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La 47 edición del Festival de Huelva acoge a la película argentina "La estrella roja", la cual compite por el Colón de Oro dentro de la sección oficial de largometrajes.  Dirigida por Gabriel Lichtman y protagonizada por Héctor Díaz y Thelma Fardín, se trata de un falso documental que combina comedia, intriga y espionaje. Sin embargo, el cineasta la define de otra manera: "Para mi es una ficción contada como un documental. Las dos partes, el público y los creadores, sabemos que estamos jugando con los límites de la ficción y la realidad".

La cinta cuenta la labor de investigación llevada a cabo por el propio Lichtmann acerca de una presunta espía internacional en busca de los nazis refugiados en Argentina. Se trata de Laila Salama, un personaje que pone en cuestión los límites entre ficción y realidad, una mujer de múltiples facetas, hija de un espía británico, destacada por su belleza y amante del mariscal Römmel.

Desde Argentina, director y actor ofrecen una rueda de prensa en remoto para el Festival de Huelva. Lichtmann recalca: "No me gusta mucho el término de falso documental, me da la sensación de estar mintiéndole a alguien. La película, conscientemente, da muchas pistas de su naturaleza ficticia, de que no es un documental y está construida como una ficción".

Héctor Díaz, interpreta al propio Lichtmann en la ficción, algo verdaderamente emocionante y todo un reto para el intérprete: "Para mí fue un placer enorme, algo muy divertido. Colocarme en el lugar de un director, experimentar cómo es interpretar a un director de cine, entender sus trabas, sus neurosis, sus paranoias y también pequeñas alegrías… Fue una paleta amplia de actuación. No me ocupé de copiar a Gabri, sino de disfrutar del papel". Entre risas, el actor recuerda también que "el primer desafío fue aprender a pronunciar su apellido".

Pese a que el papel principal recayó finalmente en Héctor Díaz, en un principio, el director se planteó interpretarse a sí mismo. "Escribí esta película con la idea de hacer algo muy pequeño y asequible, con pocos medios. No teníamos la certeza de poder contar con actores,y pensé, la hago yo. Por suerte conseguimos fondos y empecé a pensar en un elenco con el que me gustaría contar. Resultó un gran paso para el desarrolló de la película ya que, como director, dar ese paso fue muy positivo y me permitió poder conseguir una ficción contada como un documental. Cuando conseguí a Héctor, ya lo ví como una ficción", comenta el director al respecto.

El personaje de Laila Salama y el aura de misterio que la rodea es lo que convenció a Héctor a aceptar el papel. "Me parece que hay una maestría en el guión. Cuando lo recibí pensé ‘que interesante, tiene cierto humor’. Leyéndolo ya creí en la existencia de Laila Salama, y aún hoy lo hago. Lo principal no es descubrir si existió o no, sino que exista en el pensamiento y que permita contar una historia", explica el actor, admirando el trabajo de Lichtmann.

"Creo que la ficción está tan bien construida que eso hace que sea creíble y la gente dude sobre si es real o no la historia. Laila Salama es tan increíble que uno desearía que realmente exista, es uno de esos personajes que a uno le hubiese gustado que formase parte de nuestra historia", recalca el director argentino.

"Creo que la ficción está tan bien construida que eso hace que sea creíble y la gente dude sobre si es real o no la historia. Laila Salama es tan increíble que uno desearía que realmente exista, es uno de esos personajes que a uno le hubiese gustado que formase parte de nuestra historia", recalca el director argentino.

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