El cine francés conquista La Habana
- por © Frank Padrón (La Habana)-NOTICINE.com
22-IV-04
En su casi primera semana por los cines capitalinos, el Festival del Film Francés está obteniendo llenos considerables durante las cuatro tandas que han programado sendas salas que lo tienen como huésped ilustre; ya "El Coro", premiere y luego exhibida comercialmente, resultó una excelente carta de presentación, que sería el indudable premio de la popularidad si se encuestara a los habituales.
"El coro", ópera prima de Christophe Barratier, narra cómo la llegada de un profesor de música a una escuela y la formación de un coro cambia la vida de unos confictivos adolescentes. El film resulta un retrato humano y sensible sobre el poder no sólo de la música en el mejoramiento humano, sino del fondo noble que suele encontrarse en niños problemáticos que no han tenido una infancia feliz cuando aquel se le sabe extraer; entre las delicias de la película, además de las actuaciones (los adolescentes en pleno, elegidos para la ocasión, y un seguro y carismático Gérard Jugnot), figura la exquisita música, encausada en las voces blancas maravillosamente acopladas de los protagonistas. Cinta un tanto rosada, con indudables concesiones al melodrama tradicional y más de una situación previsible, sin embargo, no hay que negar la armoniosa conjugación de sus elementos.
Ya estrenada durante el festival de diciembre, "Amén", de Costa Gavras ("Z"), es una película histórica sobre el lavado de manos de la alta jerarquía católica en torno al holocausto nazi durante la II Guerra Mundial; se trata de una obra fuerte, energética, dentro de una narrativa convencional pero eficaz, que comunica sus verdades y llega al espectador, misión donde juegan roles imprescindibles el trabajo actoral (Ulrich Tukur, Mathieu Kassovitz, Ulrich Mühe...) y el montaje.
"Bienvenidos a Belleville", de Sylvain Chomet, es un largo animado que tuvo dos nominaciones para el Oscar, entre ellas la juguetona música que se suma a los atractivos de una trama donde un niño perdido y buscado por su abuela, un fiel perro y tres hermanas ancianas (que fueron realmente estrellas del "music hall" en esa ciudad durante los años 30), constituyen el eje de la historia; un peculiar sentido del humor, una labor preciosista en la animación, el coloreado y los fondos, convierten el film en una joyita.
Dos películas de y por mujeres, con tal sujeto, completan esta primera ronda de la muestra gala en Cuba: "Una parte del cielo", dirigida y escrita por Benedicte Liénard, sobre féminas resistentes a una cadena de producción que las explota en la fábrica donde trabajan, y las envía a la cárcel, es una cinta un tanto racional, diríamos hasta fría, que centra su plataforma expresiva en planos largos y un tempo dilatado, a veces, a decir verdad, innecesariamente, lo cual, si afecta en ocasiones el rumbo de la narración, no hasta el punto de impedir la conexión del espectador con el drama de estas mujeres.
La otra es "Satín rojo", debut de Raja Amari que obtuvo el premio al mejor nuevo director en Seattle y del público en Maine, además del que se otorgó en París al mejor guión original. El viejo motivo de melodrama de una madre y una hija que comparten (esta vez sin saberlo) el mismo hombre, es des-dramatizado por la realizadora, hasta un poco ironizado con un sutil guiño, y todo en el complejo mundo árabe, una comunidad asentada en Francia que no por ello renuncia a costumbres ancestrales; actuaciones notorias y una bien armada puesta en pantalla, caracterizan el film.
Lo mejor hasta ahora se titula "Mi ídolo", que invita desde ya a seguir a su joven director, Guillaume Canet, quien también actúa y co-escribió el guión con su rival en la cinta, Philippe Lefevbre. La pasión que un brillante, pero oscuro asistente de un famoso programa televisivo, siente por el productor de la cadena, lo lleva, tras ser invitado a compartir un fin de semana con él y su esposa, a descubrir sus verdaderas intenciones, y conduce al film por un camino de extravagancias y situaciones tan absurdas como inesperadas, que encierran un riguroso estudio sobre la manipulación humana, el poder, las ambiciones que matan, y a la vez, el reverso de todo ello. Un guión original, una puesta dinámica y cohesionada, y actuaciones de primera, hacen de la cinta una fuerte candidata al premio que otorgará al final la Asociación Cubana de la Prensa Cinematográfica.
