Hablamos con los autores de "Los dueños", ganadora de una mención en la Semana de la Crítica de Cannes

por © Jon Apaolaza (Cannes)-NOTICINE.com
Radusky celebra la acogida de su opera prima en Cannes


Dialogamos en exclusiva con los cineastas argentinos Agustín Toscano y Ezequiel Radusky, que acaban de obtener con su opera prima, "Los dueños", primer film rodado en Tucumán en décadas, una mención especial del jurado de la Semana de la Crítica en Cannes. Compartieron con NOTICINE.com su alegría y orgullo por haber podido participar y ser reconocidos en el primer certamen del mundo.

- ¿Cómo definirían "Los dueños"?

A.Toscano: Escribimos una película sobre una familia del campo, en el norte argentino, que tiene una finca, y la tiene un poco abandonada, por lo cual sus empleados sistemáticamente les usan todos los bienes que tienen en su finca, sin su autorización, en secreto, y con una técnica bien desarrollada para enterarse cuando viene alguien. En la primera media hora vamos conociendo a esos peones del campo y esos patrones, y son bien diferentes en principio, pero después la película te los va acercando, y mostrando que esos dos mundos aparentemente alejados son similares, y que así como los peones ocultan su usurpación de la casa, los dueños también tienen cosas guardadas que se van desvelando. De eso trata la película.

- Ustedes han escrito y dirigido varias obras de teatro. ¿Cómo y por qué decidieron pasarse al cine?
E. Radusky: Desde nuestros inicios en el teatro, el objetivo macro era hacer una película, sólo que hacerlo en el norte de la Argentina es prácticamente imposible. Esta es la primera que se hace en Tucumán en 30 años. Es la primera que gana un concurso del INCAA (Instituto del Cine argentino) y que llega a un festival. Fuimos haciendo teatro, un teatro tendiente a lo cinematográfico en lo narrativo y en la técnica de actuación, desde el guión básicamente. En algún punto ha sido un paso natural para nosotros. La última obra que hicimos ya el público nos decía: "Sentimos que habíamos visto una película", y un colega teatrista argentino nos decía: "O ustedes se dedican al cine o en el teatro ya no les queda mucho que hacer". El había visto varias obras nuestras y creía que tenían mucho de cine.

A.T.:
Tiene que ver lo que está pasando con que habíamos pensado primero hacerla como obra de teatro, pero había muchos elementos muy complicados para hacerla en un escenario. Esta vez queríamos hacer algo en el campo, y pensábamos que se podía hacer en teatro pero no tardamos ni seis meses en pensar que sería mucho mejor hacerlo filmado, con un punto de vista más móvil y hacer sentir el campo. Desde un punto de vista fijo sería muy complicado. No sabíamos como resolverlo teatralmente. Y la verdad es que somos mucho más cinéfilos que espectadores de teatro. Sabíamos que iba a quedar mejor como película.

- Son muchas las películas a las que se acusa, incluso sin antecedentes de escenario en sus autores, de ser demasiado "teatrales". ¿Cómo lograron evitar esto en "Los dueños"?
E.R.: Sorpresivamente hasta para nosotros, creo que hemos anulado perfectamente lo teatral. Sí tiene de teatral el modo de coordinar el equipo, el modo de trabajar la escena, el modo de generar que todo el equipo sea una familia y adore el proyecto, como cuando uno ensaya un año y medio una obra. En cuando a la actuación hemos trabajado tres años casi desde que se ganó el concurso del Instituto del Cine, para borrar a nuestros actores de teatro todo lo que tendrían de teatral en la actuación. Ha sido muy bueno porque nadie nos ha hecho ninguna acusación de ese tipo. Todo el mundo ha coincidido en que era una película, película...

A.T.:
... Con el agregado de lo que decíamos antes de que siempre en el teatro nuestra óptica y estética eran muy de cine.

