Natalie Baye, revelación de la "Nouvelle Vague", seduce por su sencillez en la Seminci
- por © Jon Apaolaza (Valladolid)-NOTICINE.com
La francesa Natalia Baye, de 75 años, última musa de la "Nouvelle Vague" y protagonista de más de 80 películas con los más importantes cineastas franceses desde los primeros años 70 del pasado siglo, hizo gala este lunes de sencillez y cercanía, en la jornada en la que recibía la Espiga de Honor del certamen. "No estaba en mi horizonte hacer cine. Venía de una formación en danza clásica y había hecho algo de teatro. Fue una casualidad del destino", recordaba Baye.
Quien puso en marcha esa carrera de la joven artista normanda fue nada menos que François Truffaut, en "La noche americana / La nuit americaine", donde interpretó a una ayudante en el rodaje de una película con atribulados protagonistas. "Se aprende rápido con gente como él. Tuve mucha suerte, la suerte me ha acompañado, pero también me he esforzado y ha costado trabajo", añadía la actriz.
Con Truffaut hizo dos importantes obras más del reconocido cineasta, la nostálgica "La habitación verde / La chambre verte" y la tragicómica "El amante del amor / El hombre que amaba a las mujeres / L'Homme qui aimait les femmes".
En dos de sus colaboraciones, Baye tuvo oportunidad además de ser dirigida, de compartir elenco con Truffaut, y no fue una experiencia demasiado excitante: "En 'La noche americana' estaba aterrorizada, porque François interpretaba muy mal, sonaba falso, y yo siempre he tenido tendencia en los diálogos a adoptar los acentos y formas de hablar de mis interlocutores. Pero al final me sobrepuse y no quedó tan mal".
"El nunca se expresó conmigo al respecto, pero yo creo que le gustaba mucho actuar", añadía sobre el gran cineasta.
Preguntado por NOTICINE.com sobre la evolución que ha visto en el cine francés en el cerca de medio siglo en el que ha estado en activo, Baye argumentaba que "ha habido una indudable mejora técnica, pero en la creatividad y calidad de las películas, no siempre la evolución se ha portado bien. Ha habido audacias que han ayudado a otros directores, pero también momentos de punto muerto".
"Los franceses -agregaba- son grandes aficionados al cine y van mucho, pero creo que últimamente vivimos cierta decadencia. Yo recibo bastantes guiones, pero -honestamente- hay pocos que me movilicen, que me impulsen a querer trabajar en esas películas y con esos directores".
Sobre la concesión de la Espiga de Oro a una actriz como ella que ya recibió previamente premios de interpretación en Venecia y San Sebastián, así como cuatro premios César (el Oscar francés), y otras cinco candidaturas, Baye decía sentirse "muy emocionada", para luego añadir que no había tenido demasiados reconocimientos en su vida: "Saben, de niña era muy mala estudiante, sacaba malas notas y me pasaba el tiempo soñando, así que no me premiaban. Afortunadamente con el tiempo la vida me compensó".
"Lo cierto -concluía- es que amo infinitamente mi trabajo".
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Quien puso en marcha esa carrera de la joven artista normanda fue nada menos que François Truffaut, en "La noche americana / La nuit americaine", donde interpretó a una ayudante en el rodaje de una película con atribulados protagonistas. "Se aprende rápido con gente como él. Tuve mucha suerte, la suerte me ha acompañado, pero también me he esforzado y ha costado trabajo", añadía la actriz.
Con Truffaut hizo dos importantes obras más del reconocido cineasta, la nostálgica "La habitación verde / La chambre verte" y la tragicómica "El amante del amor / El hombre que amaba a las mujeres / L'Homme qui aimait les femmes".
En dos de sus colaboraciones, Baye tuvo oportunidad además de ser dirigida, de compartir elenco con Truffaut, y no fue una experiencia demasiado excitante: "En 'La noche americana' estaba aterrorizada, porque François interpretaba muy mal, sonaba falso, y yo siempre he tenido tendencia en los diálogos a adoptar los acentos y formas de hablar de mis interlocutores. Pero al final me sobrepuse y no quedó tan mal".
"El nunca se expresó conmigo al respecto, pero yo creo que le gustaba mucho actuar", añadía sobre el gran cineasta.
Preguntado por NOTICINE.com sobre la evolución que ha visto en el cine francés en el cerca de medio siglo en el que ha estado en activo, Baye argumentaba que "ha habido una indudable mejora técnica, pero en la creatividad y calidad de las películas, no siempre la evolución se ha portado bien. Ha habido audacias que han ayudado a otros directores, pero también momentos de punto muerto".
"Los franceses -agregaba- son grandes aficionados al cine y van mucho, pero creo que últimamente vivimos cierta decadencia. Yo recibo bastantes guiones, pero -honestamente- hay pocos que me movilicen, que me impulsen a querer trabajar en esas películas y con esos directores".
Sobre la concesión de la Espiga de Oro a una actriz como ella que ya recibió previamente premios de interpretación en Venecia y San Sebastián, así como cuatro premios César (el Oscar francés), y otras cinco candidaturas, Baye decía sentirse "muy emocionada", para luego añadir que no había tenido demasiados reconocimientos en su vida: "Saben, de niña era muy mala estudiante, sacaba malas notas y me pasaba el tiempo soñando, así que no me premiaban. Afortunadamente con el tiempo la vida me compensó".
"Lo cierto -concluía- es que amo infinitamente mi trabajo".
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