Huelva: Felipe Holguín cree que la asignatura pendiente del cine colombiano es "conseguir una audiencia"
- por © Jon Apaolaza (Huelva)-NOTICINE.com
El colombiano Felipe Holguín presentó en la competencia del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva su opera prima, "La suprema", una historia "pequeña e independiente, con un proceso largo de gestación que duró más de diez años", en la que se demuestran los deseos de superación individuales y colectivos. NOTICINE.com habló en exclusiva con él.
- Un boxeador colombiano, Kid Pambelé, y la lucha de su pueblo, San Basilio de Palenque, por verle boxear en televisión, inspiró su historia... ¿Por qué optaron por feminizar su personaje?
Está inspirado en lo que sucedió en Palenque con Kid Pambelé, pero quisimos separarnos de la historia de Palenque, porque hoy en día en Colombia es algo muy reconocido. Ha habido documentales, cortometrajes y se le ha puesto mucho el foco. La palabra Palenque quiere decir comunidad afro, y hay muchos palenques en Colombia y en el mundo, entonces por qué no hablar de los otros palenques. Nos separamos de lo que era ese pueblo y lo ficcionamos. Entonces, al separarnos cambió no solo el protagonista sino la época, el contexto y muchas cosas más. La situamos en el 2001 en vez de en el 78 sobre Kid Pambelé, que es la historia original. Lo que hicimos fue abstraernos de todo eso. Entonces llegó el personaje de esta niña sobre la que ya había antecedentes. En el proceso de escritura tuvimos muchos protagonistas como Frain o la abuela, pero al final del proceso nos dimos cuenta que Laureana era la más fuerte.
- Pero también la comunidad en general tiene protagonismo...
Es una película muy coral, tal vez el personaje más importante es la comunidad más que Laureana, efectivamente. En el guión original no existía un personaje principal, era la comunidad luchando.
- Lograron debutar en un festival tan importante como Toronto. ¿Cuál fue el proceso hasta llegar allÍ?
En Colombia, todavía estamos empezando a profesionalizar el cine, vive un momento muy lindo porque hay mucho apoyo, pero todavía no hay audiencia. Nosotros tenemos esta historia desde el 2010, y hemos intentado conseguir fondos. Finalmente en el 2020 sale una nueva categoría del Fondo de Desarrollo Cinematográfico en Colombia, en el que apuestan por las historias de las regiones. Entonces, sacamos el guión y ganamos uno de los dos premios de esa primera convocatoria y esto nos llevó a hacer la película. El premio solo representaba el 13% del presupuesto, fue una labor titánica de la productora. Ya habíamos mandado a festivales clase A como Berlín o Cannes, pero teníamos a Toronto en la mira, y finalmente les gustó. Tuvimos tres proyecciones allí, dos de ellas para industria. En la del público el teatro estaba lleno, mucho apoyo de latinos y colombianos que se sintieron muy identificados con la película.
- ¿Fue muy distinta la reacción de la audiencia aquí en Huelva?
No fue muy distinta. Aquí solamente tuve una proyección el martes, mientras que en Toronto fueron tres. Hubo aquí también mucha gente en el teatro y conseguimos casi un minuto de aplausos, se me acercaron muchas personas a agradecerme y comentarme cosas lindas sobre la película y se asemeja mucho a lo que sentí en Toronto, incluso en Varsovia aunque son audiencias distintas. Los comentarios del público a mi y a mi equipos nos tienen muy contentos, porque logramos conectar con ellos.
- ¿Se puede hacer cine autoral sin estampar al público?
Nosotros sabemos que no tenemos una película comercial, y nunca ha sido mi intención. Yo soy un autor y lo que pretendo con mis películas es narrarlas desde donde yo quiero, no desde unos cánones comerciales. Pero estamos en esa línea de evitar que la película sea un fracaso económicamente y podamos seguir haciendo lo que queremos. Esta es una búsqueda en la que todos los directores independientes nos centramos, en buscar de qué manera podemos hacer nuestras películas y que generen mayores audiencias.
