Prosigue la amplia y diversa oferta cinematográfica del Festival de Gijón
- por © Mónica Boullosa (Gijón)-NOTICINE.com
Sigue desarrollándose el 47 Festival Internacional de Cine de Gijón, con múltiples oportunidades para ver el cine actual más vanguardista y atrevido, cintas que rara vez llegan a los circuítos comerciales. La controvertida cinta "Between two worlds", incluída en la sección oficial fué exhibida ante el pasmo general. Procedente de Sri Lanka, está dirigida por el periodista celianés Vimukthi Jayasundara, quien se ha permitido licencia para desmontar y desconcertar la mirada del espectador occidental más convencional, e incluso me atrevería añadir del menos.
Provocadora propuesta que independiza el lenguaje cinematográfico de su histórica dependencia con la expresión literaria, cómo sucede con la música y la pintura que dependen de sus propios códigos.
La ausencia de estructura clásica, principio, nudo, desenlace, obliga al espectador a un ejercicio constante para imponer sentido, que para Jayasundara es clave, porque obliga a pensar. Algo a lo que en este continente europeo nos hemos deshabituado al recibir toda la información másticada. Y que este realizador considera imprescindible para poder entrar real y profundamente en lo que se nos cuenta.
Desde la primera escena, dónde vemos a un hombre caer del cielo, hasta la última se suceden secuencias inconexas, algunas parecen evocar leyendas, otras episodios históricos.
Aunque apenas hay diálogos esta fábula alucinada Se conecta con algo actualmente olvidado en Occidente que durante siglos sirvió para asegurar la transmisión de conocimiento: la tradición oral, todavía vigente en muchas partes de este planeta. En cualquier caso se trata de un relato sorprendente de imágenes inesperadas e insólitas que se sitúa en las antípodas del cine de "entretenimiento" y que cada uno podrá "configurar" libremente.
La francesa "L´insurgée" es una de las ocho películas incluidas dentro de la nueva sección competitiva del Festival llamada, Rellumes, literalmente resplandores en dialecto local, cuyo objetivo es "sumar otras ráfagas de cine independiente para completar las que ya contiene la sección oficial".
Si hay algo que rezuma en este primer largometraje de Laurent Perreau es el desencuentro constante de la protaganista, adolescente malencarada que parece ocultar un triste pasado, con su solitario y excéntrico abuelo, en una de esas viejas casas solariegas que permiten numerosos posibilidades para ignorarse. Se trata de dos personajes interpretados por Michel Piccoli, uno de los grandes actores que el cine francés ha aportado al patrimonio mundial y Pauline Étienne, recien llegada al septimo arte. La incomunicación entre los dos no se explica del todo sino es a través del recurrente y socorrido salto generacional. Su glacial relación apenas experimenta cambio alguno hasta la secuencia final.
Mientras tanto la cámara se entretiene en la evolución de ambos personajes transitando mundos que apenas se rozan. Excepto en un lugar insólito e inconfesable para los dos.
El, un viejo compositor y antiguo miembro de la resistencia que entretiene sus días con una madura y hermosa dama de compañía y ella, una jóven de diecisiete años de cuyo mundo interior apenas tenemos noticias, y cuya primera sonrisa se nos regala cuando apenas nos quedan esperanzas de que algo así pueda suceder.
L. Perreau comentó que el proyecto en un principio iba a ser una trilogía, con una película sobre cada uno de los dos personajes y una tercera dónde el encuentro se hace posible... una pena que no haya sido así.
La también francesa "Le roi de l´evasion" es la asombrosa, delirante, transgresora e hilarante historia del director Alain Guiraudie, cuya serie de honrosos aciertos la convierten en necesaria, si no imprescindible. Primero, desafiar las etiquetas: habla de hombres a los que les gustan los hombres sin ser forzosamente homosexuales. En este sentido Guiraudie en la rueda de prensa mantenida el lunes calificó la película de "antisarkozy". Por encarnar el presidente francés el mundo normalizador y gris en el que vivimos que obliga a las personas a ceñirse a compartimentos cerrados de los que no se puede escapar.
