Claroscuros del Festival de Cine Global Dominicano

por © Frank Padrón (S.Domingo)-NOTICINE.com
Merengue en la clausura del festival
Merengue en la clausura del festival


Con la proyección del documental "Sol Caribe" (2009), de Félix Limardo, finalizó el domingo pasado tras cinco días de intensas actividades la tercera edición del Festival de Cine Global dominicano, que promueve historias personales dentro de perspectivas mucho más amplias, dejando en todos los invitados y participantes la convicción de que esta franja del Latinoamérica bañada por el mar da pasos cada vez más firmes en lo que a cultura cinematográfica se refiere.

El cierre, sin embargo, desafinó un tanto: si bien se trata de un gráfico testimonio de la gira emprendida recientemente por varios de los más importantes cultores del merengue, género como se sabe emblemático de la música  en República Dominicana la vez que reflexiona sobre este mediante artistas e investigadores, lo hace siempre desde una perspectiva más turística que propiamente cinematográfica, por lo cual acusa graves errores de edición, fotografía, narrativa y dirección en general.

Como habíamos comentado, tampoco el film de inauguración fue muy acertado que digamos: el norteamericano "Touched" (2009), de Dan Niera, historia de madre esquizoide con hija presuntamente lisiada que del interesante estudio de caracteres que promete en sus inicios, deviene convencional melodrama con todos los clisés y efectismos propios de ese subgénero, si bien cuenta con sólidos actores (buena parte de ellos presentes en el festival).

Claro, estos patinazos no llegaron a empañar el, en términos generales, el (¿ por qué no decirlo?) exitoso evento, que como se ve es aún muy joven y sin embargo ya convoca a gente del medio procedente de todas partes del mundo, y en el que acaba de concluir agregó a su agenda el Premio del Público, el concurso de cortos locales, homenajes (al actor norteamericano Omar Sharif y a la realizadora venezolana Margot Benacerraf, auténticas leyendas en sus respectivas profesiones) y una variopinta faceta teórica que contó con una clase magistral, dos talleres y 7 paneles profesionales para los que fueron convocados prestigiosos expertos de varios países, incluyendo por supuesto la sede.

La tecnología como herramienta del desarrollo (Cómo iniciar un Cineclub), Preservación y restauración de films, Media, entretenimiento y cine digital, Música en TV y películas, Internet: ¿amigo o enemigo?, ¿Son los cineastas agentes de cambio social? o Distribución cinematográfica y otras fuentes potenciales de facturación fueron algunos de ellos, que contaron con entusiastas receptores también de diversas procedencias y nacionalidades.

En cuanto a lo propiamente fílmico, el festival no es (por lo menos aún) propiamente competitivo, si exceptuamos el concurso de cortos que, por cierto, estimula generosamente al ganador (entre los regalos aparece un taller en nuestra Escuela de San Antonio de los Baños libremente elegido por el cineasta) mas exhibe una diversa y representativa vitrina de lo mejor que en el minuto actual suena en la arena fílmica, de modo que pudo apreciarse desde lo último de Almodóvar o los hermanos Dardenne hasta documentales de no poco impacto –producción como se sabe poco favorecida en encuentros de este tipo— pasando por la tampoco muy favorecida labor del área, incluyendo como decíamos la propia República Dominicana.

Del país anfitrión no sólo pudo apreciarse muy notables cortos, sino el largo de ficción "La soga" (2009), de Josh Crook, que repletó las salas donde fue exhibida, prueba de que como ocurre entre nosotros, el público dominicano valora y estima su cine.  

Discreta en términos artísticos, la cinta discursa en torno a la corrupción policial en el país con destacables aciertos en la dirección de actores y el montaje. Era evidente para este film el tan anunciado lauro de la popularidad mas, por razones desconocidas, no se hizo público en la ceremonia de clausura.

A propósito de esta, también resultó un desacierto el cierre con el documental. Otra falencia fue no programar el corto ganador, se dijo que por razones de horario, en lo que el festival debe en términos generales aprender otra lección: la puntualidad, ausente en casi todas las actividades.

Son detalles que deberá valorar la Comisión Organizadora para futuras ediciones, aunque siendo justos ya puede anotarse algunos logros significativos, como el hecho de extender el evento más allá de la capital: provincias importantes como Santiago, Puerto Plata, Nagua y Cap Cana resultaron entusiastas subsedes que, fuera del festival, se incorporan al objetivo mucho más abarcador de quienes dirigen el audiovisual en el país caribeño: cimentar y fomentar una cultura cinematográfica que comience por los hábitos de asistir a las salas, lo cual aún no ofrece resultados muy halagadores, como pudimos comprobar.

En ello desempeña un papel fundamental la labor de la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode), principal auspiciadora del Festival, cuyo presidente honorífico es el propio presidente de la República, Leonel Fernández, quien lo fue del festival y demostró con su reiterada presencia en actividades del mismo su interés por esa línea de auge en una cultura cinematográfica participativa y popular.