Entrevista en Berlín con Matías Piñeiro: "Mis películas van encontrando su audiencia"
- por © Jon Apaolaza (Berlín)-NOTICINE.com
"Tu me abrasas" vuelve a traer a la Berlinale a uno de sus cineastas más fieles, el argentino Matías Piñeiro, quien durante años y con un equipo fiel, especialmente de actrices, ha desentrañado buena parte del misterio de los personajes femeninos en la obra de William Shakespeare. Pero eso ha sido hasta ahora, porque su nuevo trabajo, participante en la segunda sección competitiva del certamen, Encounters, se baja en un diálogo escrito por Cesare Pavese, entre la poetisa Sapho y la ninfa Britomartis, ante el mar. NOTICINE.com se reencontró cerca del Berlinale Palast con Piñeiro para desgranar ese nuevo "ciclo" que comienza en su trayectoria.
- Su obra ha estado hasta ahora casi monográficamente dedicada a dar una visión personal de las obras de Shakespeare. Aquí cambia de autor y referencias. ¿Se siente culpable de infidelidad?
Las cosas son cíclicas, los procesos de trabajo tienen ciclos que se expanden hasta uno no sabe muy bien cuándo y hay un momento en el ciclo que solito le dejas respirar y llega a su fin, que no quiere decir que no vuelva en otro momento a aparecer. Trabajamos de una manera independiente dónde podemos ser sensibles a esos latidos, a esos movimientos. Hay un momento donde había un interés, un magnetismo hacia ese texto, por ejemplo en relación a las actrices con las que trabajo, una relación entre los personajes femeninos de Shakespeare y ellas. Ese cruce realizó como 6-7 películas. Luego había un momento donde había ganas de poner a esas mismas personas en otros lugares, en otros roles, ponerme a mí en otro lugar, y fueron como 12 años, entonces hay algo ahí como eso, de ciclos. Ahora estar expuesto a otros materiales como es el caso de Pavese o Sapho, me pareció que era el momento de escuchar ese otro latir.
- Es decir, que hasta aquí ha llegado con Shakespeare...
Sí, siempre existe la posibilidad de volver, quién sabe si cuando uno tenga 63 años no lea "Cuento de invierno" y diga: "Ay mira, este personaje de Elena podemos hacer algo con esto y Gaby, en fin, pero por ahora es interesante meternos en esta nueva exploración con Pavese, con Sapho, y con nuevas amigas.
- ¿Cómo fue su primer contacto con la obra de Pavese y qué le sedujo de ella?
En principio fue Pavese quien entró a través de Antonioni entre "Mujeres solas", su película "Las amigas", la adaptación de "Mujeres solas", es cuando yo escucho por primera vez hace varios años de Pavese. Y luego fue también a partir del cine a través de otros cineastas que hicieron adaptaciones de sus obras. Esas películas me hicieron acercarme a la literatura de Pavese y leyendo su literatura encontré este capitulo en particular, "Espuma de mar" que no fue adaptado previamente y que me pareció que podía ser un corto. De hecho, aparece esa página escrita por mí, yo voy a darle vida, diciendo aquí hay una conexión, hay algo aquí que yo conecto, podemos hacer algo, y al final de tomar esa pequeña nota anoto que no me lo imagino de montaje. O sea de momento no me imagino cómo es que se puede filmar esto, y esa imposibilidad fue lo que me entusiasmó. No saber cómo filmar este texto fue lo que me provocó el interés y la curiosidad
- Ya no está Shakespeare pero siguen los personajes femeninos sus grandes protagonistas...
Bueno sí, justamente este capítulo creo qué es el único de la obra en cuestión de Pavese en la que hay dos mujeres hablando. Yo tuve una cercanía muy fuerte con un grupo de actores en su mayoría mujeres, entonces me dan ganas de pensarlas a ellas en esos roles, de hecho acá estamos con una de ellas, con Gaby Saidón, y se fue haciendo paso a paso. Fue importante también la colaboración con otras personas y la vuelta al analógico, a los 16 mm, con una Bolex, que es una cámara que tiene unas limitaciones que utilizamos a nuestro favor para poder pensar cómo volver a filmar juntas.
- Ha hablado de un corto, pero al final "Tu me abrasas" dura poco más de una hora...
Es un largo cortito, pero suelo hacer. Yo hice otras películas también con Gaby y con María, por ejemplo "Viola", que dura 62 minutos, o sea incluso más corta que esta, otra que se llama "La princesa de Francia" de 66, y esta es de 64 así que la otra será de 68... (ríe).
- Su cine, en diferentes aspectos, siempre ha sido un huir de caminos trillados...