En su casi primera semana por los cines capitalinos, el Festival del Film Francés está obteniendo llenos considerables durante las cuatro tandas que han programado sendas salas que lo tienen como huésped ilustre; ya "El Coro", premiere y luego exhibida comercialmente, resultó una excelente carta de presentación, que sería el indudable premio de la popularidad si se encuestara a los habituales.
"El coro", ópera prima de Christophe Barratier, narra cómo la llegada de un profesor de música a una escuela y la formación de un coro cambia la vida de unos confictivos adolescentes. El film resulta un retrato humano y sensible sobre el poder no sólo de la música en el mejoramiento humano, sino del fondo noble que suele encontrarse en niños problemáticos que no han tenido una infancia feliz cuando aquel se le sabe extraer; entre las delicias de la película, además de las actuaciones (los adolescentes en pleno, elegidos para la ocasión, y un seguro y carismático Gérard Jugnot), figura la exquisita música, encausada en las voces blancas maravillosamente acopladas de los protagonistas. Cinta un tanto rosada, con indudables concesiones al melodrama tradicional y más de una situación previsible, sin embargo, no hay que negar la armoniosa conjugación de sus elementos.
Ya estrenada durante el festival de diciembre, "Amén", de Costa Gavras ("Z"), es una película histórica sobre el lavado de manos de la alta jerarquía católica en torno al holocausto nazi durante la II Guerra Mundial; se trata de una obra fuerte, energética, dentro de una narrativa convencional pero eficaz, que comunica sus verdades y llega al espectador, misión donde juegan roles imprescindibles el trabajo actoral (Ulrich Tukur, Mathieu Kassovitz, Ulrich Mühe...) y el montaje.
"Bienvenidos a Belleville", de Sylvain Chomet, es un largo animado que tuvo dos nominaciones para el Oscar, entre ellas la juguetona música que se suma a los atractivos de una trama donde un niño perdido y buscado por su abuela, un fiel perro y tres hermanas ancianas (que fueron realmente estrellas del "music hall" en esa ciudad durante los años 30), constituyen el eje de la historia; un peculiar sentido del humor, una labor preciosista en la animación, el coloreado y los fondos, convierten el film en una joyita.
Dos películas de y por mujeres, con tal sujeto, completan esta primera ronda de la muestra gala en Cuba: "Una parte del cielo", dirigida y escrita por Benedicte Liénard, sobre féminas resistentes a una cadena de producción que las explota en la fábrica donde trabajan, y las envía a la cárcel, es una cinta un tanto racional, diríamos hasta fría, que centra su plataforma expresiva en planos largos y un tempo dilatado, a veces, a decir verdad, innecesariamente, lo cual, si afecta en ocasiones el rumbo de la narración, no hasta el punto de impedir la conexión del espectador con el drama de estas mujeres.
La otra es "Satín rojo", debut de Raja Amari que obtuvo el premio al mejor nuevo director en Seattle y del público en Maine, además del que se otorgó en París al mejor guión original. El viejo motivo de melodrama de una madre y una hija que comparten (esta vez sin saberlo) el mismo hombre, es des-dramatizado por la realizadora, hasta un poco ironizado con un sutil guiño, y todo en el complejo mundo árabe, una comunidad asentada en Francia que no por ello renuncia a costumbres ancestrales; actuaciones notorias y una bien armada puesta en pantalla, caracterizan el film.
Lo mejor hasta ahora se titula "Mi ídolo", que invita desde ya a seguir a su joven director, Guillaume Canet, quien también actúa y co-escribió el guión con su rival en la cinta, Philippe Lefevbre. La pasión que un brillante, pero oscuro asistente de un famoso programa televisivo, siente por el productor de la cadena, lo lleva, tras ser invitado a compartir un fin de semana con él y su esposa, a descubrir sus verdaderas intenciones, y conduce al film por un camino de extravagancias y situaciones tan absurdas como inesperadas, que encierran un riguroso estudio sobre la manipulación humana, el poder, las ambiciones que matan, y a la vez, el reverso de todo ello. Un guión original, una puesta dinámica y cohesionada, y actuaciones de primera, hacen de la cinta una fuerte candidata al premio que otorgará al final la Asociación Cubana de la Prensa Cinematográfica.