Hablamos en Cannes con Elena Martín, tras el estreno de "Creatura"
- por © Michelle Dassum (Cannes)-NOTICINE.com
La española Elena Martín estrenó su segundo film, "Creatura", que ella misma protagoniza al lado de Clàudia Dalmau, Mila Borràs, Oriol Pla, Alex Brendemühl y Clara Segura, en la Quincena de los Realizadores de Cannes. En él narra la historia de Mila y su pareja, que se mudan juntos a un pueblo de la Costa Brava. Tras una primera discusión Mila empieza a advertir que la pérdida de su deseo proviene de un lugar profundo y lejano pero propio. Sola en su casa familiar de veraneo, ella revive algunas de las experiencias de su infancia y adolescencia; recuerdos que la ayudarán a entender el origen de su bloqueo para así poder ser capaz de reconciliarse con su propio cuerpo. NOTICINE.com habló con ella en exclusiva.
- ¿Cómo ha sentido la acogida tan calurosa aquí en el festival y en una sección como la Quincena?
Ha sido muy bonito el día del estreno tuvimos un pase por la mañana y un coloquio posterior. En ambos casos fue muy gratificante, hicieron preguntas muy interesantes, el ambiente era muy cálido, la gente estaba muy conectada... En la noche vi la película y fue muy impactante cuando ves al público que se contagia cuando tiene que reír se ríe, en los momentos de tensión hacen silencio. Yo estaba muy nerviosa.
- ¿Resultó complicada la gestación de la película?
Fue muy interesante, porque en el proceso de montaje con Dayana Rivas hicimos varios "screen test". Antes, en la escritura del guion con Clara (Roquet), investigamos y nos documentamos mucho, e hicimos entrevistas a la hora de ponernos a escribir la historia porque al fin y al cabo era una ficción y no una tesis, hubo un trabajo para balancear y encontrar los matices de todo para que todos entendieran, y luego en el montaje también tuvimos que hacer este ejercicio e hicimos algunas pruebas y en una de ellas vinieron un grupo de adolescentes y una señora de 70 años. Yo les pregunté: ¿Que les ha pasado con la adolescencia? ¿se han podido conectar? y la señora de 70 años dijo "sí, es tal cual lo hemos vivido". Y para mí pensando egoístamente, es positivo para la película porque llega a personas de varias generaciones, pero a nivel social a la vez preocupante. Porque con 55 años de diferencia entre unos y otros, ellos siguieran sintiendo que eso contaba su vida. Tenemos la sensación de que estamos avanzando, pero luego te das cuenta que en lo íntimo cuesta mucho hacerlo.
- El sexo y el placer de la mujer sigue siendo un tabú en el cine...
Si, yo creo que definitivamente sigue siendo un tabú en el cine, un tabú muy extraño, porque el sexo se retrata mucho en muchas películas donde hay escenas de sexo, y otras en que no, pero está muy presente esa sensación de sexualización. Sin embargo, muy pocas veces se habla de la intimidad del sexo, de lo que realmente representa, más allá de ello de lo performático, cómo funcionan las relaciones íntimas, qué conflictos surgen entre dos personas que se quieren pero no se pueden entender en la cama. Y, desde luego, de lo que menos referentes hay es, de dónde sale todo eso. ¿Qué pasa con el despertar sexual infantil? si hay más referentes del despertar sexual en la adolescencia, pero cuando escribíamos nos dimos cuenta que muchas veces, la mayoría de veces estaba relacionado con el peligro.
- ¿Le resultó incómodo filmar usted mismas escenas sexuales?
Hay una parte de esta incomodidad que estaba trabajada y otra que tuvimos que gestionarla mucho, porque era una incomodidad involuntaria que venía del punto de donde partimos todos. Hay una parte que está claro que es una película compleja, pero también queríamos que lo fuera y buscamos mecanismos para que fuera accesible para estar enganchados desde el inicio de la película. Por eso empezamos en la edad adulta hacia atrás, y comenzamos con el resultado final. La intención era generar este enganche con el espectador. Pero luego hay otro elemento más inconsciente, que tiene que ver con la tesis de la película, pero que no es decisión nuestra y es cuando alguien ve a una mujer al inicio de una historia con un bloqueo sexual, piensa que vamos a mostrar explícitamente un abuso en la infancia, porque es aterradoramente común, Muchas personas lo han vivido y creo que no se habla suficiente de ello y estamos acostumbradas. Una cosa que se siente aquí es la desconexión entre las dos personas que no logran comunicarse con una concepción cuadrada de una educación muy conservadora y que no permite esta química sexual que fluya, de verdad es que estamos muy expuestas a ello y esto sigue y sigue en todos lados del mundo, lo vemos universalmente
- El sexo, definitivamente, es cosa de dos...
