Alejandra Márquez Avella nos comparte su presencia en la Berlinale con "El norte sobre el vacío"
- por © Jon Apaolaza (Berlín)-NOTICINE.com
La realizadora mexicana Alejandra Márquez Avella ataca a una masculinidad tóxica, fruto -afirma- de una educación diferenciada entre niñas y niños, que obliga al heroísmo irracional en "El norte sobre el vacío", película presentada en la sección de la Berlinale. NOTICINE.com habló con ella en exclusiva.
- ¿Qué encontrarán los espectadores en su película?
La película trata sobre un hombre que se ve forzado a defender su rancho de un grupo de criminales que quiere tomarlo, básicamente. En el trámite de esto, su identidad se ve confrontada y él termina aprendiendo algo que es muy de su esencia, de su identidad.
- Dicen que se inspiró usted en un hecho real que conmocionó al país. ¿Qué cambió?
Modifiqué un montón de cosas. De hecho, decimos que se inspira en una anécdota real y yo ahondaría eso diciendo que esa una anécdota que ha sucedido millones de veces en México. Además, es el cuento fundamental de cualquier western. Todos oscilan alrededor de ese tipo de anécdotas.
- Usted critica abiertamente ese concepto machista que empuja al heroísmo irracional...
Creo que el heroísmo y la masculinidad están super relacionados. El heroísmo o la valentía son ideas que están muy vinculadas a la creación de la identidad masculina. En la película se quiere observar cómo se intenta sostener y no se consigue.
- México tiene fama por tener mujeres que son más fuertes que las de otros países, pero no llegan a ese heroísmo suicida...
Creo que no criamos de la misma forma a los niños y a las niñas. Creo que valores como el heroísmo está más asociado a los hombres y eso les hace mucho daño a los hombres. Por supuesto que hay mujeres muy heroicas, pero lo que yo quiero es cuestionar el concepto en sí mismo, a quién sirve, de qué sirve y qué significa. No hay un juicio de valor sobre si esta bien o si está mal, sino observar el daño que causa esa obligación. Cómo esa es la verdadera trampa mortal, el estar atorado en esa idea de que se tiene que ser de una forma para ser importante y valioso en el mundo.
- ¿Les resultó complicado levantar el proyecto en tiempos de pandemia y en una zona rural?
Fue un poco dramatico. Filmamos en un rancho, en un lugar lejano, y teníamos que estar yendo y viniendo todos los días. Muy intenso, un clima muy caluroso. A su vez fue muy divertido.
- ¿Cuándo se podrá ver en México?
Estamos en conversaciones con una plataforma, para bien y para mal. En ese caso ellos decidirán. Te acerca a más gente pero te aleja un poco de la experiencia cinematográfica. Creo que el cine tiene que seguir viviendo en el cine. Pero al final, las plataformas proporcionan muchas ventajas. A nivel económico compensa darles tu película. Puede parecer triste, pero es el mejor camino en términos financieros.
- Usted dirigió episodios de "Narcos". ¿Qué aprendió de esa experiencia?
Aprendí mucho, nunca había tenido acceso a tantos juguetes. Aprendí a entender cómo se filma la violencia, qué es ético y qué no lo es. Aprendí a ver como se puede ir contra un discurso que está ya planteado en el guión. Fue un rodaje muy divertido.
- ¿Es México un país tan violento como el que vemos en el cine y la TV?
La violencia no solo es una cosa, hay que entender eso. Hay violencia en todos lados, desde cómo educamos a nuestros hijos, la más evidente es quizás la que sale en el periódico, pero no solo es esa. Ejercemos continuamente actos de violencia. Tenemos que esforzarnos y observar más.
- ¿Cuáles son sus proyectos?
Estoy escribiendo una serie de televisión “La Liberación”, y tengo una película que se llama “La triste”, que cuenta la historia de mi abuela que se fue a Chicago a buscar a su marido y no lo consiguió. No ne importaría tampoco dirigir una serie o película de encargo. Es un poco como ser una turista, ir a un proyecto ajeno que hace musculo y te hace aprender y pensar.
- ¿Pero en esas condiciones se tiene libertad creativa?
