Laura Plancarte y un "Sueño mexicano" de ficción
- por © Redacción (México)-NOTICINE.com
La documentalista mexicana Laura Plancarte estrenará su cuarta película, "Sueño mexicano", la primera de ficción, en el marco del 21 Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), el próximo 22 de octubre. El año pasado este proyecto fue parte de la iniciativa Impulso Morelia 7 y obtuvo el Premio José María Riba otorgado por Cinépolis Distribución para el apoyo a la postproducción y promoción.
"Sueño mexicano" comienza cuando, después de una relación violenta, Malena se ligó las trompas de Falopio y huye a CDMX en busca de una vida mejor, pero su exmarido se quedó con la custodia de sus hijos. Tiene una nueva pareja y está terminando la casa de sus sueños para el bebé que planea tener vía fecundación in vitro. Deja su trabajo como empleada del hogar y regresa a su tierra a montar un negocio para tener la familia que siempre soñó. Sus hijos, que se sienten abandonados, la mortifican mientras su pareja amenaza con abandonarla si el tratamiento de fertilidad falla. ¿Podrá unirlos a todos y que sus sueños se hagan realidad?
"Hace tres años, el proyecto de "Sueño mexicano" comenzó como un documental, pero después de un año y medio de trabajo, decidimos hacer una película de ficción para proteger la relación de Malena, la protagonista, con sus hijos y para que yo pudiera experimentar nuevos terrenos como cineasta, algo que había estado buscando por mucho tiempo", explica Plancarte.
"Cuando comenzó la pandemia -sigue narrando la cineasta-, decidí que quería hacer una película que retratara la vida de una mujer mexicana fuerte, rompiendo con los estereotipos de que las mujeres latinoamericanas son sumisas y sufridas. Por medio de una chica con la que colaboré en un proyecto previo, lancé una convocatoria para hacer un casting por zoom, y el día que conocí a Male supe que era la protagonista que estaba buscando. Male no solo es increíblemente carismática y fuerte, sino que rompe con los arquetipos de lo que pensamos que una mujer que ha vivido con muchas restricciones económicas sueña. Le propuse a Male que exploráramos la idea de hacer una película juntas teniendo tres sesiones por zoom semanales, y a ella le gustó la idea porque le encanta vivir nuevas experiencias. Después de tres meses de iniciar las sesiones por zoom, Male decidió buscar a sus hijos, y para documentarlo en plena pandemia, le envié un iPhone con accesorios y ella aprendió a auto-filmarse, mientras yo aprendía a dirigirla a distancia. A medida que los encierros se aliviaron, pude viajar al pueblo de Malena y comencé a filmarla a ella y a su familia. Después de un año y medio de trabajo, edité el corte mezclando el material del teléfono de Male y de mi cámara, y me di cuenta de que ese tiempo había sido la investigación de la película y que era la oportunidad perfecta para hacer mi primera película de ficción".
"Le propuse a Male -prosigue Laura Pancarte- que se convirtiera en coescritora de su historia, y ella aceptó. Escribimos el primer borrador del guion, y la editora chilena Andrea Chignoli se unió al equipo como montajista y supervisora de guion. El cinematógrafo Franklin Dow también se subió a nuestro barco. Decidimos que queríamos que el estilo de la película fuese naturalista, usando luz natural lo más posible, pero también queríamos tener la oportunidad de hacer tomas estilizadas para crear momentos de realismo mágico que nos llevaran al mundo interno de Male. El equipo de filmación fue de 5 personas para ayudar a los debutantes a sentirse menos intimidados, y para bajar costos y poder movernos rápido. Filmamos la película en dos semanas, debido a que Male no podía tomar más tiempo fuera de su trabajo actual como trabajadora doméstica".