Para mí era muy bonito poder entrar en esta relación de pareja e igual que pasa en la familia, no hay uno bueno ni uno malo. Están todos intentando hacer lo mejor que puedan. Para mí era importante poner la responsabilidad en lo cultural, no es que el individuo sea malo por naturaleza es que cada uno vive sus circunstancias y algunas te llevan a decisiones que no facilitan la convivencia. Esta pareja creo que es muy fuerte, ambos tienen sus propias heridas y miedos que hacen que no lleguen a entenderse del todo.
- Volvamos a la cuestión cultural, y cómo afecta a nuestras relaciones eróticas...
Todas tenemos la sensación del miedo, que te califiquen como ninfómana, puta, zorra, mientras que si el hombre no demuestra ese deseo es porque no eres macho. Entonces está la otra pregunta ¿Cómo empieza la educación, por qué tu personaje tiene estos padres que son jóvenes que tienen una educación diferente, no es conservadora, son progres pero se bloquean, ¿qué pasa ahí entonces? Decidimos al inicio del guion con Clara que muchas veces se ha asociado este tipo de represión a una familia o entorno católico y es más fácil de entender por la tradición, no sé cómo sea en otros países, España es un país de tradición, por ejemplo.
- A la hora de reflejar el erotismo en pantalla, hay una línea muy frágil entre vulgaridad y ñoñería. ¿Cómo se planteó estas escenas tan naturales, tan honestas, auténticas, de sexo en la pantalla?
El sexo ha sido muy retratado, en relación al cine, para nosotros también, porque hay una etapa en que la protagonista tiene cinco años y era muy importante. Nunca consideramos actuar desde el morbo, siempre era importante actuar desde la mirada de la honestidad y de la verdad, y a veces resulta crudo como lo indican muchos en la escena final. Era importante aproximarnos de una forma más natural a esto.
- ¿En eso puede haber diferencias entre un hombre y una mujer?
Siempre se ha retratado a la inversa, ellos siempre tienen deseos y ellas no. Se supone que los hombres siempre tienen ganas y a las mujeres les cuesta mucho más. pero veo que esto no es real, veo cómo las mujeres tenemos muchos bloqueos aprendidos, pero no es una falta de deseo. Es un miedo a mostrarlo, a vivirlo, a pedir lo que quieres. En cambio, en los hombres, siento que muchas veces el problema es que les han educado con la presión de que ellos tienen que querer siempre y están desconectados de sus emociones, porque no les han permitido vivirlas y les cuesta mucho conectarse con ese deseo. Yo he encontrado muchas situaciones en especial a partir de los 30, cuando en la mujer hay una liberación que va en aumento, cuanto más mayores nos hacemos. Hay más seguridad en nosotras mismas. Pretendíamos hacer un personaje femenino más activo, que quisiera buscar respuestas a toda costa, y uno masculino que se encuentra en un momento de estar perdido y de fragilidad que siente que hay un huracán ahí al lado, que no sabe cómo contentar y que la da miedo, porque él tampoco se ha atrevido nunca a cuestionarse sus propios bloqueos
- ¿Qué te llevo a incluir el problema de la piel del personaje femenino?
Fue en el proceso de intentar buscar las imágenes, porque hicimos ese proceso de investigación profunda entre tanto material y teoría, pero no queríamos una película densa. Y poco a poco buscamos los conflictos entre los personajes de darle vida a esta historia, que tomara su propia vida sin necesidad de explicaciones, Buscamos imágenes simbólicas para explicarlo. El tema de la urticaria, surgió porque yo había tenido urticaria por otros motivos de niña, y nos preguntamos ¿Se está recuperando de una lesión? Teníamos la intuición de que si ella tenía alguna limitación física para el contacto o movimiento, ayudaría a contar esa barrera que la separa de su pareja.