Depende quien esté a la cabeza del proyecto. En “Narcos” fue muy gratificante. El showrunner tenía muchísima apertura. Es una serie que contrata cineastas para que dirijan los episodios, y no específicamente directores de televisión. Fue una experiencia muy buena y muy libre. Pero no suele ser así, suele estar todo muy homologado.
Transcripción: Alba Amestoy
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- ¿Qué encontrarán los espectadores en su película?
La película trata sobre un hombre que se ve forzado a defender su rancho de un grupo de criminales que quiere tomarlo, básicamente. En el trámite de esto, su identidad se ve confrontada y él termina aprendiendo algo que es muy de su esencia, de su identidad.
- Dicen que se inspiró usted en un hecho real que conmocionó al país. ¿Qué cambió?
Modifiqué un montón de cosas. De hecho, decimos que se inspira en una anécdota real y yo ahondaría eso diciendo que esa una anécdota que ha sucedido millones de veces en México. Además, es el cuento fundamental de cualquier western. Todos oscilan alrededor de ese tipo de anécdotas.
- Usted critica abiertamente ese concepto machista que empuja al heroísmo irracional...
Creo que el heroísmo y la masculinidad están super relacionados. El heroísmo o la valentía son ideas que están muy vinculadas a la creación de la identidad masculina. En la película se quiere observar cómo se intenta sostener y no se consigue.
- México tiene fama por tener mujeres que son más fuertes que las de otros países, pero no llegan a ese heroísmo suicida...
Creo que no criamos de la misma forma a los niños y a las niñas. Creo que valores como el heroísmo está más asociado a los hombres y eso les hace mucho daño a los hombres. Por supuesto que hay mujeres muy heroicas, pero lo que yo quiero es cuestionar el concepto en sí mismo, a quién sirve, de qué sirve y qué significa. No hay un juicio de valor sobre si esta bien o si está mal, sino observar el daño que causa esa obligación. Cómo esa es la verdadera trampa mortal, el estar atorado en esa idea de que se tiene que ser de una forma para ser importante y valioso en el mundo.
- ¿Les resultó complicado levantar el proyecto en tiempos de pandemia y en una zona rural?
Fue un poco dramatico. Filmamos en un rancho, en un lugar lejano, y teníamos que estar yendo y viniendo todos los días. Muy intenso, un clima muy caluroso. A su vez fue muy divertido.
- ¿Cuándo se podrá ver en México?
Estamos en conversaciones con una plataforma, para bien y para mal. En ese caso ellos decidirán. Te acerca a más gente pero te aleja un poco de la experiencia cinematográfica. Creo que el cine tiene que seguir viviendo en el cine. Pero al final, las plataformas proporcionan muchas ventajas. A nivel económico compensa darles tu película. Puede parecer triste, pero es el mejor camino en términos financieros.
- Usted dirigió episodios de "Narcos". ¿Qué aprendió de esa experiencia?
Aprendí mucho, nunca había tenido acceso a tantos juguetes. Aprendí a entender cómo se filma la violencia, qué es ético y qué no lo es. Aprendí a ver como se puede ir contra un discurso que está ya planteado en el guión. Fue un rodaje muy divertido.
- ¿Es México un país tan violento como el que vemos en el cine y la TV?
La violencia no solo es una cosa, hay que entender eso. Hay violencia en todos lados, desde cómo educamos a nuestros hijos, la más evidente es quizás la que sale en el periódico, pero no solo es esa. Ejercemos continuamente actos de violencia. Tenemos que esforzarnos y observar más.
- ¿Cuáles son sus proyectos?
Estoy escribiendo una serie de televisión “La Liberación”, y tengo una película que se llama “La triste”, que cuenta la historia de mi abuela que se fue a Chicago a buscar a su marido y no lo consiguió. No ne importaría tampoco dirigir una serie o película de encargo. Es un poco como ser una turista, ir a un proyecto ajeno que hace musculo y te hace aprender y pensar.
- ¿Pero en esas condiciones se tiene libertad creativa?
Depende quien esté a la cabeza del proyecto. En “Narcos” fue muy gratificante. El showrunner tenía muchísima apertura. Es una serie que contrata cineastas para que dirijan los episodios, y no específicamente directores de televisión. Fue una experiencia muy buena y muy libre. Pero no suele ser así, suele estar todo muy homologado.
Transcripción: Alba Amestoy
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