Los "Piratas del Caribe" encuentran buen puerto en Cannes

por © E.E. (Cannes)-NOTICINE.com
Depp y Cruz, en rueda de prensa (Foto: Soto)
Depp y Cruz, en rueda de prensa (Foto: Soto)


Cannes es un gran iceberg hecho de celuloide y ahora de pixeles, cuya parte visible son las sesudas secciones que provocan excitación rayana en lo sexual en los críticos, y luego está el mercado, el "business", que impregna y se cuela cuando puede en las alfombras rojas huyendo de ese sótano y de esas suites de los hoteles donde reina. Un buen ejemplo lo tenemos con la cuarta entrega de "Piratas del Caribe", convertida en fenómeno mediático del festival este sábado.

Lo más cerca que uno ha estado de los piratas de verdad, o sea los de las películas, fue precisamente aquí, en Cannes, cuando durante unos cuantos años en el puerto pesquero-deportivo de la ciudad estuvo amarrado el espléndido galeón que Polanski se pagó para su mediocre "Piratas", el cual era atractivo turístico de primer nivel, una replica muy estimable de los navíos de la edad de oro del filibusterismo. Luego lo quitaron (ni idea de donde puede estar ahora...) y la relación entre ciudad y festival desde entonces con la piratería se ha limitado a la actitud de algunos productores y negociantes de escasa catadura moral y -por supuesto- "Piratas del Caribe", la saga del hasta hace poco indestructible Bruckheimer cuya cuarta entrega (prólogo de una quinta que se avizora en el horizonte) se ha presentado este sábado fuera de concurso.

"En mareas misteriosas", donde junto al director de las tres partes previas, Gore Verbinski, tampoco están la pareja Keira Knightley-Orlando Bloom (sin que se explique muy bien por qué), la principal novedad es la llegada de la diva española Penélope Cruz, a la que el nuevo realizador, Rob Marshall, ya había tratado en la deficiente "Nine".

Este cuarto capítulo no ha apasionado a los cronistas, salvo a los muy fieles a una saga que hace rato se volvió redundante y ahora incluso pierde en espectacularidad (a pesar del reluciente 3D de Disney). Pero, seamos realistas, eso importa muy poco. El productor Jerry Bruckheimer no trae aquí a su flota pirata en busca de unos comentarios críticos elogiosos, sino de los flashes y los objetivos de la prensa internacional, o sea de publicidad a bajo coste, de una promoción que sabe será universal.

Sobre el tema de la crítica, Johnny Depp, el eternamente "colocado" Jack Sparrow, decía este sábado en rueda de prensa: "Siempre he temido a los críticos... en verdad me espantan", para añadir que en el fondo los que de verdad le preocupan son los que tiene en casa, o sea su mujer y sus hijos: "Mi familia ha visto más veces mis películas que yo. Se han comportado angelicalmente en este proceso, porque comencé de manera secreta a probar los personajes con ellos para ver cuáles serían sus reacciones. Cuando mi hija era pequeña, jugábamos con sus muñecas y yo comenzaba a imitar voces para ver su reacción. Al final me decía: 'ya para...' ".

El actor norteamericano afincado en Europa aludió a que había hecho muchas películas antes de esta saga que fueron considerados fracasos. Y ahora no se siente culpable por ser rico y famoso gracias a Sparrow. "Si la gente se cansa de estas películas o algo parecido, ahí será cuando dejen de hacerse, imagino. Si el público quiere más, yo estoy dispuesto".

En esta cuarta entrega de "Piratas del Caribe" se busca la fuente de la eterna juventud, pero la española Penélope Cruz, que filmó la cinta embarazada (aunque negándolo públicamente hasta que su barriguita se hizo muy evidente y su hermana tuvo que sustituirla en planos generales), aseguró que a sus 37 años, aún celebra como hecho gozoso cada uno de sus cumpleaños: "Siempre los espero. Quizás porque soy de España, veo la edad de una forma diferente a como lo haría si fuese de Los Angeles".

"Piratas del Caribe: En mareas misteriosas" se estrenará la semana próxima en la mayor parte del mundo.

 

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