Trabajamos de una manera bastante independiente que permite que los materiales con los que nos ponemos en relación a lo largo de nuestra vida, en un cierto periodo, en este caso dos años y medio, se pueda generar ese objeto, esa película sin tantas restricciones de antes. O sea no tener que estirar la película, yo podría haber filmado un montón, tuvimos muchas ideas. Podría tener una versión de dos horas, pero prefiero que la película sea buena, en el sentido de tener la musicalidad que me parece que tiene que tener, junto con el montajista. En este caso fue un montajista español, Gerard Borrás, que hizo un trabajo de más de un año de ir viendo cuál es la musicalidad de esto que nos pusimos a hacer. Si de repente tiene que durar 63 minutos durará 63, si tiene que durar esto durará lo otro, si tiene que durar dos horas y media durará dos horas y media, si tiene que durar 14 horas durará 14 horas. En el medio también pasa que es una película que Gerard decía: "Matías podemos seguir montándola toda la vida, hay que terminarla en algún momento". Y lo terminamos creyendo que estaba bien ese armado. Pero ahora como hace un mes me puse a hacer el trailer, y filmé cosas nuevas para ese avance. Trabajando esta última semana en San Sebastián, porque la idea sale un poco de la Elías Querejeta Zine Eskola, la escuela de cine que hay en San Sebastián, hicimos el tráiler y nos quedó en seis minutos, de manera que no es tanto un tráiler sino una especie de prefacio que cuando la terminemos, ahora está en posproducción, será un pequeño corto que se pondrá junto con la película y se verán las dos partes juntas. Nuestra manera de trabajar también permite eso, como proliferaciones y descubrimientos que nos sorprenden a nosotros mismos.
- Usted vive en Nueva York, ha sido un cineasta prolífico y muy apreciado en festivales. ¿Nunca le ha llegado una oferta de alguna plataforma para hacer algo comercialmente más tradicional?
No, porque creo que está muy claro cómo trabajamos y sería confundir un poco los campos. A mí me gusta ver algunas películas de producciones más grandes de la historia del cine como de Hitchcock o de cineastas de ahora como Christian Petzold, que son cineastas que trabajan con una estructura grande. Pero que me guste verlos no quiere decir que yo sienta que tengo la musculatura para hacer eso ni tampoco la sensibilidad para hacerlo. Encuentro que necesito trabajar de esta manera bien pequeña que permite que estas películas existan, en ese sentido creo que no hay mucha confusión. Creo que también las películas van encontrando de a poquito sus cómplices, sus espectadores cómplices, que al fin y al cabo después de más de 12 años puedo decir que no son tan pocos y que por suerte mirá, estamos acá en Berlín, en la competencia Encounters de uno de los festivales más importantes del mundo mostrando nuestro trabajo que hicimos durante un cierto tiempo. Entonces, las películas van encontrando su audiencia y sus públicos y hay que entender qué sensibilidad tiene uno para poder desarrollarlo de la manera más feliz.
Transcripción: Marina Durán
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- Su obra ha estado hasta ahora casi monográficamente dedicada a dar una visión personal de las obras de Shakespeare. Aquí cambia de autor y referencias. ¿Se siente culpable de infidelidad?
Las cosas son cíclicas, los procesos de trabajo tienen ciclos que se expanden hasta uno no sabe muy bien cuándo y hay un momento en el ciclo que solito le dejas respirar y llega a su fin, que no quiere decir que no vuelva en otro momento a aparecer. Trabajamos de una manera independiente dónde podemos ser sensibles a esos latidos, a esos movimientos. Hay un momento donde había un interés, un magnetismo hacia ese texto, por ejemplo en relación a las actrices con las que trabajo, una relación entre los personajes femeninos de Shakespeare y ellas. Ese cruce realizó como 6-7 películas. Luego había un momento donde había ganas de poner a esas mismas personas en otros lugares, en otros roles, ponerme a mí en otro lugar, y fueron como 12 años, entonces hay algo ahí como eso, de ciclos. Ahora estar expuesto a otros materiales como es el caso de Pavese o Sapho, me pareció que era el momento de escuchar ese otro latir.
- Es decir, que hasta aquí ha llegado con Shakespeare...
Sí, siempre existe la posibilidad de volver, quién sabe si cuando uno tenga 63 años no lea "Cuento de invierno" y diga: "Ay mira, este personaje de Elena podemos hacer algo con esto y Gaby, en fin, pero por ahora es interesante meternos en esta nueva exploración con Pavese, con Sapho, y con nuevas amigas.
- ¿Cómo fue su primer contacto con la obra de Pavese y qué le sedujo de ella?
