Hablamos con Karina Gómez, directora del Festival del Cine Venezolano: "Un país sin cultura es un país que no tiene un norte"
- por © Ana Karina Villegas-NOTICINE.com
Karina Gómez Franco, quien es la fundadora y directora del Festival del Cine Venezolano desde el año 2006 y también la presidenta de Fundación para el Desarrollo de las Artes y la Cultura (FUNDEARC), ha querido dejar desde sus inicios el nombre de Venezuela en alto. Este año celebra los 19 años ininterrumpidos de trascendencia artística del Festival y también mostrando los mejores proyectos del cine Venezolano.
- Primero que nada, felicitarla por todo el trabajo que ha hecho este tiempo llevando el nombre de Venezuela en alto con el Festival de Cine de Mérida, que tengo entendido que el próximo 9 de julio celebra sus 19 años ininterrumpidos de trascendencia artística, ¿no es así?
Sí, así mismo es, 19 años trabajando.
- Cuénteme un poco acerca del Festival. ¿Cuáles son los largometrajes y cortometrajes que se presentarán?
Nosotros llevamos 19 años haciendo el Festival de Cine Venezolano, cuando arrancamos en el 2005 habían muchas variantes, se había hecho ya un festival en la ciudad de Mérida donde de hecho uno de los homenajeados que es Pedro Rincón Gutiérrez, en el año 68 hizo el primer festival de cine latinoamericano documental. Además, fundó el primer departamento de cine de toda Venezuela y uno de los primeros de América Latina. Yo llego a Mérida en el 2005 y empiezo a mirar las posibilidades de crear un nuevo festival de Cine que fuese completo para una competencia, porque si tu tienes menos de 5 largos en un año, eso no es competencia. Pero de repente el primer año lo hicimos y tuvimos como 9 películas en competencia, al año siguiente, en el 2006, empiezo a hacer como una escaleta de lo que va a pasar en los próximos 2 años y ya me di cuenta que no podíamos parar.
- Tengo entendido que usted es la directora de este Festival desde el 2006...
Sí, yo me levanté un día y dije que quería un Festival de Cine. Yo soy actriz, gerente cultural, había hecho antes también una muestra de cortometraje ya que en el año 92 estaba muy de moda, y lo quise llevar por los países de América. Por otro lado, el Festival arrancamos en el 2006 y hasta hoy en día. El año pasado fue muy emocionante decir que teníamos mayoría de edad.
- ¿Cómo hicieron para no cancelar el Festival con la crisis que se vivió en Venezuela o incluso con la propia pandemia?
Nos hemos ido reinventando, la verdad es que parar jamás ha sido una opción. Hay que ajustarse a los tiempos, porque es que cuando estábamos arrancando con el Festival en el 2005, la gente me decía cosas sobre política acerca de esperar a que se acabara el mandato del Presidente Chávez, y yo nunca lo seguí porque no quise esperar debido a que la cultura no espera. La cultura tiene que estar al día, y eso es lo que lleva a un país a ser el país que quiere ser. Además, hay que identificarnos con lo que somos, independiente de los gobiernos, esto es cultura, no es política ni Estado. Yo seguí aunque tuvimos una época muy mala, y fue cuando decidimos hacerlo en Caracas, debido a que no habían insumos ni servicios, no había gasolina ni aviones, entonces era imposible armarlo de buena manera. Y lo que hicimos fue hacerlo con muy bajo presupuesto y lo prestamos a la capital mientras las cosas mejoraban, más no lo regalamos. ya que el Festival es de Mérida. Por otro lado, con la pandemia yo vivía en Bogotá, pero se me ocurrió la idea de hacerlo de manera virtual. No quise parar, porque el cine se seguía haciendo, y ¿por qué el festival iba a parar si teníamos un país que en mitad de la pandemia y con la gente en la diáspora, seguía trabajando?
- En ese momento de crisis que atravesaba el Festival, ¿recibieron algún apoyo por parte del Estado?
