Joao Pedro Rodrigues se aproxima al alma femenina en Gijón con "Morrer como un homem"

por © Mónica Boullosa (Gijón)-NOTICINE.com
'Morrer como un homem'
'Morrer como un homem'
"Godard lo hacia bien...tambien Robert Bresson.... He visto mucho cine, pero no me interesa perseguir un estilo. Creo que el lenguaje cinematográfico es más que eso, es el resultado de un experimento", respondió el portugués Joao Pedro Rodrigues este viernes en el Festival de Gijón, dejando que cada palabra respirase después de pronunciarla. El director de "Morrer como un homem", película envolvente dónde el drama se deja penetrar por la comedia empleando lenguajes plásticos tan distintos como la pintura renacentista o el cine musical, hizo muchas entrevistas con la colaboración de un amigo periodista para entender lo que sucede dentro de la piel de una "drag queen". Ya van tres largometrajes con la presencia  de ese mundo en sus narraciones pero no se considera un cineasta de género LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales).

También hay sexo en sus películas. Pero nada que tiene que ver con el porno, sino con la contemplación de la intimidad. Su puesta en escena está tan cuidadosamente elaborada como un cuadro naturalista, o como la textura de un grabado dónde se puede apreciar el tacto de un cabello.

Su estructura esta liberada de servidumbres estéticas o morales. No juzga, describe. Muestra los pliegues de la fatalidad que rodea a sus personajes.  Pero rodeándolo de pasión e iconografía en un homenaje a ese mundo marginal que aquí es elevado a su dimensión más humana y mítica.

La inevitable comparación con el manchego (le llaman "el Almodóvar luso") tratándose de un festival español no le convence, aunque los lugares comunes en algunas escenas pueden causar asombro. Quizá porque su búsqueda sea distinta aunque ambos bucean en las mismas aguas. Memorable descubrimiento procedente de un país tan cercano y tan lejano para nosotros como Portugal, a cuya capital  también rinde tributo este orfebre del cine que es Joao Pedro Rodrigues.

El documental de Romuald Karmakar "Villalobos", llegado de un contexto tan distinto como la escena de la música eléctrónica en Berlín, posee elementos comunes con "Morrer como..." . Porque ambas películas fijan su mirada en personajes que dedicados al espectáculo pero buscando y proporcionando informaciones muy distintas. La investigación que este director alemán  ha realizado  se aproxima a la dimensión etnográfica mientras entrevista y observa al celebrado dj chileno alemán Ricardo Villalobos.

Gracias a una cierta voluntad didáctica y en tiempo real, (apenas hay cortes en esta sucesión de planos secuencias), por fín muchos entendemos que diablos es un altavoz, como se puede descomponer el bolero de Ravel en mil pedazos de sonido y volverlo a mezclar, o incluso que es un sistema de modulación.  

Parte de su magnetismo reside en el hecho de que se ha filmado muy poco sobre ese fenómeno que es la música electrónica y su lenguaje. Pero la decisión de Karmakar, que ya lleva dos trabajos más sobre este asunto, es muy concreta. Si en su primer documental fue la Love Parede de Berlín, y en su  segundo fue la escena electrónica austriaco germana, esta vez deja que su cámara en mano se quede como pasmada en el mismo lugar durante largos minutos en los que un Villalobos sudoroso y en movimiento continúo se pasea por los principales pistas de la electrónica europea, Berlín, Sonar, y el ibicenco night club de culto mundial Privilege. Especialmente indicado para mentes inquietas.