- ¿Cómo ve su la lucha por conseguir más avances y tomar las riendas para contar nuestras historias como mujeres, desde nuestra perspectiva y qué es lo que no hay que hacer para no dormirse en los laureles?
Es una muy buena pregunta, me gusta mucho que la formules así. Es un proceso al que le queda mucho camino. No me atrevo a dar consejos, porque yo estoy aprendiendo, pero para mí ha sido importante un equipo que respalde la película, la mayoría mujeres. Ha sido importante que creyeran en el proyecto y nunca me pidieron rebajar la incomodidad, al revés. Estaban a favor de que tomara riesgos y que apostaran por ello. Era muy importante, en el equipo creativo también. Lo que me gustaría seguir haciendo es ir a lugares que no conocemos. Para mí esta película fue muy difícil de escribir, porque tenía un proceso de investigación y situaciones que el personaje se había cuestionado, las cuales yo nunca había vivido. Por eso tardamos mucho en escribir la parte de la edad adulta. Costó mucho encontrarla. Había preguntas que yo no podía responder. Es muy importante respaldarnos entre nosotras. En España estamos generando una red muy importante de directoras, un grupo de WhatsApp con 95 personas, y faltan muchas por incorporar. Es necesario generar esta sensación de que vamos juntas y como a veces nos sentimos solas en este mundo extremadamente masculino al menos entre nosotras hay una muralla, una defensa de lo que estamos haciendo.
- ¿Le inspira trabajar en ambos lados de la cámara o preferiría quedarse como directora? ¿Cómo ve su futuro?
Una cosa muy bonita de esto es que, en mi primera película yo actuaba y dirigía. Aunque era una forma de producir muy distinta, un rodaje totalmente diferente. Pero he venido entendiendo. Desde el proceso creativo he comprendido, entendiendo y razonando mi manera de hacer las cosas y creo que en lo que me siento cómoda es crear un espacio de seguridad, cuando hablo de ello. No hablo de que alguien no se sienta incómodo, sino de que la gente que forma parte del equipo sienta que su trabajo está valorado como artistas y que cada uno pueda aportar su parte creativa, y para que esto suceda me he dado cuenta que debo ponerme en una situación de liderazgo emocional. En ese sentido, estar detrás de la cámara o que al estar delante me ayuda a establecer un tono interpretativo. En el futuro, en la siguiente película no creo que vaya actuar y dirigir, es sumamente agotador. Es precioso, pero es muy agotador, me gusta mucho actuar y dirigir. Me encanta que me dirijan. Pero me voy a tomar un descanso de este doble rol.
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- ¿Cómo ha sentido la acogida tan calurosa aquí en el festival y en una sección como la Quincena?
Ha sido muy bonito el día del estreno tuvimos un pase por la mañana y un coloquio posterior. En ambos casos fue muy gratificante, hicieron preguntas muy interesantes, el ambiente era muy cálido, la gente estaba muy conectada... En la noche vi la película y fue muy impactante cuando ves al público que se contagia cuando tiene que reír se ríe, en los momentos de tensión hacen silencio. Yo estaba muy nerviosa.
- ¿Resultó complicada la gestación de la película?
Fue muy interesante, porque en el proceso de montaje con Dayana Rivas hicimos varios "screen test". Antes, en la escritura del guion con Clara (Roquet), investigamos y nos documentamos mucho, e hicimos entrevistas a la hora de ponernos a escribir la historia porque al fin y al cabo era una ficción y no una tesis, hubo un trabajo para balancear y encontrar los matices de todo para que todos entendieran, y luego en el montaje también tuvimos que hacer este ejercicio e hicimos algunas pruebas y en una de ellas vinieron un grupo de adolescentes y una señora de 70 años. Yo les pregunté: ¿Que les ha pasado con la adolescencia? ¿se han podido conectar? y la señora de 70 años dijo "sí, es tal cual lo hemos vivido". Y para mí pensando egoístamente, es positivo para la película porque llega a personas de varias generaciones, pero a nivel social a la vez preocupante. Porque con 55 años de diferencia entre unos y otros, ellos siguieran sintiendo que eso contaba su vida. Tenemos la sensación de que estamos avanzando, pero luego te das cuenta que en lo íntimo cuesta mucho hacerlo.
