seminci, donde ha acumulado ya dos Espigas, el serbio Paskaljevic quiere demostrar que dos países presuntamente "enemigos" como el suyo y Albania pueden coproducir una película en la que sus personajes, dos parejas -una serbia, otra albanesa- cometen errores no muy diferentes y sufren consecuencias igualmente negativas. El mensaje es claro: somos mucho más parecidos que los políticos ávidos de poder que usan el nacionalismo como fulminante para encender hogueras de funestos resultados pretenden hacernos creer. De entrada, además, ambas parejas tienen un sueño común: emigrar en busca de una vida mejor en Italia (los albaneses) y en Austria (los serbios), sin saber todas las dificultades que les esperan. Nunca sus vidas se cruzarán, pero sufrirán los mismos inconvenientes a la hora de llegar a la "próspera" Europa occidental.
Hubo aplausos moderados para "Honeymoons", que se vio en la pasada Mostra de Venecia (aunque no en concurso oficial) y tiene ya distribuidor para España.
Para terminar, el hindú Dilip Mehta (hermano de la célebre cineasta Deepa Mehta) ha encontrado en Canadá, donde reside su hermana, financiación para esta historia que escribieron a medias, "Cooking with Stella", donde gastronomía y pequeñas intrigas de una cocinera que se busca unas rupias extras "sisando" a sus señoritos del consulado canadiense en Nueva Delhi, se mezclan con una crítica a las tradiciones de casta vigentes aún en el siglo XXI en su país natal. Posiblemente por inexperiencia (es su segunda película), Mehta no le saca todo su jugo a la historia, o -siempre en términos culinarios- no logra que su salsa "ligue" del todo, dados los diversos ingredientes utilizados. No obstante, se ve agradablemente y -como su director ha dicho aquí- viene bien para despertar el apetito como para correr al bar o restaurante más próximo al terminar la proyección.
Steven Soderbergh es un cineasta con inclasificable -y febril- carrera. Es capaz de tardar años en levantar un proyecto tan ambicioso como su díptico del "Che" pero también de fabricar cintas comerciales como rosquillas (léase la saga "Ocean's") y de embarcarse en proyectos independientes y "de autor", sin pestañear apenas. "The girlfriend experience", presentada con la mayor expectación del día este miércoles en Valladolid sin invitados que la defendieran, levantó mucha polvareda en su día cuando el cineasta norteamericano anunció que contaba para protagonizar la historia de una puta de lujo con una joven estrella del porno, Sasha Grey, quien corrió a abrirse de piernas ante una cámara nada más apagar las velitas de su 18 cumpleaños.
De eso han pasado muy pocos años, pero Grey ya cuenta con una filmografía digna de Meryl Streep... en cantidad de títulos, por supuesto. Con esos antecedentes, los morbosos y/o aficionados al cine "X" esperaban ansiosos a ver el partido que le sacaba el director de "Traffic" y "¡El soplón !/ El desinformante" (filmada después pero estrenada en muchos países antes). El papel, en principio, le iba al pelo: una "call girl" de lujo, que cree manejar con habilidad su "empresa" particular con pericia de CEO corporativo, ofreciendo por un puñado de billetes de los grandes no simplemente sexo a la carta, sino cariño, compañía y devoción propias de una novia (de ahí el título) enamorada.
Soderbergh nos cuenta su historia con un pudor tal que hasta podría haber participado en este festival castellano cuando, en sus inicios franquistas, se llamaba "de cine religioso y de valores humanos". O sea, que poco o nada de voyeurismo. Al contrario, lo que le interesa son los diálogos entre la prostituta de altos vuelos y bajas avaricias y sus clientes y otros personajes que la rodean. Aunque al final la "girlfriend" cae desde su ciego ego que considera lo material como sinónimo de felicidad, el director opta por evitar obvios mensajes moralistas, y no sólo el personaje de Grey vende su cuerpo y su alma por el vil metal, sino casi todo hijo de vecino que se pone ante la cámara.
Por lo demás, "The girlfriend experience" forma parte de películas soderberghianas como la ya citada "¡El soplón !/ El desinformante" o "Full frontal" difíciles de digerir, confusas y que definitivamente saben a poco. Pasó sin pena ni gloria por Tribeca y se estrenó en unos pocos cines norteamericanos para no llegar ni a los 700.000 dólares. Aquí en Valladolid tampoco levantó pasiones, dejando unos tímidos aplausos y algunas sonoras muestras de disgusto.
Viejo amigo de la Seminci, donde ha acumulado ya dos Espigas, el serbio Paskaljevic quiere demostrar que dos países presuntamente "enemigos" como el suyo y Albania pueden coproducir una película en la que sus personajes, dos parejas -una serbia, otra albanesa- cometen errores no muy diferentes y sufren consecuencias igualmente negativas. El mensaje es claro: somos mucho más parecidos que los políticos ávidos de poder que usan el nacionalismo como fulminante para encender hogueras de funestos resultados pretenden hacernos creer. De entrada, además, ambas parejas tienen un sueño común: emigrar en busca de una vida mejor en Italia (los albaneses) y en Austria (los serbios), sin saber todas las dificultades que les esperan. Nunca sus vidas se cruzarán, pero sufrirán los mismos inconvenientes a la hora de llegar a la "próspera" Europa occidental.
Hubo aplausos moderados para "Honeymoons", que se vio en la pasada Mostra de Venecia (aunque no en concurso oficial) y tiene ya distribuidor para España.
Para terminar, el hindú Dilip Mehta (hermano de la célebre cineasta Deepa Mehta) ha encontrado en Canadá, donde reside su hermana, financiación para esta historia que escribieron a medias, "Cooking with Stella", donde gastronomía y pequeñas intrigas de una cocinera que se busca unas rupias extras "sisando" a sus señoritos del consulado canadiense en Nueva Delhi, se mezclan con una crítica a las tradiciones de casta vigentes aún en el siglo XXI en su país natal. Posiblemente por inexperiencia (es su segunda película), Mehta no le saca todo su jugo a la historia, o -siempre en términos culinarios- no logra que su salsa "ligue" del todo, dados los diversos ingredientes utilizados. No obstante, se ve agradablemente y -como su director ha dicho aquí- viene bien para despertar el apetito como para correr al bar o restaurante más próximo al terminar la proyección.