En principio fue Pavese quien entró a través de Antonioni entre "Mujeres solas", su película "Las amigas", la adaptación de "Mujeres solas", es cuando yo escucho por primera vez hace varios años de Pavese. Y luego fue también a partir del cine a través de otros cineastas que hicieron adaptaciones de sus obras. Esas películas me hicieron acercarme a la literatura de Pavese y leyendo su literatura encontré este capitulo en particular, "Espuma de mar" que no fue adaptado previamente y que me pareció que podía ser un corto. De hecho, aparece esa página escrita por mí, yo voy a darle vida, diciendo aquí hay una conexión, hay algo aquí que yo conecto, podemos hacer algo, y al final de tomar esa pequeña nota anoto que no me lo imagino de montaje. O sea de momento no me imagino cómo es que se puede filmar esto, y esa imposibilidad fue lo que me entusiasmó. No saber cómo filmar este texto fue lo que me provocó el interés y la curiosidad
- Ya no está Shakespeare pero siguen los personajes femeninos sus grandes protagonistas...
Bueno sí, justamente este capítulo creo qué es el único de la obra en cuestión de Pavese en la que hay dos mujeres hablando. Yo tuve una cercanía muy fuerte con un grupo de actores en su mayoría mujeres, entonces me dan ganas de pensarlas a ellas en esos roles, de hecho acá estamos con una de ellas, con Gaby Saidón, y se fue haciendo paso a paso. Fue importante también la colaboración con otras personas y la vuelta al analógico, a los 16 mm, con una Bolex, que es una cámara que tiene unas limitaciones que utilizamos a nuestro favor para poder pensar cómo volver a filmar juntas.
- Ha hablado de un corto, pero al final "Tu me abrasas" dura poco más de una hora...
Es un largo cortito, pero suelo hacer. Yo hice otras películas también con Gaby y con María, por ejemplo "Viola", que dura 62 minutos, o sea incluso más corta que esta, otra que se llama "La princesa de Francia" de 66, y esta es de 64 así que la otra será de 68... (ríe).
- Su cine, en diferentes aspectos, siempre ha sido un huir de caminos trillados...
Trabajamos de una manera bastante independiente que permite que los materiales con los que nos ponemos en relación a lo largo de nuestra vida, en un cierto periodo, en este caso dos años y medio, se pueda generar ese objeto, esa película sin tantas restricciones de antes. O sea no tener que estirar la película, yo podría haber filmado un montón, tuvimos muchas ideas. Podría tener una versión de dos horas, pero prefiero que la película sea buena, en el sentido de tener la musicalidad que me parece que tiene que tener, junto con el montajista. En este caso fue un montajista español, Gerard Borrás, que hizo un trabajo de más de un año de ir viendo cuál es la musicalidad de esto que nos pusimos a hacer. Si de repente tiene que durar 63 minutos durará 63, si tiene que durar esto durará lo otro, si tiene que durar dos horas y media durará dos horas y media, si tiene que durar 14 horas durará 14 horas. En el medio también pasa que es una película que Gerard decía: "Matías podemos seguir montándola toda la vida, hay que terminarla en algún momento". Y lo terminamos creyendo que estaba bien ese armado. Pero ahora como hace un mes me puse a hacer el trailer, y filmé cosas nuevas para ese avance. Trabajando esta última semana en San Sebastián, porque la idea sale un poco de la Elías Querejeta Zine Eskola, la escuela de cine que hay en San Sebastián, hicimos el tráiler y nos quedó en seis minutos, de manera que no es tanto un tráiler sino una especie de prefacio que cuando la terminemos, ahora está en posproducción, será un pequeño corto que se pondrá junto con la película y se verán las dos partes juntas. Nuestra manera de trabajar también permite eso, como proliferaciones y descubrimientos que nos sorprenden a nosotros mismos.
- Usted vive en Nueva York, ha sido un cineasta prolífico y muy apreciado en festivales. ¿Nunca le ha llegado una oferta de alguna plataforma para hacer algo comercialmente más tradicional?
No, porque creo que está muy claro cómo trabajamos y sería confundir un poco los campos. A mí me gusta ver algunas películas de producciones más grandes de la historia del cine como de Hitchcock o de cineastas de ahora como Christian Petzold, que son cineastas que trabajan con una estructura grande. Pero que me guste verlos no quiere decir que yo sienta que tengo la musculatura para hacer eso ni tampoco la sensibilidad para hacerlo. Encuentro que necesito trabajar de esta manera bien pequeña que permite que estas películas existan, en ese sentido creo que no hay mucha confusión. Creo que también las películas van encontrando de a poquito sus cómplices, sus espectadores cómplices, que al fin y al cabo después de más de 12 años puedo decir que no son tan pocos y que por suerte mirá, estamos acá en Berlín, en la competencia Encounters de uno de los festivales más importantes del mundo mostrando nuestro trabajo que hicimos durante un cierto tiempo. Entonces, las películas van encontrando su audiencia y sus públicos y hay que entender qué sensibilidad tiene uno para poder desarrollarlo de la manera más feliz.
Transcripción: Marina Durán
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