OPINIÓN: ¿Demasiados festivales en España?
- por © NOTICINE.com
27-II-04
Por Jon Apaolaza (*)
Es una cantinela que no por ya escuchada en tertulias o comentarios privados deja de sonar mal cuando se dice en público. "Hay demasiados festivales de cine", afirmaba este jueves en Madrid el portavoz de la Entidad de Gestión de Derechos de los Productores Audiovisuales, Fernando González Olivares, al presentar el libro "Panorama Audiovisual 2003" editado por EGEDA, para añadir a continuación que sólo deberían existir "tres o cuatro".
Bien, de entrada, decir que sobran festivales es como sostener que sobran políticos o partidos de fútbol, o sea, algo más bien demagógico. Lo que choca es que esto lo diga un representante de los productores, que son a la sazón unos de los principales beneficiarios -e impulsores- de los certámenes cinematográficos. No olvidemos que además de que la entidad que regula muchos de los más importantes es precisamente la FIAPF (Federación Internacional de Asociaciones de Productores de Films), ahora presidida por el español Andrés Vicente Gómez, los festivales importantes son una plataforma promocional generalmente reconocida para las películas. Es decir, que pueden muchas veces hacerles ganar más dinero a los socios de EGEDA, como bien podría contarle el presidente de su entidad, Enrique Cerezo, cuya película "Juana la loca", un éxito comercial, se lanzó justamente en el Festival de San Sebastián, con premio para su protagonista.
Se le olvida al director adjunto de EGEDA que poner en marcha un festival es una actividad cultural tan libre como montar una exposición o plantar una escultura en mitad de una plaza. En gran medida, los certámenes fílmicos, incluso los más modestos, cumplen una importante labor de difusión del cine. Los de cortometrajes dan a conocer a los cineastas del mañana y con sus premios ayudan a financiar nuevos cortos, y los demás llevan al público muchos títulos que por su origen, nacionalidad o temática nunca podrán ver en los multicines del centro comercial más próximo.
Insisto, decir que hay demasiados festivales es como sostener que es desmedido el número de equipos de fútbol en el territorio español. Claro, es cierto, numericamente salen muchos... ¿Pero cuántos y según qué criterios son realmente importantes? y, ¿Quien expide el certificado del que debe o no debe existir? En un afán concretizador, González Olivares ha dicho que bastan con tres o cuatro festivales, pero -por supuesto- no se ha atrevido a decir cuáles.
Naturalmente, los productores que son socios de EGEDA tienen todo el derecho a participar o no en determinados festivales, pero no a descalificar a una mayoría. Porque, ¿a quien quitamos? Consideremos los festivales más importantes que se celebran en España: Claro, San Sebastián, el número uno, es indiscutible. La Seminci de Valladolid la dejamos por tradición y prestigio. No podemos olvidar a Huelva, a pesar de sus altibajos, por tener gran eco en América Latina... Y aquí empieza el terreno pantanoso. Si son cuatro en lugar de tres podríamos seguir celebrando el de Málaga, que al fin y al cabo es de cine español, aparte de disfrutar del segundo mayor presupuesto. Pero ojo, se queda fuera Sitges... ¡Y como se van a poner los catalanes si quitamos Sitges!. Valencia tiene dos, Gijón uno muy respetado, Sevilla otro, Las Palmas, Huesca, Alcalá, Lleida... Sí, pueden ser muchos, pero no demasiados (que miren cuántos hay en Francia), por el mismo motivo que no hay demasiadas tiendas. Las que sobran, el tiempo las borra del mapa. Festival que no tiene público, apoyo institucional o interés, desaparece solo, y hay unos cuantos ejemplos. Incluso diría que todavía podrían existir más, siempre que llenen un hueco por su especialización. Toronto es un festival muy joven, y nadie duda que está ya bastante por delante de San Sebastián, a pesar de la veteranía de éste.
Este jueves, el señor González Olivares tenía la tijera muy ligera. También dijo que se hacían demasiadas películas en España. Pues mire por donde, ahí sí su entidad de productores tiene responsabilidad, porque son quienes las hacen, así que aplíquense el cuento los primeros y organicen su casa antes de querer acabar con las ajenas.