Segundo, desafiar tabús: cómo es el deseo entre personas de edades marcadamente distintas, incluida la eufemísticamente llamada "tercera edad". "La ley del deseo no obedece necesariamente a las leyes de la ofertas y la demanda ni a la lógica del supermercado", subrayó el director. Tercero, y tan o más importante que lo anterior: cuestionar el mito del placer sexual asociado a coito y por tanto a la satisfacción inmediata. Guiraudie se refirió al mensaje de Platón en el que Sócrates relata la noche de amor más perfecta de su vida dónde el sexo apenas estuvo presente.
Cuarto y aun más virtuoso si cabe: situar todo esto en un escenario rural, de personajes sencillos, que no son guapos ni feos, sino de una humanidad que suscita la empatía inmediata. Desmontando de un "plumazo" el mundo homosexual asociado a la burguesía aseada y atractiva.
Quinto y último: desmitificar el amor como algo grave y serio y el sexo como algo marginal para convertirlo en algo estupendo y alegre.
Atención al monólogo final de uno de los actores secundarios, es oro en estado puro.
Eramos pocos y llegaron Mathias Muller y Cristoph Girardiet... uno de los ciclos más reveladores de este 47 Festival de Cine de Gijón estructurado en tres partes y finalizado este pasado lunes ha sido sin duda dedicado al realizador alemán Mathias Muller y su colaborador Cristoph Girardiet. Trabajo el suyo sólo explicable en el contexto legal alemán, que autoriza a manipular materiales ajenos para fines artísticos. Permitiendo así manejar amplios referentes culturales pero sobretodo dar nueva vida a imágenes procedentes de otros films. En definitiva, restituyendo su carácter simbólico y su potencia universal.
Su devoción por la apropiación, reconstrucción y reutilización de materiales de archivo es, desgraciadamente para muchos. impensable hoy por hoy en el marco español por los implacables derechos de autor.
La desmemoria, el paso del tiempo, la niñez y su inocencia, el manejo de estereotipos femeninos por la factoría de Hollywood durante los 50 y 60, son tratadas con peculiares estrategias de edición, oníricas y poéticas unas, asociativas o eróticas otras, en películas de culto como "Home stories", "Play", o "Album", por este tandem de dj´s audiovisuales a los que por primera vez se les dedica en España un retrospectiva más que merecida.
Según contaron ellos mismos durante la rueda de prensa que celebraron el pasado domingo, la necesidad de tomar prestadas las imágenes de otros parte del continuo bombardeo al que somos sometidos desde que se inventa la televisión. Se trata pues, no sólo de un ejercicio de estilo, sino también de una actitud que busca reformular y reconstruir todo aquello pensado para ser "simplemente" consumido.
Provocadora propuesta que independiza el lenguaje cinematográfico de su histórica dependencia con la expresión literaria, cómo sucede con la música y la pintura que dependen de sus propios códigos.
La ausencia de estructura clásica, principio, nudo, desenlace, obliga al espectador a un ejercicio constante para imponer sentido, que para Jayasundara es clave, porque obliga a pensar. Algo a lo que en este continente europeo nos hemos deshabituado al recibir toda la información másticada. Y que este realizador considera imprescindible para poder entrar real y profundamente en lo que se nos cuenta.
Desde la primera escena, dónde vemos a un hombre caer del cielo, hasta la última se suceden secuencias inconexas, algunas parecen evocar leyendas, otras episodios históricos.
Aunque apenas hay diálogos esta fábula alucinada Se conecta con algo actualmente olvidado en Occidente que durante siglos sirvió para asegurar la transmisión de conocimiento: la tradición oral, todavía vigente en muchas partes de este planeta. En cualquier caso se trata de un relato sorprendente de imágenes inesperadas e insólitas que se sitúa en las antípodas del cine de "entretenimiento" y que cada uno podrá "configurar" libremente.
La francesa "L´insurgée" es una de las ocho películas incluidas dentro de la nueva sección competitiva del Festival llamada, Rellumes, literalmente resplandores en dialecto local, cuyo objetivo es "sumar otras ráfagas de cine independiente para completar las que ya contiene la sección oficial".
Si hay algo que rezuma en este primer largometraje de Laurent Perreau es el desencuentro constante de la protaganista, adolescente malencarada que parece ocultar un triste pasado, con su solitario y excéntrico abuelo, en una de esas viejas casas solariegas que permiten numerosos posibilidades para ignorarse. Se trata de dos personajes interpretados por Michel Piccoli, uno de los grandes actores que el cine francés ha aportado al patrimonio mundial y Pauline Étienne, recien llegada al septimo arte. La incomunicación entre los dos no se explica del todo sino es a través del recurrente y socorrido salto generacional. Su glacial relación apenas experimenta cambio alguno hasta la secuencia final.