- Carlos Marx definió en el siglo XIX el concepto de "lucha de clases". Su película puede tener algo que ver con eso... ¿O creen que ese principio ya quedó obsoleto?
A.T.: Es obsoleto. En cuanto al conflicto de clases estamos en una idea más bien de borrarlo, porque si bien las clases sociales son algo que existe y sobrevuelan por encima, nos damos cuenta de que existe mucho el gris, el medio, el punto en que uno es las dos cosas a la vez, es de dos clases a la vez, o puede serlo, y sí tratamos de pensar que al principio de la película uno piensa que la lucha de clases y sobre todo la distancia entre ellas es enorme, pero la película las va acercando, y al final la mayoría de los espectadores asume que vivimos como en un mundo quizás un poco más blando que cuando Marx nos lo definió.

E.R.: Lo interesante de ser dos directores es que muchas veces tenemos puntos de vista diferentes. Para mí la lucha de clases existe, pero preferimos redefinirlo como más que lucha, una relación de clases. En Latinoamérica sobre todo, o quizás en realidad en América entera, porque uno viene a Europa y acá no se ve tanta diferencia, aparentemente hay un estado de bienestar general, con la gente comiendo y vistiendo más o menos bien, pero en América del Norte y sobre todo en el sur hay una diferencia evidente, pero están muy relacionadas. La gente más pobre de Tucumán son sirvientes de los ricos de Tucumán. Pero al mismo tiempo, los más ricos podrían haber sido repobres y han pegado un salto por A o por B. Por eso hemos redefinido el principio y tras arduas discusiones, llegamos a la conclusión de que no trabajábamos la lucha de clases sino la relación, y eso es lo que pasa en "Los dueños".

- ¿Cómo han vivido ustedes en lo personal esta presencia en Cannes y la mención recibida?

A.T.: Esto no es sólo algo personal, sino también muy importante para la provincia entera de Tucumán, una revolución cultural muy importante. En la tapa del diario de nuestra ciudad se publicó el día que estrenamos en Cannes: "Llegó el gran día". No eramos sólo nosotros, era Tucumán. Fue un orgullo, una alegría increible, y además una posibilidad, una puerta que se abre no sólo para nosotros, sino para otros después. Tenemos esa sensación de que ahora tenemos que aspirar a lo mismo y a algo más alto, a pesar de que fue muy alto el salto desde los veinte espectadores de nuestra última obra a cientos de espectadores acá en Cannes. Los últimos cinco años hemos estado esperando esto. Nunca perdimos la esperanza.

E.R.: La reacción de los espectadores a la película ha sido muy buena. Para nosotros ha sido muy hermoso poder generar humor. El humor siempre queda, sobre todo si no sale del chiste sino de la situación, y un humor que nos rescata de alguna manera de la tensión que se está generando en la escena. La reacción ha sido para mí muy buena. Es hermoso tener una audiencia de 350 personas que en determinado momento se muere de risa... Pensamos que algo hemos hecho bien...

A.T.: ... Además fue muy interesante en este estreno en particular que hubiera gente de todo el mundo, con doble subtítulo en francés e inglés en la copia, más los diálogos generales en español. Tres lenguajes puestos ahí para comunicar. Por ejemplo había gran parte de las cosas más verbales ante las que se reía una parte de la audiencia que entendía el español, y en otra parte los que leían los subtítulos... Era como vivir una cosa muy loca. No podíamos parar de codificar lo que le pasaba a la gente, fue muy bueno...

- ¿Y ahora qué van a hacer?
E.R.: En realidad teníamos dos historias, pero hemos decidio seguir con una y dejar la otra para después. Es un proyecto que es una nueva meta. La última obra tenía unas ciertas edades, hasta 30 años, y en la película quisimos trabajar con gente de 40 y pico, adultos. Ahora queremos trabajar con niños y adolescentes y hacer una película quizás que sea la más autorreferencial, que va a tratar sobre una historia que se va a desarrollar en un campamento donde se practica el gobierno estudiantil, en donde casi no hay adultos, y se organiza un "juego del zorro", donde hay cuatro personas elegidas por el último curso, que van encapuchas y hacen cosas para fastidiar a la gente, y el resto del colegio tienen que descubrirlos. Se forman unas batallas campales increíbles y se va a trabajar mucho la violencia en algún punto. Ya que en Argentina es imposible que se puedan hacer películas de género belico, vamos a intentar usar un "timing" bélico y de acción, pero trasladado a algo de nuestra talla, digamos...