(*): Jon Apaolaza ha participado durante más de una década en la organización de festivales españoles como Huelva y Huesca, además de colaborar con otros en América Latina. Es también fundador y director de NOTICINE.com
Por Jon Apaolaza (*)
Es una cantinela que no por ya escuchada en tertulias o comentarios privados deja de sonar mal cuando se dice en público. "Hay demasiados festivales de cine", afirmaba este jueves en Madrid el portavoz de la Entidad de Gestión de Derechos de los Productores Audiovisuales, Fernando González Olivares, al presentar el libro "Panorama Audiovisual 2003" editado por EGEDA, para añadir a continuación que sólo deberían existir "tres o cuatro".
Bien, de entrada, decir que sobran festivales es como sostener que sobran políticos o partidos de fútbol, o sea, algo más bien demagógico. Lo que choca es que esto lo diga un representante de los productores, que son a la sazón unos de los principales beneficiarios -e impulsores- de los certámenes cinematográficos. No olvidemos que además de que la entidad que regula muchos de los más importantes es precisamente la FIAPF (Federación Internacional de Asociaciones de Productores de Films), ahora presidida por el español Andrés Vicente Gómez, los festivales importantes son una plataforma promocional generalmente reconocida para las películas. Es decir, que pueden muchas veces hacerles ganar más dinero a los socios de EGEDA, como bien podría contarle el presidente de su entidad, Enrique Cerezo, cuya película "Juana la loca", un éxito comercial, se lanzó justamente en el Festival de San Sebastián, con premio para su protagonista.
Se le olvida al director adjunto de EGEDA que poner en marcha un festival es una actividad cultural tan libre como montar una exposición o plantar una escultura en mitad de una plaza. En gran medida, los certámenes fílmicos, incluso los más modestos, cumplen una importante labor de difusión del cine. Los de cortometrajes dan a conocer a los cineastas del mañana y con sus premios ayudan a financiar nuevos cortos, y los demás llevan al público muchos títulos que por su origen, nacionalidad o temática nunca podrán ver en los multicines del centro comercial más próximo.
Insisto, decir que hay demasiados festivales es como sostener que es desmedido el número de equipos de fútbol en el territorio español. Claro, es cierto, numericamente salen muchos... ¿Pero cuántos y según qué criterios son realmente importantes? y, ¿Quien expide el certificado del que debe o no debe existir? En un afán concretizador, González Olivares ha dicho que bastan con tres o cuatro festivales, pero -por supuesto- no se ha atrevido a decir cuáles.
Naturalmente, los productores que son socios de EGEDA tienen todo el derecho a participar o no en determinados festivales, pero no a descalificar a una mayoría. Porque, ¿a quien quitamos? Consideremos los festivales más importantes que se celebran en España: Claro, San Sebastián, el número uno, es indiscutible. La Seminci de Valladolid la dejamos por tradición y prestigio. No podemos olvidar a Huelva, a pesar de sus altibajos, por tener gran eco en América Latina... Y aquí empieza el terreno pantanoso. Si son cuatro en lugar de tres podríamos seguir celebrando el de Málaga, que al fin y al cabo es de cine español, aparte de disfrutar del segundo mayor presupuesto. Pero ojo, se queda fuera Sitges... ¡Y como se van a poner los catalanes si quitamos Sitges!. Valencia tiene dos, Gijón uno muy respetado, Sevilla otro, Las Palmas, Huesca, Alcalá, Lleida... Sí, pueden ser muchos, pero no demasiados (que miren cuántos hay en Francia), por el mismo motivo que no hay demasiadas tiendas. Las que sobran, el tiempo las borra del mapa. Festival que no tiene público, apoyo institucional o interés, desaparece solo, y hay unos cuantos ejemplos. Incluso diría que todavía podrían existir más, siempre que llenen un hueco por su especialización. Toronto es un festival muy joven, y nadie duda que está ya bastante por delante de San Sebastián, a pesar de la veteranía de éste.
Este jueves, el señor González Olivares tenía la tijera muy ligera. También dijo que se hacían demasiadas películas en España. Pues mire por donde, ahí sí su entidad de productores tiene responsabilidad, porque son quienes las hacen, así que aplíquense el cuento los primeros y organicen su casa antes de querer acabar con las ajenas.
(*): Jon Apaolaza ha participado durante más de una década en la organización de festivales españoles como Huelva y Huesca, además de colaborar con otros en América Latina. Es también fundador y director de NOTICINE.com