"Fue un gran desafío, pero lo logramos porque Male es una estrella y porque en los dos años que trabajamos juntas, previos a la filmación, creamos un gran lazo de confianza. Decidimos filmar casi todo en las locaciones originales para que el presupuesto pudiera ir a cosas que le pudieran servir a Male y su familia más adelante. Es una película que no tuvo desperdicio y ha sido la aventura más maravillosa que he vivido", finaliza la realizadora.
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"Sueño mexicano" comienza cuando, después de una relación violenta, Malena se ligó las trompas de Falopio y huye a CDMX en busca de una vida mejor, pero su exmarido se quedó con la custodia de sus hijos. Tiene una nueva pareja y está terminando la casa de sus sueños para el bebé que planea tener vía fecundación in vitro. Deja su trabajo como empleada del hogar y regresa a su tierra a montar un negocio para tener la familia que siempre soñó. Sus hijos, que se sienten abandonados, la mortifican mientras su pareja amenaza con abandonarla si el tratamiento de fertilidad falla. ¿Podrá unirlos a todos y que sus sueños se hagan realidad?
"Hace tres años, el proyecto de "Sueño mexicano" comenzó como un documental, pero después de un año y medio de trabajo, decidimos hacer una película de ficción para proteger la relación de Malena, la protagonista, con sus hijos y para que yo pudiera experimentar nuevos terrenos como cineasta, algo que había estado buscando por mucho tiempo", explica Plancarte.
"Cuando comenzó la pandemia -sigue narrando la cineasta-, decidí que quería hacer una película que retratara la vida de una mujer mexicana fuerte, rompiendo con los estereotipos de que las mujeres latinoamericanas son sumisas y sufridas. Por medio de una chica con la que colaboré en un proyecto previo, lancé una convocatoria para hacer un casting por zoom, y el día que conocí a Male supe que era la protagonista que estaba buscando. Male no solo es increíblemente carismática y fuerte, sino que rompe con los arquetipos de lo que pensamos que una mujer que ha vivido con muchas restricciones económicas sueña. Le propuse a Male que exploráramos la idea de hacer una película juntas teniendo tres sesiones por zoom semanales, y a ella le gustó la idea porque le encanta vivir nuevas experiencias. Después de tres meses de iniciar las sesiones por zoom, Male decidió buscar a sus hijos, y para documentarlo en plena pandemia, le envié un iPhone con accesorios y ella aprendió a auto-filmarse, mientras yo aprendía a dirigirla a distancia. A medida que los encierros se aliviaron, pude viajar al pueblo de Malena y comencé a filmarla a ella y a su familia. Después de un año y medio de trabajo, edité el corte mezclando el material del teléfono de Male y de mi cámara, y me di cuenta de que ese tiempo había sido la investigación de la película y que era la oportunidad perfecta para hacer mi primera película de ficción".
"Le propuse a Male -prosigue Laura Pancarte- que se convirtiera en coescritora de su historia, y ella aceptó. Escribimos el primer borrador del guion, y la editora chilena Andrea Chignoli se unió al equipo como montajista y supervisora de guion. El cinematógrafo Franklin Dow también se subió a nuestro barco. Decidimos que queríamos que el estilo de la película fuese naturalista, usando luz natural lo más posible, pero también queríamos tener la oportunidad de hacer tomas estilizadas para crear momentos de realismo mágico que nos llevaran al mundo interno de Male. El equipo de filmación fue de 5 personas para ayudar a los debutantes a sentirse menos intimidados, y para bajar costos y poder movernos rápido. Filmamos la película en dos semanas, debido a que Male no podía tomar más tiempo fuera de su trabajo actual como trabajadora doméstica".
"Fue un gran desafío, pero lo logramos porque Male es una estrella y porque en los dos años que trabajamos juntas, previos a la filmación, creamos un gran lazo de confianza. Decidimos filmar casi todo en las locaciones originales para que el presupuesto pudiera ir a cosas que le pudieran servir a Male y su familia más adelante. Es una película que no tuvo desperdicio y ha sido la aventura más maravillosa que he vivido", finaliza la realizadora.
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