- El sexo y el placer de la mujer sigue siendo un tabú en el cine...
Si, yo creo que definitivamente sigue siendo un tabú en el cine, un tabú muy extraño, porque el sexo se retrata mucho en muchas películas donde hay escenas de sexo, y otras en que no, pero está muy presente esa sensación de sexualización. Sin embargo, muy pocas veces se habla de la intimidad del sexo, de lo que realmente representa, más allá de ello de lo performático, cómo funcionan las relaciones íntimas, qué conflictos surgen entre dos personas que se quieren pero no se pueden entender en la cama. Y, desde luego, de lo que menos referentes hay es, de dónde sale todo eso. ¿Qué pasa con el despertar sexual infantil? si hay más referentes del despertar sexual en la adolescencia, pero cuando escribíamos nos dimos cuenta que muchas veces, la mayoría de veces estaba relacionado con el peligro.
- ¿Le resultó incómodo filmar usted mismas escenas sexuales?
Hay una parte de esta incomodidad que estaba trabajada y otra que tuvimos que gestionarla mucho, porque era una incomodidad involuntaria que venía del punto de donde partimos todos. Hay una parte que está claro que es una película compleja, pero también queríamos que lo fuera y buscamos mecanismos para que fuera accesible para estar enganchados desde el inicio de la película. Por eso empezamos en la edad adulta hacia atrás, y comenzamos con el resultado final. La intención era generar este enganche con el espectador. Pero luego hay otro elemento más inconsciente, que tiene que ver con la tesis de la película, pero que no es decisión nuestra y es cuando alguien ve a una mujer al inicio de una historia con un bloqueo sexual, piensa que vamos a mostrar explícitamente un abuso en la infancia, porque es aterradoramente común, Muchas personas lo han vivido y creo que no se habla suficiente de ello y estamos acostumbradas. Una cosa que se siente aquí es la desconexión entre las dos personas que no logran comunicarse con una concepción cuadrada de una educación muy conservadora y que no permite esta química sexual que fluya, de verdad es que estamos muy expuestas a ello y esto sigue y sigue en todos lados del mundo, lo vemos universalmente
- El sexo, definitivamente, es cosa de dos...
Para mí era muy bonito poder entrar en esta relación de pareja e igual que pasa en la familia, no hay uno bueno ni uno malo. Están todos intentando hacer lo mejor que puedan. Para mí era importante poner la responsabilidad en lo cultural, no es que el individuo sea malo por naturaleza es que cada uno vive sus circunstancias y algunas te llevan a decisiones que no facilitan la convivencia. Esta pareja creo que es muy fuerte, ambos tienen sus propias heridas y miedos que hacen que no lleguen a entenderse del todo.
- Volvamos a la cuestión cultural, y cómo afecta a nuestras relaciones eróticas...
Todas tenemos la sensación del miedo, que te califiquen como ninfómana, puta, zorra, mientras que si el hombre no demuestra ese deseo es porque no eres macho. Entonces está la otra pregunta ¿Cómo empieza la educación, por qué tu personaje tiene estos padres que son jóvenes que tienen una educación diferente, no es conservadora, son progres pero se bloquean, ¿qué pasa ahí entonces? Decidimos al inicio del guion con Clara que muchas veces se ha asociado este tipo de represión a una familia o entorno católico y es más fácil de entender por la tradición, no sé cómo sea en otros países, España es un país de tradición, por ejemplo.
- A la hora de reflejar el erotismo en pantalla, hay una línea muy frágil entre vulgaridad y ñoñería. ¿Cómo se planteó estas escenas tan naturales, tan honestas, auténticas, de sexo en la pantalla?
El sexo ha sido muy retratado, en relación al cine, para nosotros también, porque hay una etapa en que la protagonista tiene cinco años y era muy importante. Nunca consideramos actuar desde el morbo, siempre era importante actuar desde la mirada de la honestidad y de la verdad, y a veces resulta crudo como lo indican muchos en la escena final. Era importante aproximarnos de una forma más natural a esto.
- ¿En eso puede haber diferencias entre un hombre y una mujer?