A mí no me pagan nada y supongo que ellos no quieren quedarse ni por fuera ni atrás, entonces en algún momento terminan llamando a decirme: "Bueno yo te apoyo, no tenemos plata, pero yo te doy algo". Eso ha pasado en muchos años, yo tuve muchas crisis antes y uno de los ministros decidió montar un Festival en Margarita, que era como para hacerme la competencia, y aunque tuviera todo el dinero del mundo, ese festival solo duró dos años, porque no lo hacían por amor al cine, sino simplemente por no dejar que los demás hagan cosas mejores. Cada vez que nos asustan con "vamos a hacer un festival más grande que el de ustedes", decimos: "Bueno háganlo", yo pago por ver: La verdad es que eso es una competencia oficial de cine nacional donde el jurado viene de todos los lados y aquí no se excluye a nadie por ninguna razón. Nosotros somos amplios y vamos a mostrar una gran variedad de largometrajes y cortometrajes.
- Al hacerlo virtual, ¿tuvo la misma acogida que al hacerlo de manera presencial?
Totalmente, fue increíble. Era muy raro porque además habían muchas películas muy importantes dentro del país que tenían distribución internacional, entonces nos conseguimos con un muy buen amigo mío que hacía un festival en Caracas y había montado un 'streaming'. A partir de allí, fui hablando con él y lo íbamos creando. Nuestro plan era hacer circunscripción Venezuela y circunscripción mundial, teníamos que ver también en qué países no podía estar cada película, etc. La verdad fue un ejercicio increíble de reinventarse, porque además -como era gratis- no se podía dañar el recorrido de una película por darlo así gratis, había que hacerlo como si pagáramos una sala de cine.
- Dijo en una entrevista: "Un país sin cultura es un país a la deriva" y usted sigue apostando por la cultura en el país. ¿Con qué intención lo hace?
Pura energía. Pienso que un país sin cultura es un país que no tiene un norte, y es que no importa lo que esté pasando alrededor, la cultura siempre te lleva al mismo punto que es placer, discernimiento, aprender, ser uno, verse a sí mismo, y eso me parece a mí que es un norte. Además, que esto es para todo el mundo, hay que tener identidad y el venezolano aquí y donde esté, la necesita. Es importante entender que todo el mundo se va o se ha ido o también quiere volver, y quieren hablar de su país con orgullo y eso es un fenómeno reciente pero igual si desde mi pequeño puesto en el mundo yo puedo hacer que no solamente el cine venezolano se vea en el país sino en el mundo, y que además la gente esté orgullosa de la gente que hace, lo voy a hacer.
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- Primero que nada, felicitarla por todo el trabajo que ha hecho este tiempo llevando el nombre de Venezuela en alto con el Festival de Cine de Mérida, que tengo entendido que el próximo 9 de julio celebra sus 19 años ininterrumpidos de trascendencia artística, ¿no es así?
Sí, así mismo es, 19 años trabajando.
- Cuénteme un poco acerca del Festival. ¿Cuáles son los largometrajes y cortometrajes que se presentarán?
Nosotros llevamos 19 años haciendo el Festival de Cine Venezolano, cuando arrancamos en el 2005 habían muchas variantes, se había hecho ya un festival en la ciudad de Mérida donde de hecho uno de los homenajeados que es Pedro Rincón Gutiérrez, en el año 68 hizo el primer festival de cine latinoamericano documental. Además, fundó el primer departamento de cine de toda Venezuela y uno de los primeros de América Latina. Yo llego a Mérida en el 2005 y empiezo a mirar las posibilidades de crear un nuevo festival de Cine que fuese completo para una competencia, porque si tu tienes menos de 5 largos en un año, eso no es competencia. Pero de repente el primer año lo hicimos y tuvimos como 9 películas en competencia, al año siguiente, en el 2006, empiezo a hacer como una escaleta de lo que va a pasar en los próximos 2 años y ya me di cuenta que no podíamos parar.
- Tengo entendido que usted es la directora de este Festival desde el 2006...
Sí, yo me levanté un día y dije que quería un Festival de Cine. Yo soy actriz, gerente cultural, había hecho antes también una muestra de cortometraje ya que en el año 92 estaba muy de moda, y lo quise llevar por los países de América. Por otro lado, el Festival arrancamos en el 2006 y hasta hoy en día. El año pasado fue muy emocionante decir que teníamos mayoría de edad.