- La película no llega hasta el año que viene a Colombia...
Queremos estar en el festival de Cartagena el año que viene, en marzo, y luego salir a salas. Pero todavía falta un poco para ello y hay mucho que confirmar.
Transcripción: Alejandro González.
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- Un boxeador colombiano, Kid Pambelé, y la lucha de su pueblo, San Basilio de Palenque, por verle boxear en televisión, inspiró su historia... ¿Por qué optaron por feminizar su personaje?
Está inspirado en lo que sucedió en Palenque con Kid Pambelé, pero quisimos separarnos de la historia de Palenque, porque hoy en día en Colombia es algo muy reconocido. Ha habido documentales, cortometrajes y se le ha puesto mucho el foco. La palabra Palenque quiere decir comunidad afro, y hay muchos palenques en Colombia y en el mundo, entonces por qué no hablar de los otros palenques. Nos separamos de lo que era ese pueblo y lo ficcionamos. Entonces, al separarnos cambió no solo el protagonista sino la época, el contexto y muchas cosas más. La situamos en el 2001 en vez de en el 78 sobre Kid Pambelé, que es la historia original. Lo que hicimos fue abstraernos de todo eso. Entonces llegó el personaje de esta niña sobre la que ya había antecedentes. En el proceso de escritura tuvimos muchos protagonistas como Frain o la abuela, pero al final del proceso nos dimos cuenta que Laureana era la más fuerte.
- Pero también la comunidad en general tiene protagonismo...
Es una película muy coral, tal vez el personaje más importante es la comunidad más que Laureana, efectivamente. En el guión original no existía un personaje principal, era la comunidad luchando.
- Lograron debutar en un festival tan importante como Toronto. ¿Cuál fue el proceso hasta llegar allÍ?
En Colombia, todavía estamos empezando a profesionalizar el cine, vive un momento muy lindo porque hay mucho apoyo, pero todavía no hay audiencia. Nosotros tenemos esta historia desde el 2010, y hemos intentado conseguir fondos. Finalmente en el 2020 sale una nueva categoría del Fondo de Desarrollo Cinematográfico en Colombia, en el que apuestan por las historias de las regiones. Entonces, sacamos el guión y ganamos uno de los dos premios de esa primera convocatoria y esto nos llevó a hacer la película. El premio solo representaba el 13% del presupuesto, fue una labor titánica de la productora. Ya habíamos mandado a festivales clase A como Berlín o Cannes, pero teníamos a Toronto en la mira, y finalmente les gustó. Tuvimos tres proyecciones allí, dos de ellas para industria. En la del público el teatro estaba lleno, mucho apoyo de latinos y colombianos que se sintieron muy identificados con la película.
- ¿Fue muy distinta la reacción de la audiencia aquí en Huelva?
No fue muy distinta. Aquí solamente tuve una proyección el martes, mientras que en Toronto fueron tres. Hubo aquí también mucha gente en el teatro y conseguimos casi un minuto de aplausos, se me acercaron muchas personas a agradecerme y comentarme cosas lindas sobre la película y se asemeja mucho a lo que sentí en Toronto, incluso en Varsovia aunque son audiencias distintas. Los comentarios del público a mi y a mi equipos nos tienen muy contentos, porque logramos conectar con ellos.
- ¿Se puede hacer cine autoral sin estampar al público?
Nosotros sabemos que no tenemos una película comercial, y nunca ha sido mi intención. Yo soy un autor y lo que pretendo con mis películas es narrarlas desde donde yo quiero, no desde unos cánones comerciales. Pero estamos en esa línea de evitar que la película sea un fracaso económicamente y podamos seguir haciendo lo que queremos. Esta es una búsqueda en la que todos los directores independientes nos centramos, en buscar de qué manera podemos hacer nuestras películas y que generen mayores audiencias.
- La película no llega hasta el año que viene a Colombia...
Queremos estar en el festival de Cartagena el año que viene, en marzo, y luego salir a salas. Pero todavía falta un poco para ello y hay mucho que confirmar.
Transcripción: Alejandro González.
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