Terrence Malick tampoco quiere recoger su premio en San Sebastián
- por © Redacción-NOTICINE.com
No acudió a Cannes ni a presentar la película ni a recibir la consiguiente Palma de Oro, que acabó en manos de sus productores. Ahora, el "tímido" realizador norteamericano Terrence Malick tampoco piensa viajar a San Sebastián, cuyo certamen debía ser el marco de la entrega por parte de la Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica (FIPRESCI) de su premio a la mejor película del año, siempre por "El árbol de la vida", cinta que ha fascinado mucho más a la crítica que al público.
Es el tercer año consecutivo que no es su receptor "oficial" quien asiste a la entrega (los anteriores no viajaron ni Michael Haneke ni Roman Polanski), lo cual ciertamente desluce un premio que tiene su principal razón de ser en homenajear a un director y a su obra. En este 2011 lo contrario hubiera sorprendido, porque Malick elude no sólo defender sus película en los festivales, sino que casi nunca concede entrevistas promocionales ni permite (lo impone en sus contratos) que se distribuyan fotos suyas durante el rodaje con el material de prensa.
No obstante, no hay que tomarse la actitud del autor de "La delgada línea roja" como un desprecio. Al menos ha remitido una nota a la entidad que le honra y al festival donostiarra diciendo: "Es reconfortante descubrir tantos corazones generosos que nos dan ánimos para seguir adelante a mí y a todos aquellos que trabajan conmigo".
Pese a estar protagonizada por figuras taquilleras como Brad Pitt y Sean Penn, la poética y existencialista "El árbol de la vida" ha sido un fracaso comercial en toda regla. Costó 32 millones de dólares (presupuesto elevado para un film independiente y "de autor") y recaudó en todo el mundo 39, de los que sólo 12,5 correspondieron a los Estados Unidos.
Malick, cuyo galardón se entregará en la gala inaugural del Festival de San Sebastián el próximo 16 de septiembre, fue ya agraciado esa vez con un premio oficial, la Concha de Oro, en 1974, por "Malas tierras". Ahora prepara su siguiente película (la sexta en sus más de cuatro décadas de cineasta), que no lleva título por ahora.
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Es el tercer año consecutivo que no es su receptor "oficial" quien asiste a la entrega (los anteriores no viajaron ni Michael Haneke ni Roman Polanski), lo cual ciertamente desluce un premio que tiene su principal razón de ser en homenajear a un director y a su obra. En este 2011 lo contrario hubiera sorprendido, porque Malick elude no sólo defender sus película en los festivales, sino que casi nunca concede entrevistas promocionales ni permite (lo impone en sus contratos) que se distribuyan fotos suyas durante el rodaje con el material de prensa.
No obstante, no hay que tomarse la actitud del autor de "La delgada línea roja" como un desprecio. Al menos ha remitido una nota a la entidad que le honra y al festival donostiarra diciendo: "Es reconfortante descubrir tantos corazones generosos que nos dan ánimos para seguir adelante a mí y a todos aquellos que trabajan conmigo".
Pese a estar protagonizada por figuras taquilleras como Brad Pitt y Sean Penn, la poética y existencialista "El árbol de la vida" ha sido un fracaso comercial en toda regla. Costó 32 millones de dólares (presupuesto elevado para un film independiente y "de autor") y recaudó en todo el mundo 39, de los que sólo 12,5 correspondieron a los Estados Unidos.
Malick, cuyo galardón se entregará en la gala inaugural del Festival de San Sebastián el próximo 16 de septiembre, fue ya agraciado esa vez con un premio oficial, la Concha de Oro, en 1974, por "Malas tierras". Ahora prepara su siguiente película (la sexta en sus más de cuatro décadas de cineasta), que no lleva título por ahora.
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