- ¿Cómo hicieron para no cancelar el Festival con la crisis que se vivió en Venezuela o incluso con la propia pandemia?
Nos hemos ido reinventando, la verdad es que parar jamás ha sido una opción. Hay que ajustarse a los tiempos, porque es que cuando estábamos arrancando con el Festival en el 2005, la gente me decía cosas sobre política acerca de esperar a que se acabara el mandato del Presidente Chávez, y yo nunca lo seguí porque no quise esperar debido a que la cultura no espera. La cultura tiene que estar al día, y eso es lo que lleva a un país a ser el país que quiere ser. Además, hay que identificarnos con lo que somos, independiente de los gobiernos, esto es cultura, no es política ni Estado. Yo seguí aunque tuvimos una época muy mala, y fue cuando decidimos hacerlo en Caracas, debido a que no habían insumos ni servicios, no había gasolina ni aviones, entonces era imposible armarlo de buena manera. Y lo que hicimos fue hacerlo con muy bajo presupuesto y lo prestamos a la capital mientras las cosas mejoraban, más no lo regalamos. ya que el Festival es de Mérida. Por otro lado, con la pandemia yo vivía en Bogotá, pero se me ocurrió la idea de hacerlo de manera virtual. No quise parar, porque el cine se seguía haciendo, y ¿por qué el festival iba a parar si teníamos un país que en mitad de la pandemia y con la gente en la diáspora, seguía trabajando?
- En ese momento de crisis que atravesaba el Festival, ¿recibieron algún apoyo por parte del Estado?
A mí no me pagan nada y supongo que ellos no quieren quedarse ni por fuera ni atrás, entonces en algún momento terminan llamando a decirme: "Bueno yo te apoyo, no tenemos plata, pero yo te doy algo". Eso ha pasado en muchos años, yo tuve muchas crisis antes y uno de los ministros decidió montar un Festival en Margarita, que era como para hacerme la competencia, y aunque tuviera todo el dinero del mundo, ese festival solo duró dos años, porque no lo hacían por amor al cine, sino simplemente por no dejar que los demás hagan cosas mejores. Cada vez que nos asustan con "vamos a hacer un festival más grande que el de ustedes", decimos: "Bueno háganlo", yo pago por ver: La verdad es que eso es una competencia oficial de cine nacional donde el jurado viene de todos los lados y aquí no se excluye a nadie por ninguna razón. Nosotros somos amplios y vamos a mostrar una gran variedad de largometrajes y cortometrajes.
- Al hacerlo virtual, ¿tuvo la misma acogida que al hacerlo de manera presencial?
Totalmente, fue increíble. Era muy raro porque además habían muchas películas muy importantes dentro del país que tenían distribución internacional, entonces nos conseguimos con un muy buen amigo mío que hacía un festival en Caracas y había montado un 'streaming'. A partir de allí, fui hablando con él y lo íbamos creando. Nuestro plan era hacer circunscripción Venezuela y circunscripción mundial, teníamos que ver también en qué países no podía estar cada película, etc. La verdad fue un ejercicio increíble de reinventarse, porque además -como era gratis- no se podía dañar el recorrido de una película por darlo así gratis, había que hacerlo como si pagáramos una sala de cine.
- Dijo en una entrevista: "Un país sin cultura es un país a la deriva" y usted sigue apostando por la cultura en el país. ¿Con qué intención lo hace?
Pura energía. Pienso que un país sin cultura es un país que no tiene un norte, y es que no importa lo que esté pasando alrededor, la cultura siempre te lleva al mismo punto que es placer, discernimiento, aprender, ser uno, verse a sí mismo, y eso me parece a mí que es un norte. Además, que esto es para todo el mundo, hay que tener identidad y el venezolano aquí y donde esté, la necesita. Es importante entender que todo el mundo se va o se ha ido o también quiere volver, y quieren hablar de su país con orgullo y eso es un fenómeno reciente pero igual si desde mi pequeño puesto en el mundo yo puedo hacer que no solamente el cine venezolano se vea en el país sino en el mundo, y que además la gente esté orgullosa de la gente que hace, lo voy a hacer.
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