Mientras tanto la cámara se entretiene en la evolución de ambos personajes transitando mundos que apenas se rozan. Excepto en un lugar insólito e inconfesable para los dos.
El, un viejo compositor y antiguo miembro de la resistencia que entretiene sus días con una madura y hermosa dama de compañía y ella, una jóven de diecisiete años de cuyo mundo interior apenas tenemos noticias, y cuya primera sonrisa se nos regala cuando apenas nos quedan esperanzas de que algo así pueda suceder.
L. Perreau comentó que el proyecto en un principio iba a ser una trilogía, con una película sobre cada uno de los dos personajes y una tercera dónde el encuentro se hace posible... una pena que no haya sido así.
La también francesa "Le roi de l´evasion" es la asombrosa, delirante, transgresora e hilarante historia del director Alain Guiraudie, cuya serie de honrosos aciertos la convierten en necesaria, si no imprescindible. Primero, desafiar las etiquetas: habla de hombres a los que les gustan los hombres sin ser forzosamente homosexuales. En este sentido Guiraudie en la rueda de prensa mantenida el lunes calificó la película de "antisarkozy". Por encarnar el presidente francés el mundo normalizador y gris en el que vivimos que obliga a las personas a ceñirse a compartimentos cerrados de los que no se puede escapar.
Segundo, desafiar tabús: cómo es el deseo entre personas de edades marcadamente distintas, incluida la eufemísticamente llamada "tercera edad". "La ley del deseo no obedece necesariamente a las leyes de la ofertas y la demanda ni a la lógica del supermercado", subrayó el director. Tercero, y tan o más importante que lo anterior: cuestionar el mito del placer sexual asociado a coito y por tanto a la satisfacción inmediata. Guiraudie se refirió al mensaje de Platón en el que Sócrates relata la noche de amor más perfecta de su vida dónde el sexo apenas estuvo presente.
Cuarto y aun más virtuoso si cabe: situar todo esto en un escenario rural, de personajes sencillos, que no son guapos ni feos, sino de una humanidad que suscita la empatía inmediata. Desmontando de un "plumazo" el mundo homosexual asociado a la burguesía aseada y atractiva.
Quinto y último: desmitificar el amor como algo grave y serio y el sexo como algo marginal para convertirlo en algo estupendo y alegre.
Atención al monólogo final de uno de los actores secundarios, es oro en estado puro.
Eramos pocos y llegaron Mathias Muller y Cristoph Girardiet... uno de los ciclos más reveladores de este 47 Festival de Cine de Gijón estructurado en tres partes y finalizado este pasado lunes ha sido sin duda dedicado al realizador alemán Mathias Muller y su colaborador Cristoph Girardiet. Trabajo el suyo sólo explicable en el contexto legal alemán, que autoriza a manipular materiales ajenos para fines artísticos. Permitiendo así manejar amplios referentes culturales pero sobretodo dar nueva vida a imágenes procedentes de otros films. En definitiva, restituyendo su carácter simbólico y su potencia universal.
Su devoción por la apropiación, reconstrucción y reutilización de materiales de archivo es, desgraciadamente para muchos. impensable hoy por hoy en el marco español por los implacables derechos de autor.
La desmemoria, el paso del tiempo, la niñez y su inocencia, el manejo de estereotipos femeninos por la factoría de Hollywood durante los 50 y 60, son tratadas con peculiares estrategias de edición, oníricas y poéticas unas, asociativas o eróticas otras, en películas de culto como "Home stories", "Play", o "Album", por este tandem de dj´s audiovisuales a los que por primera vez se les dedica en España un retrospectiva más que merecida.
Según contaron ellos mismos durante la rueda de prensa que celebraron el pasado domingo, la necesidad de tomar prestadas las imágenes de otros parte del continuo bombardeo al que somos sometidos desde que se inventa la televisión. Se trata pues, no sólo de un ejercicio de estilo, sino también de una actitud que busca reformular y reconstruir todo aquello pensado para ser "simplemente" consumido.