Siempre se ha retratado a la inversa, ellos siempre tienen deseos y ellas no. Se supone que los hombres siempre tienen ganas y a las mujeres les cuesta mucho más. pero veo que esto no es real, veo cómo las mujeres tenemos muchos bloqueos aprendidos, pero no es una falta de deseo. Es un miedo a mostrarlo, a vivirlo, a pedir lo que quieres. En cambio, en los hombres, siento que muchas veces el problema es que les han educado con la presión de que ellos tienen que querer siempre y están desconectados de sus emociones, porque no les han permitido vivirlas y les cuesta mucho conectarse con ese deseo. Yo he encontrado muchas situaciones en especial a partir de los 30, cuando en la mujer hay una liberación que va en aumento, cuanto más mayores nos hacemos. Hay más seguridad en nosotras mismas. Pretendíamos hacer un personaje femenino más activo, que quisiera buscar respuestas a toda costa, y uno masculino que se encuentra en un momento de estar perdido y de fragilidad que siente que hay un huracán ahí al lado, que no sabe cómo contentar y que la da miedo, porque él tampoco se ha atrevido nunca a cuestionarse sus propios bloqueos
- ¿Qué te llevo a incluir el problema de la piel del personaje femenino?
Fue en el proceso de intentar buscar las imágenes, porque hicimos ese proceso de investigación profunda entre tanto material y teoría, pero no queríamos una película densa. Y poco a poco buscamos los conflictos entre los personajes de darle vida a esta historia, que tomara su propia vida sin necesidad de explicaciones, Buscamos imágenes simbólicas para explicarlo. El tema de la urticaria, surgió porque yo había tenido urticaria por otros motivos de niña, y nos preguntamos ¿Se está recuperando de una lesión? Teníamos la intuición de que si ella tenía alguna limitación física para el contacto o movimiento, ayudaría a contar esa barrera que la separa de su pareja.
- ¿Cómo ve su la lucha por conseguir más avances y tomar las riendas para contar nuestras historias como mujeres, desde nuestra perspectiva y qué es lo que no hay que hacer para no dormirse en los laureles?
Es una muy buena pregunta, me gusta mucho que la formules así. Es un proceso al que le queda mucho camino. No me atrevo a dar consejos, porque yo estoy aprendiendo, pero para mí ha sido importante un equipo que respalde la película, la mayoría mujeres. Ha sido importante que creyeran en el proyecto y nunca me pidieron rebajar la incomodidad, al revés. Estaban a favor de que tomara riesgos y que apostaran por ello. Era muy importante, en el equipo creativo también. Lo que me gustaría seguir haciendo es ir a lugares que no conocemos. Para mí esta película fue muy difícil de escribir, porque tenía un proceso de investigación y situaciones que el personaje se había cuestionado, las cuales yo nunca había vivido. Por eso tardamos mucho en escribir la parte de la edad adulta. Costó mucho encontrarla. Había preguntas que yo no podía responder. Es muy importante respaldarnos entre nosotras. En España estamos generando una red muy importante de directoras, un grupo de WhatsApp con 95 personas, y faltan muchas por incorporar. Es necesario generar esta sensación de que vamos juntas y como a veces nos sentimos solas en este mundo extremadamente masculino al menos entre nosotras hay una muralla, una defensa de lo que estamos haciendo.
- ¿Le inspira trabajar en ambos lados de la cámara o preferiría quedarse como directora? ¿Cómo ve su futuro?
Una cosa muy bonita de esto es que, en mi primera película yo actuaba y dirigía. Aunque era una forma de producir muy distinta, un rodaje totalmente diferente. Pero he venido entendiendo. Desde el proceso creativo he comprendido, entendiendo y razonando mi manera de hacer las cosas y creo que en lo que me siento cómoda es crear un espacio de seguridad, cuando hablo de ello. No hablo de que alguien no se sienta incómodo, sino de que la gente que forma parte del equipo sienta que su trabajo está valorado como artistas y que cada uno pueda aportar su parte creativa, y para que esto suceda me he dado cuenta que debo ponerme en una situación de liderazgo emocional. En ese sentido, estar detrás de la cámara o que al estar delante me ayuda a establecer un tono interpretativo. En el futuro, en la siguiente película no creo que vaya actuar y dirigir, es sumamente agotador. Es precioso, pero es muy agotador, me gusta mucho actuar y dirigir. Me encanta que me dirijan. Pero me voy a tomar un descanso de este doble rol.
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